Etapa 7: Salir-Vaqueiros #AlgarveRSS

by Julen

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Entre una cosa y otra llegamos pasadas las cinco de la tarde a Salir. Reunión de los dos grupos en la casa rural, Fran y Juan por un lado vía carretera y el resto por el camino de la ruta algarviana. Cervezas para los mayores y un agüita fresca para el niño mientras charlamos con los dueños de la casa rural. La etapa había tenido sus peripecias, lógicas cuando son ocho los que pedalean. Vistos los calambres de Fran, decide que la siguiente etapa la hará toda por carretera degustando la cerveza local que encuentren al paso.

Para acercarnos a cenar al pueblo hay un paseo que nos sirve para toparnos con un pastor y su rebaño de ovejas… y sus perros. No había comentado hasta la fecha, pero los perros portugueses ejercen su rol ladrador y amenazante a la perfección. Los del pastor cumplen a la perfección, menos mal que estaba él por allí cerca. Tras el encuentro una subida hasta el centro del pueblo en busca de la churrasquería donde habíamos quedado para cenar.

Allí degustamos pan, pan y algo más de pan con mantequillas y queso de untar (y paté de caballa para quienes gusten) porque las viandas tardaron un poco después de la clásica sopita. Pero todo muy a gusto, unas risas y observación de las costumbres locales, que sientan en la misma mesa a desconocidos. ¿Alguien habló de networking? Pues esto era, ¿no?

El día amanece fresco y despejado. Una etapa agradable por delante para disfrutar de paisajes despejados, bosquecillos de alcornocales y vistas amplias. Los primeros kilómetros nos ofrecen algunos senderos entretenidos entre muretes de piedra. Todo tranquilidad hasta encarar una subida hacia el Barranco do Velho, con un porcentaje constante del quince o veinte por ciento. Vamos, que ahí comienza el paseo del día, el típico etapón que al final casi alcanza los dos mil metros de desnivel acumulado. Y eso sin apenas pasar los 500 metros de altitud.

José Augusto decide seguir por carretera y se encontrará con Fran y Alberto en Cachopo, el último pueblo antes de Vaqueiros, donde termina la jornada. Así que el pelotón se queda en cinco ciclistas. Por el cordal del Barranco Velho comienza un entretenido sube y baja… hasta que termina por convertirse en más que un sube y baja, en bajadas profundas hasta los arroyos y subidas bestias hasta recuperar la cota que se había perdido.

Esto que comento, repetido unas cuantas veces, ha terminado por convertirse, como decía, en un pequeño martirio. Los kilómetros pasaban despacio mientras el sol apretaba como para agradecer las pocas sombras que ofrecía el camino. Y así nos han dado las tres y media de la tarde con un plátano como único alimento sólido desde el desayuno. Quizá por eso y por el cansancio las super tostas mixtas que han caído en un bar de Cachopo han estado cerca del éxtasis. Eso sí, también hay que decir que había un par de millones de moscas allí dentro seguramente en busca de las migas de ese manjar. Pero daba igual, como digo, gloriosa la tosta.

El tramo final hasta Vaqueiros ha sido entretenido. Unas cuantas cuestas para rematar la faena, no podía ser de otra manera. Por fin, eran más de las seis de la tarde cuando nos hemos encontrado con José Augusto, Fran y Alberto, que habían llegado a eso de las dos y media. Hasta aquí la crónica. Mañana será la última… hasta el próximo proyecto Rodamos Suave Suave.

Distancia recorrida: 63,2 km. Desnivel acumulado: 1.988 m. Tiempo de pedaleo: 5h 26min.

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