4: San José – Níjar

Si ayer aprovechamos desde Agua Amarga hasta San José el track de la Transandalus (por cierto, Fran, apunta una pareja en dirección Agua Amarga) hoy hemos hecho lo mismo hasta dejarlo unos kilómetros antes de llegar a Almería porque nos desviábamos hacia el interior en busca de Níjar, nuestro fin de etapa de hoy. Pasamos ayer la tarde-noche con Miguel, ya que finalmente había alargado etapa hasta San José para marchar luego a Granada desde Almería. De nuevo conversación agradable, buena cena y a dormir. A ver si nos volvemos a ver.

San José es uno de los puntos neurálgicos en Cabo de Gata. Bastante oferta turística aunque mantiene todavía cierto encanto hippie. Bueno, sin exagerar. Se veía animación y más que habrá ahora que llegan los días fuertes de la Semana Santa.

La salida nos conduce hacia algunas de las archiconocidas calas de este parque natural. Hablamos, claro está, de las de Genoveses y Mónsul. Esta última en buena parte debido al rodaje de varias escenas de Indiana Jones y la última cruzada. La pista da acceso a las calas aunque a esta primera hora de la mañana están casi desiertas. Los parajes verdean debido a las lluvias de fechas recientes, una delicia mirando hacia el interior y otra hacia la costa.

Poco a poco vamos subiendo por el sendero de Vela Blanca hasta la cima, desde donde hay vistas estupendas tanto de poniente como de levante. Rápida bajada con varias paradas para contemplar la costa y sus caprichosas formas derivadas del vulcanismo que la conformó en sus días.

Caemos hasta la playa junto a Almadraba de Monteleva. Un té, conversación sobre consultoría con Alberto, una llamada a un cliente y un proyecto que confirmamos para comenzar a finales de abril. Así da gusto pedalear, jeje.

Esta pedanía de Almería nació de la mano de las salinas y cuenta con un conjunto de casas encantador donde en su día se alojaban quienes trabajaban allí. Las barcas varadas en la playa, la majestuosa vista de Cabo de Gata a la izquierda y los kilómetros de horizonte hasta Almería le proporcionan un encanto especial.

El viento de levante previsto hace por fin su aparición. Primero a favor y luego… luego enseguida os cuento. Antes hay que narrar el episodio del orgullo herido de Alberto. Al ver que le iban pasando unos tras otro unos cuantos domingueros de pedaleo con pies abiertos y bicis de cien euros, ha decidido dejar las cosas en su sitio y cascarse cinco kilómetros como si le fuera la vida en ello. Menos mal que luego había tramo de recuperación. Si es que somos como niños.

El caso es que ha sido girar a la derecha para coger camino de Níjar y ¡zas! el ventarraco de levante en la cara. Cuando por fin hemos dejado el asfalto para rodar por pistas y caminos olvidados de la mano de Dios, se nos ha caído todo ese viento encima. Tremendo. Y eso que unos cuantos kilómetros los hemos hecho protegidos dentro de una rambla. Hasta se agradecía el suelo arenoso, que aunque cansino, suponía evitar el viento por ir encajado entre paredes rotas por la erosión. Han sido algo más de treinta kilómetros rumberos de verdad. Buff.

Muy a gusto debía ir yo que en una de estas me he ido de morros al suelo. Algo de chasis y un poco de pintura. Nada de importancia. Al menos hoy. Mañana seguro que me acordaré de lo torpe que soy.

Pues eso, que me voy a colgar la ropa. A ver si ha terminado la lavadora. Mañana hay que arrear con una subida de mil metros de desnivel al comienzo del día. Nos espera Sierra Alhamilla, con el desierto de Tabernas a un lado y el Mediterráneo al otro. Veremos qué tal viento.

Distancia recorrida: 62,91 km. Desnivel acumulado: 1.038 m. Tiempo de pedaleo: 5h 11min.

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Enlaces con material complementario

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