5: Níjar – Almerimar

by Julen

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La tarde nos permitió conocer algo más de Níjar. La entrada no le hace justicia.
Hasta no llegar a la plaza de la iglesia cuesta encontrarle el encanto, pero luego resulta ser un pueblo con carácter, apartado del turismo típico que bombardea con recuerdos en venta a cual más sospechoso. No, Níjar parece todavía a salvo de esas modernas formas camufladas de artesanía local.

Unos niños llevaban a un Nazareno en procesión para orgullo de sus madres y padres. La banda tocaba melodías propias de un miércoles santo. Como cada año por estas fechas, el pueblo seguro que estaba lleno de emigrantes que regresan a pasar estos días de vacaciones.

O sea, que la tarde se nos pasó bien entretenida. Desde una terraza junto a la plaza de la iglesia pudimos observar todo con detalle. Teníamos, no cabe duda, la mejor de las tribunas. Entre tapa y tapa nos fuimos haciendo una composición de lugar sobre los usos y costumbres locales.

Como cada día a las ocho toca desayuno. El único bar abierto brinda un panorama antropológico bien interesante. Eso sí, todo hombres. Y una mujer joven sirviendo. Conversaciones curiosas.

Ya en ruta, la etapa ha tenido dos partes bien diferenciadas. La primera a través de la Sierra Alhamilla. Primero una larga subida de unos 20 kilómetros hasta llegar a sus cumbres desde las que se divisa a un lado el desierto de Tabernas y al otro los dos mares, el Mediterráneo y el de plásticos. Por cierto, la bajada ha sido tremenda con unos desniveles bestiales hasta llegar al balneario de Baños de Alhamilla.

La segunda parte, una vez llegados a Almería, nos conduce de nuevo pegados a la costa. Primero unos tramos de carretera y después kilómetros y kilómetros de paseo junto al mar compartiendo espacio con gente que pasea tranquila con la familia.

Al finalizar las enormes playas de Roquetas se alcanza un paraje natural con salinas y sus habituales moradores, los flamencos. Desde allí se retoma la carretera para pedalear por unas largas rectas en las que Alberto ha tenido la suerte de pinchar. Contra lo que suele ser habitual en nosotros, cambio rápido de cámara y a recorrer el último tramo pegados a la parte trasera de los invernaderos. Una zona deprimente, por decir algo.

Enseguida se han divisado las moles de apartamentos de Almerimar, donde hoy hacemos el fin de etapa. Un tramo final entretenido de nuevo entre lagunas y ¡mosquitos! nos ha hecho acelerar el paso.
Han sido casi cien kilómetros pero se ha hecho muy llevadero porque el ascenso ha sido con la fresca de la mañana, muy agradable y con el habitual paso rumbero que se se está marcando Alberto. Suave suave de verdad, jeje.

Distancia recorrida: 96 km. Desnivel acumulado: 1.284m. Tiempo de pedaleo: 7h 3min.

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2 comentarios

6: Almerimar – Motril | Consultoría artesana en red 03/04/2015 - 17:45

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Otra muesca en la mochila: #MediTB15 | Consultoría artesana en red 12/04/2015 - 08:15

[…] primera parte, pegada a la costa excepto por la escaramuza a la Sierra Alhamilla, ha servido para disfrutar de profundos contrastes. Los invernaderos marcan buena parte de la ruta, […]

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