El futuro del management… si es que sobrevive tal como lo conocemos

by Julen

Future & PastNací en 1964. Estudié más que mis padres. Bueno, en el sentido de que fui a la Universidad, no como ellos. Eso sí, allí asistí a clases multitudinarias. Conocí la gran crisis de la siderurgia aquí en las márgenes de la ría de Bilbao. Pelotazos, desempleo, droga, suciedad. Eskorbuto como referencia, por simplificar. Pero una cosa es cierta: caló en mí la idea de que como sociedad iríamos progresando. Sí o sí.

Estudié «Psicología de las Organizaciones», una especialidad que supongo mostraba un cierto lado «humano» de las empresas. Optimismo como punto de partida. Y comencé a trabajar tras el típico postgrado. Un par de trabajos y por fin algo más serio, en una empresa de consultoría de la Corporación MONDRAGON. Todo lineal, progresando, como tenía que ser. Porque progreso podríamos llamarlo, ¿no? Y continuó, por cierto: seis años en aquella empresa y otros seis en otra industrial.

Aprendí sobre gestión. En su más amplio sentido. O eso creí.

Hoy, a comienzos de 2015 las líneas se han quebrado y el progreso hace peligrosas piruetas en el aire. Las certezas se disuelven como azucarillos en el café hirviendo. Esa cosa llamada management se escapa entre los dedos. Licuado y centrifugado, no proporciona pistas para explicar cómo hacer las cosas «bien». Ganan los listillos de la clase, quienes más ruido hacen o quienes captan mejor la tontuna del consumidor. O quienes tienen suerte. El esfuerzo cada vez más se reemplaza con el pelotazo como gran concepto de la sociedad contemporánea. Con notables excepciones, como siempre.

En estas estamos cuando leo Management intuition for the next 50 years, un artículo seleccionado por McKinsey entre los mejores de 2014 y firmado por Richard Dobbs, Sree Ramaswamy, Elizabeth Stephenson y S. Patrick Viguerie. El artículo mira al futuro. Nada menos que con una perspectiva de 50 años. ¿Por dónde irán las cosas? Mira que hay gente valiente para hacer predicciones, aunque sea desde la intuición. Eso sí, reconociendo que nada parece que va a ser como fue:

The world ahead will be less benign, with more discontinuity and volatility and with long-term charts no longer looking like smooth upward curves, long-held assumptions giving way, and seemingly powerful business models becoming upended.

El artículo toma tres referencias para argumentar que el futuro no se va a parecer al presente: el crecimiento de los mercados emergentes, las tecnologías disruptivas y el envejecimiento de las poblaciones del mundo. Me hago esta reflexión ahora que comienzo el típico proyecto de una reflexión estratégica con una pyme industrial. ¿De veras podemos mirar al futuro desde lo que hemos aprendido? ¿Las reglas siguen siendo, básicamente, las mismas?

Algunos datos que se citan en el artículo que enlazo más arriba son abrumadores. Como ejemplo, Alemania pasará de 50 millones de personas trabajando en 2009 a aproximadamente 36 en 2060. Y los países asiáticos, con sus políticas de contención de la natalidad, aunque en otros márgenes, caminan también en el mismo sentido: cada vez habrá más personas que teóricamente serán «dependientes». ¿No cambia esto las reglas del juego? ¿Y qué pensar del futuro cuando los millenials aterricen en puestos de responsabilidad? Aunque… ¿alguna vez lo harán? Es «ley de vida». ¿Esta frase significará lo mismo dentro de veinte o treinta años?

En fin, no me quiero poner dramático pero toda esta incertidumbre al menos alimenta un aspecto muy positivo: tenemos que ser humildes y quizá elaborar nueva cartografía. Los mapas que hemos usado plantean cada vez más limitaciones para orientar la gestión de una empresa en los tiempos actuales. No queda sino favorecer la reflexión crítica y promover la construcción de proyectos compartidos e ilusionantes para quienes trabajan en ellos. Sea esto lo que sea.

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