Sobre excelentes y populares borregos egresados de la universidad

by Julen

OvejasGracias a Guillermo Dorronsoro he leído Tanta historia para esto: la gente que contratan cuando hablan de innovación, un artículo firmado por Esteban Fernández en El Confidencial. Lo de «excelentes y populares borregos» que da título a este post tiene que ver, a su vez, con el subtítulo que acompaña al artículo. El texto se para a analizar qué tipo de personas son las que salen de «los más prestigiosos centros educativos» hoy en día: excelentes y populares borregos. El autor, a partir del libro de William Deresiewicz Excellent Sheep, dibuja un panorama sombrío: gente que obedece al sistema y que en vez de innovar en el «qué» sabe que el éxito depende del «parecer» a través de la popularidad. No importa tanto el fondo como la forma y el alcance que se consiga.

Por supuesto que el tema es complejo y da para escribir largo y tendido. Quizá uno de los grandes problemas sea el endiosamiento de la idea de «cliente» dentro de la universidad y de la educación en general. Si el vínculo entre las partes se «mercantiliza» puede que todo lo demás no sea sino la lógica consecuencia. Dime cómo me mides y te diré cómo me voy a comportar. Si el cliente (empresa, sociedad, progenitores) exige empleabilidad y «éxito» lo lógico es que egresadas y egresados tengan ese perfil. Gente dócil y con la actitud adecuada. Gente para el sistema.

(…) no deja de ser significativo que las mejores universidades del mundo estén produciendo gente educada que dedica su talento a cumplir al pie de la letra y con una sonrisa las tareas que otros les asignan. Y cuando llegan al mundo de la empresa de élite, la cosa no cambia: muchas de ellas practican el learning by doing, que en realidad significa que los jóvenes siguen a uno de los socios de la compañía, se fijan en lo que hace, y lo reproducen tal cual. Su capacidad de análisis, de aportación y de innovación es cercana a cero.

Una buena manera de la que la rueda siga girando: aprender de lo que ya está sucediendo. Se reproducen los esquemas de comportamiento. El modelo a seguir ya está dentro y ahora solo hace falta que quienes ingresan en él aprendan mediante imitación. Comportamiento peligroso cuando menos, ¿no? Pero es lo que recomendamos: aprender de la experiencia.

Claro que parece difícil salir del círculo vicioso. Si tú, empresa empleadora, me mides por lo que te entrego puede que no me quede otra que entregártelo en bandeja con un lazo bien bonito para que veas que cumplo mi parte del trato. ¿Qué nos falta en todo este embrollo? El sentido crítico. Algo que -empiezo a tener problemas en las cuerdas vocales de tanto decirlo- echo demasiado en falta en el modelo educativo actual. Trabajar la crítica es incómodo para todas las partes. Así que mejor si la metemos bajo la alfombra.

El discurso puede complicarse más aún si introducimos las ideas de la psicopolítica de Byung-Chul Han. Antes se imponía la disciplina como forma de «pulir» a los estudiantes para conseguir que incorporaran determinados comportamientos. Hoy, en cambio, tiene más que ver con el alma. El encumbramiento de las políticas neoliberales donde las personas son emprendedoras y el sistema está a su servicio termina por convertir a las personas en carne de transacción entre el sistema educativo y sus clientes. Personas como instrumentos para un fin, pero no pulidas con la disciplina de la coacción a la fuerza sino mediante mecanismos mucho más contemporáneos.

El poder inteligente, amable, no opera de frente contra la voluntad de los sujetos sometidos, sino que dirige esa voluntad a su favor. Es más afirmativo que negador, más seductor que represor. Se esfuerza en generar emociones positivas y en explotarlas. Seduce en lugar de prohibir. No se enfrenta al sujeto, le da facilidades.
El poder inteligente se ajusta a la psique en lugar de disciplinarla y someterla a coacciones y prohibiciones. No nos impone ningún silencio. Al contrario: nos exige compartir, participar, comunicar nuestras opiniones, necesidades, deseos y preferencias; esto es, contar nuestra vida. Este poder amable es más poderoso que el poder represivo. Escapa a toda visibilidad. La presente crisis de libertad consiste en que estamos ante una técnica de poder que no niega o somete la libertad, sino que la explota. Se eliminar la decisión libre en favor de la libre elección entre distintas ofertas.

