Concentración

by Julen

Miyako get serious about aiming a toyComienza muchas veces por azar. El horizonte empequeñece preso de extrañas fuerzas centrípetas. Se repliega sobre sí mismo y se deja caer por una espiral que solo conduce al único lugar posible. Allí espera. Reconozco que me dejo llevar. Es un placer sentir su dulce presión. Abandono lo demás.

Un libro es un buen ejemplo. No un libro cualquiera. El destino es esa página final, numerada desde el comienzo. Una estación de destino nítida, evidente, sin ambages. Así que doy rienda suelta a la lectura. Atrapa. Cautiva. La mirada recorre cada línea, desciende y vuelve a subir. Una página, la siguiente. Un capítulo, el siguiente. Un orden natural.

Sucede de vez en cuando. Porque la complicidad es uno de los misterios más hermosos. Supongo que quien lo escribió pensó que podría suceder. Pero son tantas las variables que nunca es posible predecirlo. Sin embargo, se sabe que sucede. Una comunión entre dos partes que se necesitan. Cada cual celebra su ritual. Con un destino en la última página.

Me gusta la sucesión de momentos. Capítulos y páginas, una secuencia distribuida al azar por el tiempo disponible de cada cual. Yo abuso y me exijo dedicación. Emerge como una prioridad frente a otras posibles tareas. El libro atrapa. Estoy en ello. Con la mirada puesta en el final y la satisfacción de avanzar por un camino pleno de sugerencias. En papel.

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