Gente

by Julen

Birmingham's German Christmas MarketLas aceras terminan agotadas. Gente y más gente. El ciclo se repite cada año. Luces, bolsas, compras. Gente y más gente. Tiendas como enormes gargantúas que tragan niñas, adolescentes, madres y padres. Todo para dentro. Es la moderna felicidad. Teñida de anuncios sensibleros y de buenas personas de alquiler por horas.

Ya, en realidad mejor mirarlo con una sonrisa. La de ese niño que se escapa de la mano al ver su juguete favorito. Nervios e impaciencia. El amor dentro de una caja de cartón. Una forma de calmar la sed. Luego el tiempo pasa y sepulta esas exageraciones. Pero los colores, las formas, las luces, el brillo, todo dispara contra ese chaval que nada puede hacer. Nada más que pedir. Lo quiero.

Y a medida que pasan los años todo sigue igual. Quizá más fugaz. Ya se sabe que el deseo satisfecho enseguida pierde su cualidad. Deja de ser deseo para ser estorbo. Molesta. Representa lo que fue, el pasado que hay que superar. Por eso el tiempo se hace más y más pequeño. Se encapsula. Se condensa. Se convierte en nanotiempo. ¿Dónde queda la perspectiva? Enterrada en este preciso instante.

Veo que la gente ahí fuera sigue pisoteando la acera. Como las hordas de Atila. Sin necesidad de blandir armas afiladas. Es el signo de nuestro tiempo. Una costumbre que se hace cada vez más humana. ¿Quién soy para cuestionar la felicidad? Cada cual bastante tiene con inventársela. Una lucha contra uno mismo en la que la motivación no se sabe de dónde sale. Así que, si sirve, mejor haría en callarme. Las medicinas se funden con los placebos. Disfruta del momento. No me hagas caso.

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7 comentarios

Charlipap 14/12/2014 - 14:44

Llevo tiempo siguiendo tu blog, es una gozada. Tienes un sentido común incontestable. Solo puedo agradecerte los ratos que he pasado leyendo y pensando lo que escribes. Gracias por todos ellos. Un abrazo.

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Julen 15/12/2014 - 06:18

Pues un gustazo leer tu comentario. Seguro que es una buena razón para seguir escribiendo. Mil gracias 🙂

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Ana Viñals Blanco 14/12/2014 - 15:00

Si, si te hacemos caso. Navidad época de consumismo y no precisamente artesanal. Época de reflexión necesaria hoy más que nunca antes. Época idónea para valorar lo que realmente hay que valorar… Gabon zoriontsuak izan Julen!

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Julen 15/12/2014 - 06:19

Pues sí, Ana. A ver si -yo el primero, el burro por delante- nos ponemos las pilas con esto del consumo responsable.

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