Griterío

by Julen

shouting
No es que lo hagas, es que lo grites. En el camino alguien nos convenció. Quizá fue que sentimos la indefensión de la soledad. Quizá es que en el fondo tiene que ser así. Pero hoy todo el mundo grita. La intimidad, la introversión, el silencio son fracasos. Tu precio de mercado a base de voces.

Nadie calla en esta carrera de la rata. Nadie quiere ser menos. Quedar fuera, qué tragedia. Y poco a poco cada vez se inventa nuevo armamento. No son proyectiles que explotan, son truenos que retumban. Da igual el destino. El caso es gritarlo. No importa que no escuchen. Por si acaso, fuego de artillería.

No da tiempo a terminar. Mientras sucede, debe gritarse. El final es lo de menos. Vayas donde vayas la experiencia lo es en la medida en que la voceas. Todas juntas a la vez. Todos unidos por el mismo cordón umbilical, el de huir del silencio. Toneladas de voces. El volumen aumenta, no importa que cuentes más historias. Pero eso sí, grita más alto.

Por eso se agradece la diferencia. Aunque solo sea la duda. Callar. De vez en cuando. Para recuperar el placer del susurro. Ese que solo oyes si hay silencio de fondo.

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2 comentarios

Jose 09/05/2016 - 16:42

Y si todos gritamos, ¿quién escucha?

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Cinco momentos estelares de viralidad viejuna | Consultoría artesana en red 06/01/2017 - 05:30

[…] partes día sí y día también. Se trata, como ya hemos escrito por aquí alguna otra vez, de coger bien el megáfono y gritar más que las demás. Porque sea como sea, hay que gritar. Muy alto y mucho de gritar, que diría nuestro preclaro […]

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