La imagen de MONDRAGON hoy

by Julen

El viernes pasado estuvo Carlos Magro dando una charla muy interesante en la facultad. Como estamos de reflexión estratégica vino muy bien escuchar su aportación sobre Escenarios de futuro para la Educación Superior. Nada, cerca de 200 diapositivas. Para que repasemos apuntes. Creo que están pensando asignar 15 créditos de algún grado a quien lea todo lo referenciado en esa ponencia 🙂

El caso es que tengo mis notas para postear sobre la charla, pero… será otro día. Y digo será otro día porque hoy me propongo escribir acerca de la imagen de MONDRAGON hoy, algo que surgió en la conversación durante la comida que compartí con el propio Carlos y con Juanjo Brizuela, Mikel Mesonero y Lander Beloki.

Utilicé si no recuerdo mal una expresión para definir esa imagen: carca. Pero dándole vueltas creo que no llevaba razón o que al menos el asunto es más complejo, aunque sigo pensando que hay un lado carca en esa imagen. Por supuesto que aquí el experto es el señor Brizuela. Ya dirá algo si lo considera oportuno. Y quien quiera, claro está, que para eso es un blog.

Lo primero creo, no obstante, es reconocer que necesitamos antes otra pregunta: ¿imagen para quién? Si formara parte de Ordaindu o de Eskuratu creo que la pregunta tiene respuesta fácil, ¿no? No sé si MONDRAGON monitoriza la percepción de marca y si tiene datos del antes/después del cierre de Fagor Electrodomésticos o incluso de la sanción de la Autoridad Vasca de la Competencia a Ausolan (con un recurso pendiente que habrá que ver en qué termina). Lo cierto es que nunca como en estos últimos años había sucedido que hubiera una contestación social tan expresa ante actuaciones de la Corporación.

Porque otro elemento a considerar es si hay una marca rotunda o si cada vez más lo que sucede es que se impone un dibujo coral con muchas marcas. En MONDRAGON la cooperativa es soberana y cada cual lleva a cabo su actividad bajo su marca pero con el paraguas de MONDRAGON. Claro que en nuestra misma universidad, bajo el paraguas MU, han emergido fenómenos como el del Basque Culinary Center, con gran identidad propia. O incluso si miramos a nuestra propia facultad, Enpresagintza, sucede con Mondragon Team Academy. La realidad, como siempre, nos coloca a cada cual en nuestro sitio.

En cualquier caso, volviendo al asunto de qué imagen proyecta MONDRAGON, supongo que hay que considerar dos elementos: su considerable peso en la economía de esta parte del sur de Islandia (es decir, su «poderío económico«) y su propuesta como economía social alternativa a la empresa capitalista tradicional. Lo primero la proyecta, por sus cifras, como un agente muy influyente en la toma de decisiones. Para saber hasta dónde habría que ir caso por caso, supongo. Lo segundo la proyecta como una apuesta por lo social, por la solidaridad, por la democracia empresarial y de acuerdo con una serie de principios y valores.

Claro, principios y valores, pero ¿están hoy en crisis? La solidaridad tiene sus límites: el caso de Fagor Electrodomésticos lo ha demostrado. Los principios y valores juegan al borde del precipicio con casos como los que tienen que ver con las reivindicaciones de Ordaindu y Eskuratu o con lo que ha sucedido recientemente con Ausolan.

MONDRAGON aparece en cualquier análisis serio de práctica empresarial de éxito. Es motivo de investigación. Un grupo empresarial que surge a partir de un centro de formación profesional. Un ideario a propuesta de un sacerdote. Las visitas a los servicios centrales de la Corporación MONDRAGON siguen siendo constantes. Se quiere conocer qué es y cómo funciona. Se quiere trasladar la experiencia a otras zonas del mundo (Corea del Sur como botón de muestra en los últimos tiempos). MONDRAGON es referente.

Dicho todo lo anterior, ¿hay una crisis en torno al modelo? El esfuerzo del siglo pasado, esa seña de identidad de trabaja bien pero sin hacer mucho ruido, hoy convive con una sociedad fragmentada, líquida, que ha perdido las referencias de largo plazo. Los valores de MONDRAGON continúan cincelados en roca. Y el mundo ya no es tanto roca sino que parece fluir. ¿La Corporación MONDRAGON son sus cooperativas? ¿Cada cual está imbuida del todo y al revés? ¿La crisis de confianza en las instituciones también afecta a la marca MONDRAGON? ¿Cuánto de permeable es la roca de los principios y valores al agua que la rodea? ¿Sigue seca por dentro porque los principios y valores nunca deben cambiar?

