Empresas con cultura 5S

by Julen

Frutos fruteria
Sé que no soy imparcial porque llevo ya muchos años ayudando a las empresas a implantar proyectos de 5S. El otro día repasando datos de los programas KnowInn 5S de Euskalit (antes llamados de formación-acción) creo que, entre los programas de 5S físicas y los de 5S digital, serán más de 200 las organizaciones a las que he asesorado. Por eso digo que mi visión puede estar sesgada. Pero me permito compartir una reflexión que tiene que ver con la eficiencia.

Creo que las dosis de orden y de caos que cada organización tolera son combinaciones únicas. Eso sí, una empresa industrial necesita asegurar que hace las cosas bien (orden) para después retar al statu quo, sea mediante innovación incremental o radical. Cuando entro a un taller y veo desorden, cajas puestas de cualquier manera, palets olvidados, mesas con herramienta y piezas amontonadas siempre pienso: joder, yo no podría trabajar así. Pero sí, hay gente que puede. Aunque puede que vivan en una zona de riesgo a mi modo de ver innecesaria.

Es fácil caer en una visión caricaturesca muy cuadriculada de las 5S: cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa, cada cosa con su nombre y un nombre para cada cosa. El mundo ordenado hasta decir basta, sabiendo, claro está, que todo tiende a la entropía, pero que también lo puede hacer hacia la entropía negativa. Soportar cierto grado de caos puede «ordenar» a la organización. Sirve el símil de agitar las manzanas que tenemos en un cesto: ¿si lo agitamos incitamos a un mayor desorden? Pues puede ser que las manzanas se acomoden mejor a agitarlas, ¿no? El teórico desorden permitido (o incluso «animado» por un movimiento) genera orden.

Pero también pasa al revés. Cuando mediante las 5S genero un sistema teóricamente ordenado lo que estoy haciendo es poder trabajar mejor con las desviaciones. Primero porque las reconozco antes (la gestión visual es muy importante en las 5S) y segundo, porque he pensado cómo tratarlas dentro del sistema. Es decir, una cultura de 5S en una organización no elimina el desorden sino que lo conduce a unas zonas de control suficiente donde se requerirá una decisión para ver qué se hace con esos elementos diferentes.

Por esta segunda razón, creo que una cultura de 5S puede ser una gran ventaja. Ayuda a reflexionar sobre el trabajo que cada cual hace y lo simplifica. A partir de ahí permite trabajar en los márgenes y también fuera de ellos. Lo hace además mediante una gestión de recursos escasos. Antes que limpiar, no ensuciar; antes que comprar, ¿de verdad hace falta?; antes de más espacio, ¿de verdad no es mejor menos y mejor aprovechado? Me gusta la austeridad en la gestión industrial. A lo mejor no es políticamente correcto porque hoy todos sabemos lo que ha supuesto esa palabra. Pero es lo que pienso.

Una cultura de 5S es contención, es lógica y es apropiarse de lo que cada cual hace. Es artesanía en buena medida. Una cultura de 5S es higiene y salud mental. Es menos stress porque eliminamos riesgo. Es anticipación. Es hacer la vida fácil. Es hacer que las cosas sean obvias. Procesos robustos. Y luego, imaginación a volar.

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2 comentarios

Isabel 16/09/2016 - 08:30

He visto por aquí alguna oferta de cursos de esta metodología que me ha hecho pensar en salones dorados y personas vestidas de etiqueta explicando con un complicado power point las bondades y excelencias de un martillo. Y he pensado en lo cercana y necesaria que resulta cuando la explicas tú. El último párrafo de este post de hoy es perfecto 🙂

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Julen 18/09/2016 - 09:18

Como tantas veces, no son las herramientas sino cómo las usamos 😉

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