Mis rutinas de trabajo (II)

by Julen

Ocio: Routinary Stuffs
En el post anterior nos quedamos en las rutinas de la mañana. Sí, esa primera parte del día donde mi cuerpo ha decidido proporcionarme los nutrientes más efectivos para que produzca. Es la regla general pero ya veremos que hay excepciones. Si la primera hora de la mañana sirve para postear también lo es para repasar mi lector de feeds y para ojear la versión digital de los periódicos. Un vistazo a las tareas pendientes completa la escena. Más o menos es una secuencia fija. La taza de té me suele acompañar hasta pasadas las seis de la mañana. Porque hace años que dejé el café.

La mesa de trabajo me gusta limpia. Cuanto más limpia mejor aunque no siempre la veréis así. En general no me gusta que los papeles me agobien. De hecho cada vez trabajo con menos papeles. Por ejemplo para la tesis doctoral me he acostumbrado a leer todo en la pantalla del portátil. Creo que no he imprimido nada hasta la fecha y mira que me he estado tragando documentos. Pues nada, versión en pdf y a usar las herramientas de comentarios y subrayados que proporciona Acrobat Reader. Y todo ordenado en Zotero, por supuesto. Imprescindible para la vida moderna. A lo mejor soy un poco maniático del orden. Serán las consecuencias de una exposición excesiva a las 5S, jeje.

Uso cuaderno y una libreta para las tareas. Sí, papel. Son esclavitudes que me autoimpongo y que hacen que me sienta a gusto. Ya veis qué friki. Pero no voy a renunciar a estas alturas. Ah, y mejor escribir con bolígrafo negro, ya puestos a contar detalles. Y rotulador fosforito de color verde. Ahí abajo, en uno de los armarios del despacho guardo cuadernos desde hace casi veinte años. Son mi historia.

No me gusta colocar reuniones antes de las nueve y media o las diez. Prefiero dejar este tiempo para mí, sea para lo intelectual o para lo físico. Pero tampoco soy talibán del asunto. Hay veces en que uno no puede controlar su agenda, sobre todo con cursos organizados por terceros. Ya comentaba que mi horizonte de trabajo «intensivo» llega hasta la una del mediodía. Eso quiere decir que desde las cinco de la mañana son ¡ocho horas! Sí, ya hay una jornada de trabajo encajada en esa franja. Pero queda día por delante.

No me gusta comer mucho a mediodía. Si puedo y estoy (medianamente) disciplinado, un plato. ¿Por qué? Comer mucho significa para mí un riesgo de adormecimiento que con los años se ha ido agravando. No soy de siesta pero si me pilla trabajando en casa no va a ser la primera vez que tras ver algún informativo en la tele cae un sueñecito. En general, mi actitud hacia la tarde es bastante más relajada. Si hay reuniones no hay opción. Lo que venga, bienvenido sea. No encuentro pautas fijas para mi biorritmo vespertino. Puede que se convierta en un momento improductivo escandaloso o al contrario.

Hace años iba a clases de spinning a eso de las siete de la tarde. Ahora son ya unos años en que esas clases, como os contaba hace un par de días, son por la mañana a primera hora. Pero de vez en cuando la tarde sirve también para actividades físicas, sobre todo para salidas cortas en bici. Por ejemplo, subir al Pagasarri en bici (algo que lleva más o menos una hora desde que cojo la bici) es una actividad física de tarde. También creo que me gusta leer literatura más por las tardes y las noches que por las mañanas. Las compras de casa que hago en el barrio también suelen ocupar las tardes. Pero no hay una pauta fija.

De vez en cuando -no me digáis por qué- me surge un momento febril de actividad por la tarde. Puede servir para escribir un post, para garabatear algún esquema en el cuaderno o para avanzar en algún proyecto abierto. Ya digo que no tengo controlada esta momentánea efervescencia. Sucede y procuro aprovecharla. Porque, claro, mis tardes no voy a decir que son los minutos de la basura pero no son para tirar cohetes. Así que siempre intento que vayan allí actividades light. Ahora mismo, por cierto, de lunes a viernes una tarde a la semana normalmente se ocupa empujando la silla de ruedas de mi suegra. Así que quedan cuatro con las que lidiar.

Tengo que decir que los fines de semana siguen la misma pauta de amanecer a las cinco de la mañana. Ya, ya. Por favor, moderad los insultos. Yo cuento lo que hago y me sale de dentro. Ahí está la gracia, en que hagamos cosas diferentes, ¿no? Los sábados y los domingos son días cuyo período desde las cinco de la mañana hasta que amanece es muy similar al de los otros días de la semana. Digo hasta que amanece porque ese puede ser el momento de coger la bici para hacer una salida más larga, como mínimo de dos horas pero que pueden llegar a las cuatro o cinco. Depende del ánimo. Pero, como digo, la pauta de comenzar a las cinco la aplico igual al sábado y el domingo. ¿Os parece muy grave?

Evidentemente lo que cuento no «milimetra» mi vida porque luego hay mil excepciones. Esta es también una cuestión que me parece importante: si no puedo controlarlo no pasa nada. Yo organizo lo que está en mi mano y hasta dónde creo que me ayuda. Pero no pienso sufrir porque los días cojan otro rumbo. De hecho hay periodos en los que me cuesta más sintonizar con todo esto que explico. Diría incluso que ahora mismo estoy en uno de ellos. Desde que volví de La Gomera, me está costando «coger el ritmo». Bueno, pues ya vendrá él cuando quiera. Más pronto que tarde aparecerá por aquí. Hay rutinas más poderosas (levantarse a las cinco, escribir los posts o repasar el lector de feeds) y otras más relajadas. Que cada una de ellas vaya ocupando su lugar. No las voy a presionar.

