Como única opción y sin vuelta atrás. El signo de nuestros tiempos. El progreso, dicen. Todo es susceptible de quedar atrás. Inconformismo lanzado a los cuatro vientos. Publicidad única. Más. Nunca como ahora debías reclamar tu premio: más. De lo que sea y como sea.
Detrás la escasez. Muerte a la austeridad. No vende ni para salir de la crisis. El imaginario colectivo rebosa ambición de progreso. El ser humano moldeado a imagen de la superación. Fábulas y metáforas. Adelante con la función. Los payasos a escena. A repartirse tortas, cada vez más fuerte.
Más también es más de lo peor. Más en la peor de sus acepciones. Más como un descenso a los infiernos. Y más allá. Hasta lugares donde las cicatrices no curan. Un dolor más intenso, más íntimo y visceral. Nadie dijo que te iban a regalar nada. Vales en cuanto interesas. El mercado tienes sus cosas.
Más voces. La megafonía a plena potencia. En todas direcciones y a todos los lugares. Más ruido. Más para elegir. Tanto que nos perdemos. Más como autopista hacia el final. Un enorme estruendo donde nadie puede callar. Tu voz debe escucharse. Aunque no sirva para nada. Más. Aumenta el volumen. Da igual lo que digas.