Aquí hemos escrito mucho -quizá demasiado- sobre MONDRAGON y las cooperativas. Desde luego que no creo que nadie de quienes las fundaron llegó nunca a imaginar que hubiera manifestaciones en su contra. Pero las ha habido. Hoy no existe Fagor Electrodomésticos y la crisis se ha llevado consigo la cuarta parte del empleo que un día existió. ¿Frente? a la propuesta de MONDRAGON, otra economía, social y solidaria, practica otros valores. ¿Es MONDRAGON economía social y solidaria? Otra gran pregunta.

Carlos Magro comenzó formulando preguntas en su charla. Las preguntas se imponen. Las respuestas redondas y completas se desvanecen. Cada pregunta abre la puerta de la ignorancia. Parece nuestra condena, un Sísifo moderno en busca de respuestas que le obligan a hacerse nuevas preguntas. Mientras, la «identidad» de MONDRAGON se convierte en identidades y estas en muchas diferentes imágenes. Cada cual interpreta y el mosaico tiene de todo. Yo dije «carca». Detrás me venían a la mente sectores maduros y prácticas de gestión burocratrizadas. Es el precio de la dimensión. ¿Qué imagen proyecta MONDRAGON? Más preguntas que respuestas.

Prefiero terminar en positivo y mirar al futuro. Por eso dejo las diapositivas de la charla de Carlos Magro aquí. Otro día hablamos de las notas que tomé…

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15 comentarios

Joseba 01/03/2016 - 14:19

«…qué imagen proyecta MONDRAGON, supongo que hay que considerar dos elementos: su considerable peso en la economía… y su propuesta como economía social alternativa a la empresa capitalista tradicional.»
Disiento de la última parte. Habiendo trabajado como proveedor de una de las cooperativas que forman parte de la Corporación, tu afirmación de «economía social alternativa a la empresa capitalista tradicional» deberías cambiarla por «economía de la empresa capitalista tradicional.»
Una cosa es lo que el papel aguante como Visión, Misión, etc de la empresa y otra muy diferente es el comportamiento del día a día.
Te preguntas «si tiene datos del antes/después del cierre de Fagor «. Yo sí tengo un dato, y es que después de ese cierre, la cooperativa me ofreció en un lo tomas o lo dejas, a bajarle los precios un 25%. He de señalar que los precios hasta ese momento eran lo que se conoce por: ajustados, nunca hemos hinchado los precios más allá del lógico beneficio empresarial para sustentar la continuidad de la empresa. La cooperativa sigue pautas de la más pura, y dura, empresa capitalista tradicional. Las consecuencias de esa bajada, os la podéis imaginar. No hay atisbo de economía social, responsabilidad social o como se quiera llamarlo más allá de un lavado de cara a la sociedad. Es mi experiencia personal que, obviamente, no tiene por qué coincidir con la de los demás.
Sí que puedo comentar también que una empresa (cooperativa) que aspire a ser socialmente responsable, que tenga una mínima intención de aportar algo diferente a la economía de empresa capitalista tradicional, por donde debiera de empezar es por su casa, en este caso por sus trabajadores. Con el paso de los años fuimos construyendo confianza con quienes más tratábamos y con algunos más y, al final, les tienes aprecio. Pues bien, los últimos años me daba pena ver cómo había cambiado la situación y de trabajar normalmente, pasaron a tener miedo, miedo a represalias por no conseguir objetivos, miedo a perder su puesto de trabajo y, lo que me pareció más triste, cambiaron hasta de carácter.
Es normal que una empresa desee obtener unas ganancias, no estoy contra ello, pero creo que no a cualquier precio.
¿economía social alternativa a la empresa capitalista tradicional?
Permíteme decir que no, no me lo trago, no me lo trago porque he visto con mis ojos que eso no es así.
Un saludo y gracias por dejar la puerta abierta a opinar.

