10: Tolox – Júzcar

by Julen

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El hotel Cerro de Hijar es espectacular. Su emplazamiento permite una vista que alcanza kilómetros de lomas, verdes en esta época del año. Abajo queda Tolox y después un continuo goteo de montes hasta que pierdes la vista en el horizonte. Un jardín, un spa, una piscina, habitaciones con vistas, una buena cocina. Todo perfecto. O casi, porque el factor humano cuenta. Y ahí se perdió parte del encanto.

Que hayas llamado dos días antes para concertar un masaje a una hora determinada, que cuando haces la entrada lo vuelvas a confirmar y que se les olvide avisar a la profesional en cuestión… en fin. Al final ha podido venir porque estaba en Tolox pero el detalle ha sido feo. No hicieron la gestión la primera vez y tampoco la segunda. Luego, no sé, me ha dado la sensación de un cierto trato displicente. Ya veis, todo prometía lo mejor y cuando las expectativas son altas, más dura es la caída. Tampoco han ayudado los cerca de cuarenta minutos esperando para el primer plato de la cena o que después de explicarme el plato principal que quería me digan que no lo tienen. Bueno, me paro, que voy a parecer un amargao. También creo que todo esto tiene que ver con esa recurrente falta de personal. Una persona sola para todo no da de sí.

Como decía, al final ha llegado la mujer que se encarga de los masajes. Estupendo. Me ha venido de perlas. Muy amable, hemos estado hablando de estas cosas de los dolores, las contracturas y los estiramientos. Ya veis, apasionante el mundo de la fisioterapia. A mí, me va, lo reconozco. Sería una profesión que me encantaría, seguro. Bueno, para cuando sea mayor. De momento tengo lo de la consultoría.

La etapa de hoy se inicia a más de 500 metros de altitud y llega a superar los 1.200. Vamos, que tiene su miga. Sin embargo, como quiera que la recomendación de la fisioterapeuta de ayer era la de ir suave suave de verdad, me he decidido a pasear estilo verano azul pero por el monte. Excepto cuando las cuestas se ponían duras de verdad. Qué bien lo habría pasado Alberto con semejante ritmo rumbero. Foto aquí, foto allá. Paradita para echar un vistazo a esa vista tan bonita, a ese pinsapo, a ese arroyo, a esos nubarrones. Todo servía para ralentizar la marcha.

La etapa ha terminado por acumular algo más de 1.200 metros de desnivel. Por eso lo de verano azul ha terminado siendo un poco relativo. Además, el viento arreciaba en las zonas altas, aunque la mayor parte a favor. Menos mal, porque pegaba fuerte de veras.

Si días atrás me quejaba de gentíos, hoy me he consolado. Cuarenta kilómetros sin ver un alma. Bueno, excepto si las cabras la poseen. Pistas solitarias por terreno tremendamente escarpado. Me ha sorprendido la orografía. Vaya desniveles.

Se toma un primer tramo en ascenso hasta el puerto de las Golondrinas. Luego bajada rápida y vuelta a subir con algún que otro descenso intercalado. La subida hasta el pinsapo de Escaleretas salva un desnivel de 700 metros que hay que tomarse con calma. El cielo amenazador me ha respetado. Cuatro gotas y nada más.

Tras los casi cuarenta kilómetros por pistas se desemboca en la carretera que va de Málaga a Ronda. Nada más enlazar con ella paro en la Venta de La Laja. Chimenea encendida para dejar las cosas claras. El termómetro me ha marcado hoy una mínima de cuatro grados. ¿Os acordáis de los 35 de hace unos días? Un par de parejas que han entrado a comer no lo han dudado: derechos a sentarse en las mesas junto a la chimenea.

Me quedaban solo quince kilómetros hasta Júzcar, por una carretera local en bajada. Viento fuerte de nuevo. Menos mal que vamos para abajo. Un frío considerable ha hecho que en cuanto he aterrizado en el pueblo me haya dirigido a una tasca a tomar un té caliente caliente. Qué placer.

El pueblo, por cierto, de flipar. Había incluso unos cuantos japoneses haciendo fotos. Pitufo everywhere. El hotel también de color pitufo. Toda una decisión la de colorear el pueblo así y concebirlo como una especie de parque temático. Para gustos los colores. Yo no lo hubiera hecho pero supongo que la economía manda.

En fin, me voy a dar una vuelta a ver si descubro encantos escondidos. Mañana nos vemos. A ver si el hielo hace su función y tranquiliza ese gemelo derecho que va dando guerra. Cuántos achaques a estas edades.

Distancia recorrida: 51,83 km. Desnivel acumulado: 1.219 m. Tiempo de pedaleo: 4h 22min.

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8 comentarios

11: Júzcar – Gaucín | Consultoría artesana en red 08/04/2015 - 17:38

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