Otra vez el lamentable servicio de Euskaltel

Actualización.- Recibo ayer 15 de julio llamada de Euskaltel en la que me explican que nada más realizar el contrato, resulta que, casualidades de la vida, se ha producido una modificación en la política comercial (expresión literal). Como resultado de ella los precios suben. Estoy a la espera de que me confirmen las cantidades a devolver según correo que les he remitido esta misma mañana del 16 de julio. Seguiré actualizando el post con lo que me expliquen. Pinta a lo de siempre: primero captar cliente y luego cuando ya lo tengo, explotarlo hasta donde pueda.

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Quizá la culpa no sea de nadie más: mía y solo mía. ¿Por qué? Por volver a contratar con Euskaltel. Pero es que el asunto fue bien sencillo. Recibí en su día una llamada de una comercial en la que me ofreció unas condiciones. Son las que veis en la imagen adjunta. Me indicaba lo que estaba pagando y me ofrecía una mejora, especificada con cifras concretas.

No creáis que no tuve mis dudas. Se trataba, sin más, de pasar los dos móviles que teníamos con Yoigo de nuevo a Euskaltel. Debo decir que mi relación con Yoigo ha sido impoluta, nada que objetar. Simplemente como las condiciones de Euskaltel me permitían ahorrar algo de dinero al mes, me dije: de vuelta al hogar, nueva oportunidad para Euskaltel. Además, simplifico trámites: una sola factura en vez de dos.

Llega la primera factura de Euskaltel y ¡zas!, me están cobrando de más. Las cantidades que me facturan no se corresponden con lo que me ofrecieron. Pues nada, todo parece muy claro. Abro una reclamación, les envío el correo electrónico en el que pueden comprobar lo acordado y quedo a la espera. No es muy complicado, ¿verdad? Hago yo mismo las restas por si en Euskaltel andan mal con estas cosas. La primera cifra es la cantidad que me han facturado y la segunda la ofrecida:

• Telefonía Fija: 18,95 – 15,70 = 3,25 €
• Internet: 24,7108 – 20,58 = 4,1308 €
• Televisión: 22,85 – 11,21 = 11,64 €

Pasan los días. Para mí es una gestión absolutamente sencilla. Es hacer unas restas: lo que me han facturado menos lo que me ofrecieron según lo que os muestro. Eso es lo que me tienen que devolver. Más de veinte días después de poner la reclamación y después de haberles preguntado qué pasaba con ella, me dicen que sí, que me van a devolver lo que me corresponde.

Llega una nueva factura. ¡Otra vez mal! ¡Otra vez me están cobrando de más! Nueva reclamación. Ya con cierto mosqueo. Quien me atiende me dice que mi reclamación inicial ha sido compleja y que han tenido que hablar con varios departamentos 0_0

En la conversación me empieza a contar algunas cosas que me ponen la mosca detrás de la oreja. Le pregunto por las cantidades que me habían dicho que me iban a devolver para ver si las restas son correctas. ¡No puede ser! ¡Son por un importe menor! Abro una nueva reclamación. Bueno, en realidad sumo a la segunda reclamación este nuevo asunto: que la devolución que me tienen que hacer se corresponda con la resta adecuada. Quedo a la espera. Así estoy. Ya contaremos el desenlace algún día 🙁

La imagen para la página de inicio del blog es de Aris Sánchez en Flickr.