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Julen 02/03/2016 - 07:33

Estoy convencido, Joseba, de que una gran parte del «drama» de la caída de Fagor Electrdomésticos es el que tiene que ver con todo ese entramado de empresas proveedoras que no han formado parte de las prioridades de resolución del conflicto. Ahí han priorizado a las socias y socios, es evidente. Y cuando se quiere ver la pares «social» estoy contigo que la mirada debe ser otra. Supongo que el problema ha sido de tal dimensión que se ha priorizado lo que se ha priorizado y de ahí lo que explicas en tu comentario.

Yo estoy haciendo ahora el doctorado y como paso previo estoy matriculado en el máster de economía social y empresa cooperativa. Ahí se habla mucho de este lado social y solidario. Pero me temo que estos términos forman parte de las ideas originales y que hoy hay que tratarlo de una forma mucho más «capitalista», como indicas.

En fin, espero que la situación económica en el entorno se recupere. Hay un antes y un después de lo que ha pasado con Fagor Electrodomésticos. Hará falta un tiempo para analizar todo esto y aprender de ello.

Gracias por dejar tu comentario, Joseba.

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Juanjo Brizuela 08/03/2016 - 09:44

Joseba: no te falta razón. Puede sonar a tópico pero cuántas cooperativas parecen ser meras Sociedades Anónimas y viceversa, cuántas sociedades privadas, anónimas o similares, funcionan como verdaderas cooperativas.
Algunas cooperativas han tomado este nombre más por sus beneficios económico-administrativos que por su filosofía, identidad y forma de trabajar. Eso es lo triste. La picaresca humano-empresarial también se ha manifestado aquí. Tristemente.
Pero sigo pensando en que «alguien» debería retomar estos principios de Arizmendiarreta para seguir manteniendo el espíritu y retomar este concepto en pleno siglo XXI

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Juanjo Brizuela 02/03/2016 - 08:28

Guante recibido señor Iturbe.
Me cuesta decidir qué estuvo mejor y qué provocó más debate, si la charla de Carlos o este tema que surgió en la comida. Me quedo con ambos aunque éste se las tuvo.
Pienso que el modelo no está en crisis pero no quita para reflexionar si el modelo está adecuado o no a los tiempos que corremos. Que humildemente pienso que una vuelta le deberían dar, desde luego.
Como en muchas ocasiones, el problema está en dónde ponemos la línea roja del límite. Porello, pienso que la imagen de Mondragón es muy buena… sobre todo «lejos» de aquí. Y representa una serie de valores muy positivos para mucha gente. ¿Que tiene granos? Miremonos en nuestros propios espejos. Claro que los tiene. ¿Que eso sea bueno? Desde luego que no porque al final la imagen se genera bien por lo que nos dicen bien porque lo vivimos de cerca. Y efectivamente hay gente afectada por diferentes motivos. Como los que citas.
Para mí Mondragón tiene que pensar en que si se fundara de nuevo cómo sería esa cooperativa del 2016. Y si esa cooperativa resultante sería como la actual. Y me temo que no. De ahí que comenté que hay que actualizarse. ¿Carca es la palabra? Me parece demasiado lejos pero sí que no-adecuada.
Acabo con dos cosas. Fíjate si tiene valores positivos que es capaz de crear MTA y el Culinary, con valores muy adecuados a su tiempo y con percepciones que quizá tuvieran que ver con aquellos valores del origen.
La otra es que quizá se confunde el concepto «paraguas» porque en realidad Mondragon no es paraguas aunque las cooperativas estén a su abrigo. Mondragon en realidad es un respaldo a la actuación de cada una de las cooperativas. Y creo que este matiz no está siendo trabajado correctamente… y eso sí que me preocupa.
Habrá que volver a tragarse otras 200 diapos de Carlos para seguir con el debate, ¿o qué? 😉

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Julen 02/03/2016 - 09:55

En cualquier caso, Juanjo, en lo que estamos de acuerdo es en que parece necesaria una actualización, ¿no? Trabajar la marca MONDRAGON tiene que ser muy complicado porque es una coral con muchas voces, cada cooperativa con la suya. Yo hace ya mucho tiempo que me repito: hace falta más aire fresco y creo sinceramente que más apertura a la sociedad para generar conversaciones críticas con el entorno. ¿Has leído el comentario que deja Joseba en este mismo post? Ya sé que siempre habrá fractura social cuando cae un buque insignia como Fagor Electrodomésticos. Pero es evidente que hay un antes y un después. ¿Y si el recurso de Ausolan y las otras empresas de catering no prospera y se confirma que efectivamente hicieron trampas? ¿No afecta esto a la imagen que se proyecta?