 

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43 comentarios

Raúl Hernández González 14/01/2015 - 06:59

La primera parte la entiendo y la comparto. Pero la segunda… no la entiendo. ¿Al darte libertad te hago menos libre? ¿Se refiere a que la libertad que nos dan es «de cartón piedra»? ¿Cómo es entonces la » verdadera libertad»?

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Julen 14/01/2015 - 07:29

Tiene que ver con que el sistema actual «parece» que en vez de «imponer» seduce para que hagamos las cosas porque nos gustan y sentimos que es lo que debemos hacer. Frente a la idea del panóptico donde la vigilancia era la forma en que las personas harían «lo que tenían que hacer», hoy todo gira alrededor de modelos mucho más elaborados donde es nuestra capacidad de elegir lo que se usa. Tiene mucho que ver con conceptos como la paradoja de la elección, el capitalismo cognitivo (o emocional). El discurso se carga de emoción, de coachings y alusiones a la autenticidad. Pero en el fondo lo que Byung-Chul Han explica es que ahora existe el «smart power» un poder que hace que las personas no sean conscientes de la dominación a la que están sometidas. Sí, pesimismo en estado puro. Si te pones a leer a este germano-coreano ten cuidado, que deprime 😉

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jotarp 14/01/2015 - 09:07

Para entender el último párrafo no hay más que mirar un poco más abajo: «Sign in with Twitter» / «Sign in with Facebook». Y un poco más abajo: «8 Tweets» «0 Facebook».
Después de mirar detenidamente esto, volver a leer el párrafo: «El poder inteligente, amable, no opera de frente contra la voluntad de los sujetos sometidos, sino que dirige esa voluntad a su favor. Es más afirmativo que negador, más seductor que represor. …»

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Julen 19/01/2015 - 07:20

Esto que comentas me recuerda que tengo que revisar esos números porque el plugin no va bien 😉

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Amalio Rey 14/01/2015 - 18:23

Este es un circulo vicioso que no tiene solución. Si la institución es docil y dependiente, los egresados también. Si las escuelas de negocio se financian con las grandes empresas, y el gran capital, van a responder a él. Ya lo dice el nombre, es «de negocios», así que el del dinero manda. Además, nadie se ruboriza por ello, incluso se plantea con bastante cinismo. Si quieres ser libre, o eso es muy importante para ti, estudias filosofía, en una universidad publica, por tu cuenta, pero no te metes a flirtear con las instituciones que viven del poder. Además, ser borrego/a es cojonudo, la mejor opción, si se lleva bien y no te comes mucho el coco 🙂

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Julen 19/01/2015 - 07:21

Será que es así de simple: «de negocios» 0_0

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Asier Gallastegi 15/01/2015 - 10:00

Ayer acompañando a dos alumnas en su trabajo final de grado les mostraba mi ultimo pin en pinterest. Una frase de Eduardo Galeano sobre la estrategia de generar duda como clave de la relación educativa. La imagen habla de los dos caminos que dibujas en el post. Por un lado de la necesidad de entrenar el musculo de la pregunta y la investigación, por otro el de hacer esto y más cosas conscientes del publico, de sus expectativas, del parecer,… Leia el otro día una entrevista sobre el calentamiento global y las estrategias para ocultar los datos. Estoy leyendo también «El impostor» de Javier Cercas. Algo hay de epica de plastico en el mundo laboral hoy. Y además es algo que funciona sin pretenderlo. Hay algo de glamour 2.0 que genera dinamicas algo extrañas. Seguiremos atentos. Abrazo

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Julen 19/01/2015 - 07:22

Asier, me apunto a eso de «generar duda». Sabio consejo, no cabe duda.

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Iñaki Murua 16/01/2015 - 18:14

Al final, lo que pensamos y creemos (a nivel personal como a nivel institucional) condiciona lo que hacemos, más allá de lo que decimos; el curriculum oculto también existe en las universidades (miremos cómo se concretan los planes de Bolonia en la realidad, sin ir más lejos, y qué ha cambiado) Y es que, encima, el alumnado crítico y creativo (llamadlo emprendedor, si queréis) no es cómodo.

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El silencio de los corderos y el modelo educativo 27/01/2015 - 21:11

[…] a quien aprecio mucho y cuyos comentarios me merecen un gran respeto. El post se titulaba “Sobre excelentes y populares borregos egresados de la universidad”. Hablaba de las cualidades y conocimientos que se inculcan a los jóvenes en el proceso […]

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