El futuro: ¿industria robotizada y mínimo empleo?

by Julen

bennett robot works at city foundry annexHoy ya no es difícil imaginar industrias que sustituyen en sus talleres personas por robots. Sean actividades de montaje, almacenamiento o grandes líneas de producción con máquinas de última generación, cada vez serán más quienes argumenten que se incrementa la productividad al reducir el número de personas que trabajan allí. Ha pasado, pasa y pasará: la sustitución de actividades humanas por otras maquinales parece imparable.

Si nos levantamos optimistas podemos hablar, por ejemplo, de reducción de riesgos. Pensad en la extracción de minerales. Imaginad una mina en la que en vez de personas que manipulan medios de producción son robots quienes trabajan. O, algo más realista, humanos que manejan a distancia las diferentes máquinas y que con visión artificial pueden teletrabajar como si estuvieran allí. Sí, no es tan difícil de imaginar. Lo podemos ver como progreso en la medida que contribuye a que el trabajo sea más seguro, según el ejemplo del que hablamos.

Por cierto, hace poco me hablaban de minas en Australia que ya están trabajando en este concepto de «sin personas». Tiempo al tiempo. Echa un vistazo a este vídeo y mira lo que ya está pasando.

Hablar de «cero empleo» parece una falacia. Se destruye un tipo de empleo y surgirá otro nuevo. Claro que lo que asusta un poco es la cantidad de ese supuesto nuevo empleo. Desde luego que habrá que inventar nuevos negocios porque cuando se mira a los actuales, la tendencia es más que evidente: menos personas para hacer lo mismo. Si un robot puede manipular una pieza y si la visión artificial no se equivoca, el humano sale mal parado. Su antiguo puesto de trabajo pasa a ser colonizado por cualquier tipo de automatización.

Al analizar lo que puede ofrecer la industria 4.0, este asunto de la reducción de empleo no es tema menor. Primero porque en una situación como la actual, donde la crisis nos ha puesto contra las cuerdas, la gente se ha vuelto hipersensible con el empleo. Pero es que, además, va a ser necesaria una rápida recreación de las actividades industriales, poniendo sobre la mesa modelos de negocio diferentes. En teoría la industria avanzada va a requerir «servicios avanzados» y la frontera entre industria y servicios parece que se puede acabar diluyendo, como también puede ocurrir con la sectorial.

Pero mientras tanto, la carrera por la eficiencia sigue provocando en la industria grandes daños colaterales. Las todopoderosas multinacionales reducen las personas a números al tiempo que rellenan páginas y páginas de sus memorias de responsabilidad social corporativa. Estamos ante una encrucijada. El empleo se vuelve un bien escaso. Hay que inventarlo. La industria necesita cada vez menos personas. El progreso se vuelve contradictorio. ¿Aprieta pero no ahoga? Puede que la crisis esté mostrando que sí, que ahoga. A demasiada gente.

Artículos relacionados

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.