Estamos en 2016 y tenemos el mundo que tenemos. MONDRAGON no puede vivir en el siglo XX. De acuerdo, hay movimientos e iniciativas que se van abriendo paso. ¿No convendría una nueva reflexión global sobre el sentido de la experiencia cooperativa de MONDRAGON hoy? Ya se hizo una reflexión en un anterior congreso; ¿no convendría repensar MONDRAGON ahora? Me repito: Juanjo, la crisis se ha llevado por delante una cuarta parte del empleo de MONDRAGON. ¿Cómo afecta esto a un proyecto que ve en el empleo una seña de identidad?

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Juanjo Brizuela 02/03/2016 - 16:06

Julen…absolutamente de acuerdo que se necesita una actualización de lo que representa y de lo que se quiere transmitir. Pero sobre todo se necesita escuchar, observar e interpretar lo que pasa «ahí fuera».
Desde el punto de vista de marca es comprender que no es lo mismo ser marca paraguas (que no lo es pero quisieran serlo) que marca respaldo, que es como el aval y certificado de una entidad importante. Eso requiere de otro estatus. En su momento algo se trabajo en ello pero para mí, quedó inconcluso.
Escuchar, conversaciones… vaya!! «marca abierta»!!! 😉 algo de lo que hemos hablado bastante y creo que encajaría perfectamente en esta nueva mirada y nuevos tiempos.
La respuesta de Joseba es excelente y muy correcta. FAGOR fue un aviso grande a una gestión final no sé si marcada por el entorno exterior o por su incapacidad interna. El caso es que no está. Sí, se perdió empleo pero por otro lado mucha gente ha encontrado hueco… precisamente en el «Entorno Mondragón». Y eso es digno de reconocer. En una S.A. directamente hubieran ido a engrosar la lista del paro.
Lo de Ausolan es muy grave también y claro que afecta todo eso. Precisamente por ello es necesario más que nunca la reflexión de qué es Mondragon hoy y qué se quiere representar. No sólo es empleo, que sí es un valor, pero también son otras muchas cosas que tienen que ver con actitudes y valores. Creo que hay significados de su marca muy potentes y llenos de credibilidad hoy en día y son sobre los que se debería construir.
No es tarea fácil pero es NECESARIA

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Julen 03/03/2016 - 06:48

Seguro, Juanjo, seguro que hay gestiones positivas y que se ha realizado un gran esfuerzo para reubicar a muchas socias y socios de Fagor Electrodomésticos. Pero viendo la globalidad de los hechos, hay un antes y un después de este asunto. Humildemente, pienso que hace falta una renovación más drástica del cooperativismo de MONDRAGON. Y ahora que estoy leyendo textos de Arizmendiarrieta, resulta que gran parte de esa actualización podría ser volver a ideas que aquel hombre propuso. Una especie de vuelta a los orígenes reinterpretada a la luz del siglo XXI.

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Joseba 03/03/2016 - 10:06

Permitirme que vuelva a meterme en la conversación. Arizmendiarrieta… sí, también creo que deberían de revisar los dirigentes actuales sus enseñanzas, sus acciones y decisiones, al fin y al cabo, fueron las que originaron todo el entramado actual.
Comentábais el caso Fagor, el por qué cayó. Para mí, fueron un cúmulo de motivos, entre ellos la falta de visión en quienes la gestionaron en sus últimos años. Y, eso mismo, es lo que he visto en los últimos años en mi relación con la cooperativa que me tocó. Un buen gestor, un buen líder, antepondría el bienestar general (de sus trabajadores y de la empresa) y el logro de objetivos (de manera socialmente responsable), a los intereses personalistas de algunos directivos (que es lo que ví). Directivos que por envidias y recelos personales prefieren abandonar buenas ideas, buenos gestores (con resultados positivos sobre la mesa), antes que apoyarse en ellos y construir equipo, equipo que ayudaba a construir, mejorar y expandir tanto la marca como el servicio a los clientes de la cooperativa. Triste.
Desde arriba, desde las reuniones generales, se pueden idear y marcar las líneas maestras para que la cooperativa mejore, avance, se reconstruya, se transforme, crzca en todos los sentidos. Eso queda muy bonito en un dossier, pero cuando se trata de aplicarlo al negocio… ay!, entran en juego números que hay que conseguir como sea y personalidades que no son capaces de domar su carácter y madurarlo de manera que sean capaces de ver más allá de sus egoístas (y en ocasiones mezquinas) visiones.
Cursos de mejora, capacitación de directivos, reuniones de equipo para construir grupo, etc, etc. Las intenciones podrían ser buenas, pero el líder, la cabeza, debe reconocer cuando alguien de su equipo no da la talla.
La buena formación de dirigentes debería pasar por que éstos interiorizaran y asumieran hasta el tuétano las ideas, las motivaciones de… Arizmendiarrieta.

