(Des)empleo e (in)competencias: industria 4.0 como un donut

La industria 4.0 es lo que está de actualidad. Parece que es el futuro y son constantes las alusiones a que esa será la forma que la industria se reinvente o no será. Mientras, en nuestro entorno, de vez en cuando siguen cayendo malas noticias: que si ERE temporal en Arcelor Mittal en Sestao o más de lo mismo como ese otro ERE en Tubos Reunidos.  Cosas del progreso, que solo acepta competitividad en su definición más crematística. Todo queda supeditado a que los números salgan. Las personas son números. Números que cuestan.

En estas andamos cuando se vuelve a escuchar la necesidad de nuevo conocimiento. Los diminutos seres humanos deben espabilar y adaptarse a las nuevas exigencias. Porque luego pasa que hay empresas que tienen trabajo y no tienen individuos con la cualificación adecuada. Los humanos tienen que mover el culo y hacer lo que las empresas necesitan. El proyecto de vida es proyecto supeditado a que te ganes el pan con el sudor de tus neuronas, de tus emociones y de tu flexibilidad. Ya lo dice Mercedes Benz: jornadas de 10 horas, menos pluses y trabajar en sábado. Ahora que hay trabajo no hay que dejarlo escapar. Luego, Dios proveerá.

Yo, muy formal con lo 4.0, acudí a una jornada organizada este martes pasado en el Parque Tecnológico de Miñano. Allí salude a colegas y pasamos la mañana en compañía agradable. Nos hablaban de La capacitación de las personas y las organizaciones para la Industria 4.0. Muy sugerente. Tuve la suerte de que los ponentes hicieron un juego y me tocó contestar preguntas. Genial. La sesión había comenzado con el, por lo que se ve, famosillo informe que manejaron en la última cumbre de Davos, ese que titulaban The Future of Jobs y que había sido realizado preguntando a un montón de directivos del mundo mundial que gestionan personas, recursos humanos o como esté de moda llamar a los seres humanos.

Ese informe dice lo que tiene que decir: que hay mucho por hacer, que hay que adaptarse, que si el mundo cambia, que si las flores huelen y todo eso. Si lees sobre el asunto de la industria 4.0, nada nuevo bajo el sol. Pero el informe está bien, muestra preocupación de los jefes del mundo por el futuro del empleo. Eso sí, el informe ha servido sobre todo para popularizar el dato de que se prevé una pérdida neta de cinco millones de empleos. No sé si han empezado a contar los de Arcelor Mittal y los de Tubos Reunidos. Ah, no, que son EREs temporales. No pasa nada. Más madera.

Pues eso, que casualidad llegó esta semana a mis manos mi bandeja de entrada del correo un nuevo informe, esta vez de la gente de Bosch, unos de los que más andan investigando lo 4.0 y la Internet de las Cosas.  En un white paper que han titulado Rule-based analysis of production data – manufacturing experts at the heart of Industry 4.0 siguen dale que te pego a los expertos y la expertez. Peroooo el caso es que no hablan de personas -bueno, sí, también- sino sobre todo de lo inteligentes que van a ser las máquinas. Sin miramientos, para qué andarnos con tonterías. El subrayado es de servidora:

What are the characteristics of a smart factory? In a smart factory, production and logistics operate autonomously. The factory can organize itself and its processes and solve any malfunctions or problems without requiring human intervention. Only in exceptional cases are people required to step in.

Y más adelante:

“Manufacturing experts’ knowledge needs to be translated into software in order to make production processes smarter and automate them.” This is often taken to mean that people will become obsolete in tomorrow’s manufacturing industry. But in fact, the role people play in future manufacturing environments will simply change, with people increasingly becoming the “creators” of smart manufacturing. Far from being superfluous, people will play an essential role in tomorrow’s manufacturing industry – they will be right at the heart of it.

Humanos: rendíos ante la evidencia. Vais a ser los creadores de la manufactura del futuro. Lo vais a hacer tan bien, tan bien, que a lo mejor hasta os quedáis sin empleo. Pero seréis esenciales para el futuro. Os convertiréis en el centro del donut: en nada, pero con un buen gusto a vuestro alrededor. Daos por satisfechos.