Hay que mirar, tocar, sentir, darle la vuelta, tomar perspectiva y no sé cuántas cosas más. El producto está ahí, a la vista, delante de ti. Luce con sus colores, con su diseño. Hay tiempo para observarlo. No hay prisa. Conviene que nos quede claro lo que ofrece y lo que no. No es cuestión de comprar de cualquier manera. Tú y yo lo hacemos de forma racional.
La compra es un gran motor para esta sociedad de comienzos del siglo XXI. El consumo, lo llaman. Si no consumimos, el mundo se viene abajo. Debe ser el fin de la civilización, según parece. Por eso, ese producto merece nuestra atención. Estamos contribuyendo a que el mundo, tal como lo hemos conocido, siga existiendo. Es la forma en que reivindicar que hay futuro, para nosotras, para nuestros hijos y hasta para los nietos.
La tienda luce sus mejores galas. Sabe que su lugar en el ecosistema es delicado pero la calle está para recorrerla. El escaparate sigue siendo el punto de atracción. ¡Aquellos tiempos! ¡Ir a mirar escaparates! Una forma de pasar el tiempo, una fase aún embrionaria de la moderna sociedad que hemos construido. Eran tiempos felices dentro de sus limitaciones. La tarde pasaba mirando escaparates. La compra era una cosa mucho más seria y restringida.
Hoy en cambio la lujuria del consumo nos ha ganado. Somos lo que consumimos y nos definimos en nuestros valores más íntimos por ese acto litúrgico de la compra. Comprar es como comulgar. Un momento de experiencia vital intensa. Lo han rodeado de las mejores galas. De publicidad en el punto de venta, de formas y colores, de olores, de sensaciones como nunca antes. El arte a nuestro alcance. Estética por todas partes. Nos dicen que somos inteligentes. Y que somos sensibles. Y compramos, vaya si lo hacemos.
Por eso la tienda de barrio tiene sentido. El producto. Lo sentimos y lo vemos. Lo apreciamos. El maravilloso punto de contacto con quien atiende en el mostrador. Su sonrisa, su profesionalidad. Sus ganas de dignidad en este mundo que ha acelerado para dejar atrás su propuesta. ¿Por qué?
Luego, claro, lo compramos en Amazon. La ley de la selva.
20 comentarios
Nuevo post: Y al final, lo compras en Amazon http://t.co/0QGF8N7fef ¿De verdad es así y tiene que serlo? 🙁
Y al final, lo compras en Amazon: Hay que mirar, tocar, sentir, darle la vuelta, tomar perspectiv… http://t.co/xXnGvgEOKt #Innovación
Y al final, lo compras en Amazon http://t.co/mSyaxY5CSM Nuevo post de @juleniturbe
Y al final, lo compras en Amazon
http://t.co/SpxvAlvE9d by @juleniturbe
RT @MikelSB: Y al final, lo compras en Amazon http://t.co/mSyaxY5CSM Nuevo post de @juleniturbe
Y al final, lo compras en Amazon: Hay que mirar, tocar, sentir, darle la vuelta, tomar perspectiva y no … http://t.co/XWzoDkBlBq #RRHH
Y al final, lo compras en Amazon http://t.co/SRPbThjzUh un nuevo post de @juleniturbe
Pero aquí, como casi siempre, vamos un poquito por detrás, en Australia por ejemplo a éste fenómeno del «showrooming» ya le están intentando poner freno de alguna manera: http://www.cnet.com/news/store-charges-5-showrooming-fee-to-looky-loos/
Tienes que pagar $5 «sólo por mirar», si compras, te lo descuentan de la fianza.
Ahora, es que es muy peligroso ver un producto a la venta (lo mío son los «cacharritos») a un precio «X», apuntar a su código de barras con la APP de Amazon y que te diga que mañana lo puedes tener en tu casa un 35% más barato del precio que estás viendo en el expositor. ¿Alguien puede resistirse a comprarlo físicamente teniendo la otra opción? Yo se lo he demostrado a un responsable de la propia tienda y lo único que ha podido hacer es encogerse de hombros (él también lo haría, seguro).
Bufff, Venan, esto último que comentas es demoledor para la tienda 🙁
De acuerdo, Julen, eso es lo que hay. La logistica de Amazon es tan eficiente, que ya estamos dispuestos a esperar. Las decisiones de compra como opcion politica son un tema complicadete 🙁
Cada vez es más político nuestro acto de compra, no tengo duda alguna. El gran triunfo del capitalismo.
Removiendo conciencias pero tan duro como la vida misma… y me toca de cerca, muy de cerca
Hay que hurgar en la conciencia, Juanjo, porque el asunto es complicadillo para el comercio tradicional.
Amazon vende por precio, y por la comodida de recibirlo en casa. Pero es una tienda carente de emociones. La lástima es que las tiendas de barrio son iguales. Las pocas que aprenden que tienen que aportar un plus de personalidad a sus empresas y de emoción a sus clientes triunfan, por más drones que invente amazon. Hacen falta más empresas con personalidad.
Desde luego, Jesús, que la «tienda tradicional» tiene que dar un paso al frente y renovar su oferta. Tiene que ser creativa y buscar huecos en los que asentar su competitividad. Por cierto, gracias por pasarte por aquí 🙂
Me comentaban de lo mismo hace unos meses en China, mirar en tienda y comprar en Tmall, que pertenece al gigante del ecommerce Alibaba.
Será, Iván, que es tendencia planetaria. Habrá que ver cómo evoluciona porque da un poco de respeto…
Y al final, lo compras en Amazon http://t.co/7K1m4FGam0
«Y al final, lo compras en Amazon» http://t.co/RLGNjsOLt6 #innovación #feedly
[…] de ciclismo como Chain Reaction, generalistas de deporte como Wiggle o la todopoderosa Amazon, de la que ya escribíamos aquí hace poco. Todo un galimatías de distribución y supuestas experiencias de cliente. Estaremos atentas a la […]