¿La clusterización de la economía es el pasado?

by Julen

Cluster of datana moth caterpillars on oakNo cabe duda de que cualquiera que pretenda entender cómo funciona la economía en esta parte del sur de Islandia tiene que echar mano de los clusters. Aquel trabajo realizado a principios de la década de los 90 del siglo pasado de la mano de Michael Porter marcó un antes y un después. La competitividad del territorio se articuló a partir del agrupamiento de empresas que compartían producto/mercado. Sí, hablamos del siglo pasado pero su sombra se ha alargado y hoy siguen vigentes. De hecho han aparecido en escena también los llamados preclusters. Más madera para un modelo de competitividad basado en el sector entendido en su formulación tradicional.

Hoy, sin embargo, los sectores se derriten como azucarillos en café caliente. Me coloco en mi caso personal: de 1997 a 2003 estuve trabajando en una empresa de automoción, Maier. Automoción y más automoción aunque en su día también fabricó componentes para electrodoméstico o para telefonía móvil. Pero allí mandaba automoción. Pues bien, leo hace poco en TU Lankide que ahora invierte en BIO, en concreto en Sendabio, una empresa que se dedica a «la investigación, desarrollo y comercialización de complementos alimenticios y farmacéuticos, basados en el Omega 3, más concretamente en su parte esencial, el DHA». Ya, automoción-automoción no parece, ¿verdad?

Lo podemos llamar diversificación y sirve para entender una de las derivadas que ha tomado todo esto: cada cual busca colocar huevos en cestos diversos. Pero más allá de este razonamiento, el sector se puede entender hoy en día como un factor limitante, una especie de cárcel fruto de una condena. Si esperas que quienes compitan contigo sean «los de siempre» puedes llevarte alguna que otra sorpresa. Maier sabe gestionar de una forma diferente a como quizá lo haga una empresa habitual BIO y las prácticas pueden traspasar sectores tradicionales en busca de terrenos fértiles quizá en actividades muy diferentes. Una empresa debe saber gestionar. Esa es la base. ¿Da igual en qué sector?

Pero es que, además, el sector encierra una visión clásica atada a la cadena de valor. Y no vamos a negar que sirve para el análisis pero hoy la mirada debe ser mucho más amplia. Hay que mirar a los clientes de los clientes, a los proveedores de los proveedores, a los grupos de interés, a la sociedad en su conjunto, a las macrotendencias sociales. Hay que colocar luces largas y mirar con cuanta más prospectiva mejor. Mi sector es mi sector pero puede convertirse en esa vieja zona de confort en la que morirás. A gusto, pero morirás.

Tenía pendiente publicar este post porque fue el pasado mes de octubre se celebró aquí al lado de casa el Basque Cluster Day, con saludo honorífico del señor Porter incluido. Yo no pude estar ese día aunque he procurado echar un vistazo a algunos materiales vía SPRI para intentar comprender la situación actual. El capitalismo global ha invadido todo y el agosto se puede hacer desde cualquier oportunidad, da igual que tenga que ver con una u otra actividad clasificada en este o aquel sector.

Sí, puede ser que la idea de los clusters ayude a fotografiar un territorio pero hoy la competitividad se define mucho más por el movimiento, por lo que se puede ser y no tanto por lo que se es. ¿Hay que derribar fronteras? ¿Ayuda una primera definición «sectorial» de la empresa a que cada cual se ubique y después ya se pondrán en marcha iniciativas intercluster? Me da que el futuro pasa más por lo segundo que por lo primero. Así que habrá que ver dónde se pone el énfasis.

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20 comentarios

Isabel 18/12/2015 - 11:10

¿Es pasado? Si, ¿Es útil? En la mayor parte de los casos seguramente no.

La clasificación sectorial hace mucho, mucho que se ha quedado obsoleta y eso era lo que teóricamente se pretendía corregir con los clusters pero el mayor problema en uno y otro caso es la burocratización de las estructuras que se crean. Claro que por otro lado son único tipo de estructuras a las que se dota de legitimación, y eso afecta tanto a la capacidad de interlocución con las instituciones como al acceso a fondos públicos.

No es fácil manejarse en la complejidad, no dejo de pensar en el aire como estructura 🙂

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Juanjo Brizuela 21/12/2015 - 11:43

Pues a mí me impone cierto respeto este tema: ¿saber gestionar? ¿y esto no tiene nada que ver con cómo gestionar en cada contexto? ¿sólo hay una forma de gestionar?
No me queda claro.

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Julen 22/12/2015 - 08:56

No lo veo tanto como que haya «una forma» como que, al final, todo se puede reducir a lo mismo: personas, mercados, productos, innovación… Vamos, que las claves son las mismas y que lo que al final acaban aprendiendo en una empresa es a tratar con retos que van a apareciendo en el horizonte. En este sentido, no veo tantas diferencias de unas empresas a otras. Otra cosa es que, como bien dices, los contextos son diferentes pero me da que la esencia es la misma. Y dicho lo anterior, quizá se trate de que vendemos demasiado «humo» en cuanto a especificidades. De todas formas, me parecen oportunas tus preguntas y admiten, seguro, un amplio abanico de opiniones.

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¿Innovar? ¿Por qué no una coevolución responsable? – Consultoría artesana en red 13/09/2021 - 06:30

[…] Particularmente creo que una de las claves de la competitividad contemporáneta de cualquier organización pasa por manejar información. «Manejar» quiere decir tratarla adecuadamente en todo su ciclo de vida. Esto quiere decir que primero hay que captarla, luego diseminarla allá donde haga falta y después aplicarla a una toma de decisiones que marcará las diferencias. Me gusta jugar con el símil de la ventana abierta. En una organización tiene que correr aire. Tenemos que dejar que entren inputs del exterior para coevolucionar con los agentes que conforman la cadena de valor de nuestro sector. Por cierto, con una idea cada vez más amplia de «sector». […]

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