Viajes

by Julen

Sin título¿Cómo nacen? ¿De dónde vienen? El caso es que un día aparecen. Primero, siempre primero en la imaginación. Una idea, una vista, un olor. Los sentidos juguetean por dentro. No, no se sabe muy bien cómo ni por qué, pero el viaje comienza aquí dentro, donde no puedes ni intuir que existirá. Luego, poco a poco, algunos viajes se van abriendo paso. Solo algunos.

Preparar el viaje, todos esos momentos en los que uno cree que anticipa. ¿Para qué? Para luego dejar que todo suceda como tenga que suceder. Será de tal o cual forma. Un detalle, una fotografía, un vídeo, una lectura. Todo sirvió para gestar el viaje. Por fin va cogiendo tono, se va envalentonando, pugna por ocupar otro espacio, por salir fuera y respirar.

Luego cuando por fin sucede, los momentos de agolpan. El primer día resitúa todo el escenario. Lo que pudo ser y no fue queda a un lado. Ahora no. Ya no hay vuelta atrás. El camino sale al encuentro. Y todo cobra por momentos un extraño sentido de irrealidad. ¡Qué curioso! Cuando todo debía ser intenso, profundo, ensordecedor. Los sentidos empequeñecen y se vuelven humildes. Hay que hacerse a un lado.

No quiero pensar en el final. La meta es solo ese sitio que está antes de la siguiente pedalada. Un lugar como otro cualquiera, desprovisto de cualquier carácter mítico. Por mucho que juguemos con la simbología de alcanzarlo. La épica estúpida de creer que hemos conquistado algo cuando solo se trata del que precede al siguiente. El camino continúa allá delante con tantas opciones como solo la imaginación es capaz de proyectar.

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