Julen 03/03/2016 - 11:13

Pues yo creo que llevas mucha razón. Una vuelta a los orígenes, reinterpretada porque es evidente que el mundo ha cambiado, no vendría nada mal. Por supuesto que, cuando algo ha crecido de la forma en que lo han hecho las cooperativas de MONDRAGON, es lógico que haya de todo, buenos, malos y regulares gestores. El caso es que la responsabilidad social de la cooperativa no debe quedar en sus socias y socios. Arizmendiarrieta hablaba mucho la comunidad como referencia; la empresa era un medio para un fin. MONDRAGON ha priorizado la recolocación de su colectivo pero las repercursiones van mucho más allá.

En fin, solo espero que salgan las cosas adelante, que haya regeneración. Lo que nos toca es presente y futuro. Ahí está el reto. Pero hay que aprender de lo que ha pasado.

Juanjo Brizuela 08/03/2016 - 09:39

En más de un momento Julen, releyendo alguna idea de Arizmendiarreta, pensé que sería perfectamente aplicable a los tiempos de hoy. No hay mejor ejemplo de una identidad tan fuerta adaptada a los tiempos de hoy. Una referencua. Creo que tienen en «la colina» mucho que hacer en este sentido. Yo, me ofrezco 😉

Carlos Ortiz de Zarate 02/03/2016 - 16:23

Impone meterse en este foro con participantes de este calibre, pero… ala, me tiro a la piscina.
Después de leer el post y ver la presentación, y si tuviera que quedarme con una diapo, me quedo con la 4ª Cita del principio de Maija Berndston haciendo la reflexión de mirar al futuro construyendo. Igual es una obviedad pero es que es así como lo veo. Yo creo que la base es lo suficientemente sólida y con buena percepción de marca, que hay que ser capaces de mirar lo que está pasando alrededor/cerca (aun siendo últimamente algo negativo por lo ya comentado) y que claramente influye, como viéndolo desde el exterior con otras marcas que se han exportado como es el caso del Basque Culinary Center. Por tanto, hay resultados que nos avalan, así que :
Repensar > replantear > actuar > repensar > replant………

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Julen 03/03/2016 - 06:45

Carlos, aquí estamos para aportar nuestro granito de arena, cada cual desde su experiencia. Recuerdo que cuando pasó lo de Fagor Electrodomésticos escribí que se titulaba: Fagor Electrodomésticos, un futuro diferente por construir. Es buena actitud: el futuro es lo que nos toca, es nuestra responsabilidad. Gracias por darte una vuelta por aquí 🙂

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Eduardo 18/03/2016 - 20:01

A ver por donde arranco.

Un conjunto de organizaciones con bastante (mucha) autonomía bajo una marca como MONDRAGON es complicada de valorar en su conjunto.

Si hay algo que somos es solidarios. Es cierto, amigo Joseba, que lo somos principalmente entre nosotros,los cooperativistas, pero también de alguna manera con la sociedad en la que nos encontramos de manera más indirecta que directa.
A nivel empresarial, no debemos olvidar que nos encontramos en un mundo en el que para mantener el empleo, las empresas en general y las cooperativas incluidas, debemos ser competitivos, y eso a veces nos lleva a teóricas incongruencias como la deslocalización de producciones, compra en países de bajo costo a costa de proveedores locales, y otros muchos aspectos necesarios y difíciles de hacer entender. Mal menor.

