Extimar: la obsesión por explicitar

by Julen

Cromado dos
De mis años en Maier trabajando en torno a la gestión del conocimiento me quedó arraigada una fuerte convicción: lo tácito es una potente manifestación de lo que somos como personas. Me refiero a esos momentos en que caes en la cuenta en que la gente sabe incluso lo que no es capaz de explicar. Pero, además, no hace falta que lo explicite en forma convencional (un documento cualquiera, una pauta de proceso, una instrucción operativa) porque otras personas son capaces de interpretarlo a la perfección.

Siempre pongo la anécdota de los baños de galvanizado, un proceso muy complejo en el que una serie de piezas de plástico pasaban por diversos baños químicos durante cierto tiempo y en una secuencia determinada. El objetivo era dotar a la pieza de plástico de un acabado de apariencia metalizada. Son los famosos cromados que tanto se han llevado en ciertos momentos en la industria del automóvil.

Pues bien, cuando se producía algún problema de defecto en una pieza, alguien que trabajaba allá era capaz de tomar la decisión correcta y modificar la programación. Si el caso era cambiar el tiempo en alguno de los baños, no era raro escuchar por ejemplo: ¡dale algo más de tiempo al quinto baño! Unidad de tiempo: «algo más». Ciencia en estado puro. Una medición exacta que no da lugar a dudas. Todo el mundo lo entiende: «algo más». Y si surgían dudas, se remataba con la típica explicación sesuda: ¡Hostias, tú pon un poco más!

Se trata de un aprendizaje básico, derivado de la observación. Más allá de relaciones explicativas causa-efecto, el asunto es que «se sabe qué hacer». Otra cosa es contarlo de manera secuencial y con una lógica propia de la razón.

Hoy el progreso, en cambio, no admite ese «algo más» y que el conocimiento quede allá dentro de lo que cada persona es. La sociedad contemporánea hace tiempo que inició una carrera loca por explicitar. En el marco de unas relaciones laborales frágiles, extinta la relación contractual de largo plazo, todo necesita un soporte explícito por detrás. Las redes sociales en Internet, esos negocios cuya materia prima somos tú y yo han ayudado sobremanera: hoy extimamos, no intimamos.

Extimar, un verbo que no existe. Sacar fuera lo que antes quedaba dentro. Eliminar misterio de las relaciones profundas entre seres humanos. Extimar para ser alguien, para reclamar atención. Extimar como forma de sobrevivir.

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2 comentarios

Isabel 07/06/2016 - 10:38

Me sugiere mucho lo de «algo más» como unidad de tiempo porque ahí es donde tenemos uno de los grandes cambios que percibimos de modo global (el vértigo acrecentado por Internet) pero cuesta trasladarlo a la unidad personal. Queremos creer que podemos hacer más cosas y en realidad es al revés. Necesitamos la medida exacta de ese «algo más» porque nos cuesta acompañar el proceso y observar. Y la observación es el principio del aprendizaje.

Incorporado a mi diccionario de definiciones. Creo que me faltaba este ingrediente. Gracias 🙂

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Carlos 07/06/2016 - 17:33

Muy buen post Julen. Cuando trabajaba en automoción había una grandísima cantidad de cosas que la gente no sabía que sabía. Hacerles «saber lo que sabían» es clave en gestión del cambio. Son proyectos espectaculares que producen innovación real y aplicada a raudales, además de grandes eficiencias y ahorros. He visto matar estos proyectos en automoción, administración pública y sanidad cuando los directivos veían que su gente aportaba mucho más que ellos -entrenados a controlar, reprimir-

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