Y me quedar un tercer post. El próximo lunes. To be continued…

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16 comentarios

Amalio Rey 09/09/2016 - 07:46

Gracias, Julen, por la 2da entrega. A ver la 3ra donde vas a desvelar tu hora de meterte en el sobre, que es un dato importante para que todo lo demás encaje. La pregunta que me estoy haciendo es cómo te levantas despues a las 5, si quedas con unos amigos a cenar, por ejemplo (ni hablo de juerga) o se tercia alguna actividad lúdico-social nocturna, por muy light que sea. Con que te vayas a las 12 a dormir, ya estas durmiendo poco, digo yo 🙂

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Julen 09/09/2016 - 08:06

Mantenemos el suspense hasta el lunes, que es cuando publicaré el último de los posts de esta serie 🙂

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Juanjo Brizuela 09/09/2016 - 10:15

Seguimos avanzando… todo cuadra: 8 horas, hasta las 13h.
Lo de «un plato» doy fe… entre eso y la bici, un pincel.
O sea, ¿la tarde es momento de inspiración por lo que veo verdad?

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Julen 09/09/2016 - 12:17

La tarde puede ser para holgazanear, para leer algo, para ver alguna cosa de bicis o de rutas, para empujar la silla de ruedas de mi suegra… ¡o para dejar que venga la inspiración, si es que está por ello algún día! Vamos, que cada tarde, un mundo. Estos días, por cierto, viendo La Vuelta jajaja

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Asier Gallastegi 09/09/2016 - 08:17

Me provoca, me provoca. Hay cosas que ya estoy comprando. Eskerrik asko Julen

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Julen 09/09/2016 - 12:15

Ya saber, Asier, que aquí las rutinas van por barrios. Cada cual las suyas. De todas formas si sirve para algo toda esta chapa que estoy metiendo, encantado 🙂

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Naiara 09/09/2016 - 10:54

Dios…de verdad que sufro leyendo eso de levantarse a las 5…y más si hablamos sábados o domingos…aunque reconozco que me parece que tienes una rutina muy efectiva…cuando cumpla los 40 (me quedan unos añitos) me plantearé empezar a madrugar más! Jajajajajaa

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Julen 09/09/2016 - 12:18

Naiara, que aquí cada cual con nuestras rarezas. Tampoco hace falta que te pongas a hablar con las vacas :-)))

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Cristóbal Aguilera 09/09/2016 - 11:49

Reconozco cierta expectación respecto a la malograda hora en la que, imagino vencido y derrotado físicamente, que todos tenemos un límite, acabes fulminado en la piltra.
Por ahora, desplazando dos horas la puesta en marcha, en casi todo coincidimos. No eres tan raro como tú crees, pero es que eso de las cinco…
Lo dicho esperemos.

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Julen 09/09/2016 - 12:19

Bueno, bueno, que tampoco me mato a exprimir las 24 horas del día. Me doy cuenta de que está sonando a que soy un autómata y nada de eso. Sí que tengo ciertas rutinas, pero como todo el mundo, de vez en cuando están ahí para no cumplirlas jeje

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twitter_vllona 10/09/2016 - 12:37

Yo también doy fe de que los post transcriben fielmente las rutinas de @Julen en lo que yo he podido observar. Las horas de sueño dependen de la propia persona y de su actividad. Por ejemplo, es raro ver a Julen con actividad en las redes sociales a partir de las 21:30h, que si ponemos por ejemplo como hora de inicio del sueño las 22:00, hasta las 05:00 serían 7 horas de recuperación gracias al sueño. Su nivel de actividad física diaria también le permite que su cuerpo necesite el tiempo de sueño para recuperarse. Yo los días que no hago ejercicio me da la sensación de que la mente está cansada pero el cuerpo «me pide marcha». Creo que ha alcanzado un equilibrio entre las distintas facetas que le vienen bien y que encajan con su vida y rutinas. Sigo con interés la entrega por fascículos para ver qué nos depara la tercera …

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Julen 10/09/2016 - 15:54

Ya pago yo la siguiente ronda, Venan, jeje

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Alberto 11/09/2016 - 10:22

¿Por qué rutinas de trabajo?, ¿luego tienes otras?, ¿cómo se relacionan?, ¿los tiempos de todas suman 24 horas o hay agujeros negros?. Me doy cuenta de que tengo muy pocas rutinas….Leeremos la tercera entrega.

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Julen 12/09/2016 - 05:56

Acepto. Rutinas de trabajo y «rutinas», en general. Yo creo que ahí está la gracia, en que haya quien perciba sus rutinas y quien entienda que no van con él. Lo políticamente correcto del momento diría que nada de rutinas, que hay que romper statu quo y todas esas cosas. Pero al menos en mi caso no hay más cera que la que arde. Mis rutinas que acompañan. Por supuesto que no las 24 horas del día y por supuesto que el día a día está repleto de imperfecciones. Menos mal 🙂

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Fran M 12/09/2016 - 17:55

Muy buen post Julen! Me ha gustado ver que yo no soy de rutinas, de momento soy un pequeño desorden.

Por cierto, doy fe de que con mi proyecto de fin de grado Julen se despertaba a esas horas jejej

A ver si coincidimos un día que el proyecto ha ido mejorando y ya está en segunda página para las palabras gordas 😉

Un abrazo!

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Julen 13/09/2016 - 06:32

Fran, si queréis quedar un día, me dices, que ando a un click de distancia 🙂

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