Hoy no. No vende. No es políticamente correcto. No puedes conformarte. Es signo de debilidad. Un mal ejemplo. No. Tienes que ir más allá. Superar tus límites. Cruzar la línea de lo imposible. Tienes que creer en ti.
Conformismo. Vaya fracaso. No hay disculpa. Alguien nos convenció y no hay forma de recuperar la dignidad. O peleas y te esfuerzas o no serás. Porque ahí está el progreso. Ser lo que aún no eres. Un eterno estado de insatisfacción con quienes somos. Así nos fabrican hoy.
Nada de disfrutar de lo que eres. Nada de aceptar tu equipamiento de serie. No. Debes descubrir la injusticia que encierra. Es un reto. Es un aliciente. Es la razón por la que pelear cada mañana. Da igual lo que seas y dónde estás. Debes buscar otro lugar. Si no, mueres. No hay opción: quedarse donde estás es desperdiciar la vida. Indigno de ti.
Emprende. Proyecta. Imagina. Ahí, en ese futuro han construido la más delicada cárcel. Sin guardianes. Ya te ocupas tú. Y quienes te rodean. El mensaje ha calado. No mereces no llegar a ser lo que podrías. La publicidad lo ha conseguido. Hemos perdido.