Muchos pensareis que es una bella disculpa, pero sin abordar la no competitividad de nuestros costes productivos locales no habrá en muchos casos riqueza para nadie. Lo lamento Joseba, no podemos negar lo grande que es el mundo de las empresas vinculadas a la fabricación de producto. No tanto las empresas de servicios, pero somos esencialmente un grupo industrial.

Y mientras tanto, ¿sabéis donde estamos los socios? En medio, recibiendo. Nos critican por igual empresarios, sindicatos, la familia y los amigos. Somos trabajadores a los que nos gusta mantener unas condiciones de trabajo razonables a todos los niveles, y por otro lado somos dueños de la empresa a la que le exigimos resultados cada año, a veces cada mes. Esta esquizofrenia no todos la llevamos bien. En un colectivo tan grande tenemos de todo, sindicalistas de barricada y directores explotadores, pero sobre todo gente templada que hemos aprendido a vivir el día a día como trabajadores y exigir regularmente resultados a nuestra empresa.
Una responsable de RRHH de una administración pública estaba negociando un convenio y estaba contenta de como iba todo porque todos los grupos políticos sin excepción le estaban criticando.

¿La imagen de Mondragón?
Igual que la de la inmensa mayoría de las cooperativas. Todo por hacer.
Muy dignos somos. A la competencia cuando cuenta lo que hace, somos capaces de hundirlos a críticas, en lugar de ver una oportunidad de mejora importante. Creo que es un tema cultural.

Un día alguna cooperativa va a poner un pie en marte y se enterará únicamente el consejo social de la unidad de negocio correspondiente. Abrazo a Juanjo.
Cooperativas líderes mundiales de su sector o proveedores homologados de inmensas multinacionales habitan entre nosotros, pero de ahí a contarlo, tampoco hay que pasarse.

Me queda recordar que el mazazo humano de la caída de FED, Practicamente se ha resuelto teniendo trabajando a la práctica totalidad de las personas que perdieron su puesto de trabajo en nov de 2013. El tema de las inversiones y el capital ya si queréis lo tratamos otro día.

Los mecanismos de solidaridad «internos» nos llevan a recordar que Mondragon es mas que una marca paraguas. Las herramientas conjuntas que nos hemos dado durante estos 60 años son el colchón de las gestiones complicadas o directamente erróneas.

Por último, pensar que el escenario de 1956 es remotamente parecido al actual es hacerse trampas al solitario. Quizás tomando los principios iniciales, y poniéndolos al día someramente, podamos enmarcarlos para después leerlos cada día.

Un mundo complicado, amigos.

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Julen 28/03/2016 - 09:53

Hola, Eduardo.

Muchas gracias por tu extensa reflexión. He estado fuera estos días y no te he respondido esperando a leerlo con más calma. A mí hay dos grandes ideas que se me juntan en todo este asunto de lo que es MONDRAGON hoy: el sentido en que se ha crecido y la complejidad de la interpretación.

El crecimiento es uno de los elementos que se han tomado como sinónimo de éxito, pero el tiempo ha demostrado que es muy matizable. La imagen de MONDRAGON como proyecto de éxito se ha vinculado a sus cifras pero la calidad de ese crecimiento es muy dudosa. El mercado lo ha pedido y parece que no había elección: a crecer. Pero crecer no es lo mismo que desarrollarse. Y crecer trae muchos problemas al modelo cooperativo de participación y democracia. Hay mucho que reinventar en torno al crecimiento, incluyendo partir en un unidades más pequeñas y construir modelos en red distribuida.

La complejidad tiene que ver con que todos podemos tener interpretaciones con miles de matices que son pertinentes. Por ejemplo, dices que la gran mayoría de las socias y socios que perdieron su trabajo han sido reubicados. ¿Cómo saldrían los números si añadimos el impacto en proveedores? ¿No debemos mirar también a ellos? Éxito por un lado y quizá no tanto por otro. Todo complejo de analizar e interpretar.

Como muy bien señalas, de 1956 a 2016 han pasado 60 años. El mundo no es igual. Hay mucho por re-hacer y quizá es la mejor noticia: trabajo no falta.

Lo dicho, gracias por tu comentario.

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