Capitalismo consciente, pero consciente ¿de qué?

Ahora que en París está el mundo de cumbre por el cambio climático la supervivencia de la humanidad, conviene mirar al sistema único existente hoy en día: el capitalismo global. No hay más. Quedaron atrás aquellos tiempos de capitalismo y comunismo. Finalmente solo hay un ganador que cual Gargantúa moderno, es capaz de tragarlo todo. Le da igual que sea arte, emociones, cultura, materias primas o información. Todo queda succionado por su inmenso poder.

La criatura no admite ningún otro. El sistema lo es todo. Todo ocurre allí. La mejor de las actitudes, la ética exquisita encuentra su salida -sí, también- a través del consumo. Sirve con añadir «responsable» al hecho en sí y asunto arreglado: se incorpora al sistema, al único y omnipresente. Ahora será comercio responsable. Pero a fin de cuentas comercio y valor de mercado, transacción económica como una única referencia posible.

La economía era una cosa. El capitalismo otra. Pero la primera sucumbió a manos del segundo. Lo hizo añadiendo un poco más de lógica financiera a todo lo existente y atendiendo a la avaricia de muchos (no sé qué porcentaje del total y esto inquieta) para ganar dinero. Las lógicas de la acumulación se mueven en círculos virtuosos que se retroalimentan constantemente. Nunca entenderé por qué alguien que gana millones de euros se enmierda en paraísos fiscales y evasión de impuestos. No, no hay límite. Quien tiene millones solo dispone de unas lentes para mirar el mundo: necesita más millones porque ese es su juego. Parecería que hoy el capitalismo global solo juega a eso, lo único que sabe.

Sí, lo vuelvo a decir: el capitalismo se hace artístico, emocional, cognitivo, creativo y consciente. ¿Consciente? Sí, hay una línea de pensamiento que aboga por utilizar este adjetivo, como ya comentamos aquí hace un par de años. Capitalismo consciente, con su indicativo de marca registrada, para que quede claro. Lo explicaban así John Mackey y Raj Sisodia en su libro Conscious Capitalism:

We believe that business is good because it creates value, it is ethical because it is based on voluntary exchange, it is noble because it can elevate our existence, and it is heroic because it lifts people out of poverty and creates prosperity. Free-enterprise capitalism is the most powerful system for social cooperation and human progress ever conceived. It is one of the most compelling ideas we humans have ever had. But we can aspire to something even greater.

No me digáis que no es una mirada optimista. Es casi lo mejor que hemos sido capaces de producir los humanos: el capitalismo. Quizá en algún momento fue así. Hoy en gran parte ha perdido consciencia del otro, ha perdido el sentido de la empatía. Hoy solo se guía por un modelo de acumulación. Más y más. Crecer y facturar para obtener más beneficios. El capitalismo global es consciente de lo que es. Pero, un momento: ¿es que el capitalismo global es algo o alguien definido, algo o alguien con quien se puede dialogar? ¿Dónde están sus representantes? Ya, son muchos y diversos. ¿Se han autoelegido?

Capitalismo consciente, pero consciente ¿de qué? Echa un vistazo a sus cuatro principios a través de este gráfico elaborado por Guadalupe de la Mata.

Todo suena estupendo. Más madera para el motor de los sueños y de la vida: el capitalismo global. Es lo que hay. Elecciones en breve. Pero nadie pregunta si queremos este sistema. ¿Para qué? No hay otro. La papeleta es una. Que la introduzcas o no en la urna no sirve para nada. Siéntete libre de consumir con responsabilidad. Disculpad otro lunes pesimista.

La fotografía para la home es de ed_needs_a_bicycle en Flickr.