Etapa 3: Lagos-Sagres #AlgarveRSS

by Julen

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Justo al lado del apartamento quedaba la praia Dona Ana, una espectacular maravilla protegida por los acantilados de color ocre tan típicos de esta zona. Ha sido solo el primer botón de muestra de lo que ha ofrecido la etapa de hoy. La costa vicentina resulta majestuosa: los arenales se suceden escondidos entre promontorios que guardan el secreto hasta el último momento. Y a medida que nos acercamos a la costa occidental los acantilados crecen en espectacularidad.

Nos habían recomendado una trattoria en Lagos pero estaba cerrada. Así que ya con la idea de cenar en un italiano nos fuimos a otro de la zona histórica, repleta por cierto de ofertas gastronómicas de las más variadas procedencias. Nada del otro mundo, la verdad, el restaurante que elegimos. Proteínas a las que faltaba algo más de mano en la elaboración.

La zona histórica de Lagos reúne en sus calles adoquinadas un poco de todo: casas terreras de aire colonial, alguna que otra iglesia, tiendecitas con más y menos encanto y, como decía, una considerable colección de restaurantes. Se veía animación incluyendo más de un ejemplar de la Europa al norte de los Pirineos en busca de su ración etílica habitual.

Ya en ruta, el día ha comenzado como los dos anteriores, o sea, fresco y despejado. Una primera parte algo sosa pero a partir de Boca do Rio y pasado más tarde Vila do Bispo en busca de la costa vicentina, ha resultado una pequeña maravilla. Los arenales entre los acantilados se veían perfectamente alineados desde una pequeña elevación a la salida de Boca do Rio, un lugar fascinante. Merece la pena pedalear junto a la costa.

El primer encuentro con la costa vicentina occidental ha sucedido en Praia do Castelejo, entre enormes murallones de piedra. Aguas de surfistas y, cómo no, de campistas con sus autocaravanas por todas partes. Después de que el bar de la playa estuviera cerrado nos hemos animado a pedalear hacia arriba de nuevo hasta el mirador de la playa de Cordoama para bajar otra vez a nivel del mar hasta la playa. Por fin una Coca-Cola y una ración de queso que ha sabido a gloria.

De nuevo hacia arriba para pedalear paralelos a la costa hacia el sur en busca del Cabo de San Vicente. Hemos tenido un curioso encuentro con un escarabajo pelotero en plena faena cual Sísifo maldito empujando su carga a no se sabe dónde. Y también con una cuadrilla de ancianetes de la Europa del Norte que hacían senderismo por la zona, cada cual a lo suyo. Con viento de culo y a velocidad de vértigo hemos alcanzado la punta suroccidental de Europa.

Y… vaya cómo estaba la zona del faro. Una sucesión de cutrechiringuitos portátiles y cuatro tiendas en un mercadillo con las cosas típicas. En fin, siempre quedará el resto de la costa.

Una carretera con una sucesión de rectas nos ha dejado en Sagres. Parece un lugar a medio hacer, deslavazado, sin un casco histórico que se precie de serlo. En fin, luego daremos una vuelta. Mientras, ahí fuera la ropa secándose tendida al sol y al viento, que por aquí parece habitual. Mañana comenzamos la Vía Algarviana. A ver qué tal.

Por cierto, poco a poco vamos colocando fotos en el álbum de Flickr.

Distancia recorrida: 71,79 km. Desnivel acumulado: 1.007 m. Tiempo de pedaleo: 4h 32min.

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2 comentarios

Etapa 4: Sagres-Marmelete #AlgarveRSS | Consultoría artesana en red 23/03/2016 - 01:13

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Aldeias históricas de Portugal en MTB – Consultoría artesana en red 07/02/2020 - 05:53

[…] el Algarve en una ruta que nos llevó primero por la costa hacia el oeste hasta terminar en el Cabo de San Vicente y luego de vuelta por el interior hasta Aljaraque, muy cerca de Huelva. Allí disfrutamos de buena […]

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