Lo último en eficiencia empresarial: multiplicar por cero a las personas

by Julen

chiste-forges-contrato-temporal«Futuro sin empleo», «capitalismo sin empleo». Una imagen potente. ¿Por qué estamos llegando a esta selva donde el mensaje es flexibilidad total y adiós a cualquier vinculo estructural? El paradigma es: con cuanta menos gente mejor. Las mejoras en eficiencia tienen que traducirse obligatoriamente en menos personas trabajando. Bien porque los robots lo hacen igual o mejor y a precio más barato o bien porque el compromiso de un vínculo profundo (persona con persona) da miedo.

No hay duda de que todo lo que suene a relación estrecha y a largo plazo ha perdido sentido. Los seísmos de la sociedad contemporánea son de tal magnitud que se ven más problemas que ventajas en un vínculo emocional intenso. No hay ningún tipo de seguridad y entonces, cuando se resquebraja la confianza mutua, nadie quiere sufrir el desgaste del que se percibe como más que posible fin de la relación. Una enfermedad grave.

Por supuesto que Internet hace de caja de reverberación para que el monstruo crezca. Cada cual tiene que trabajar su marca personal. Tenemos que elevar nuestra cotización en un mercado en el que todo se compra y se vende. Hombres, mujeres y niños. Se venden emociones, experiencias y fuentes poderosas de motivación interior. Al tiempo que el mercado del alma se dispara en las estanterías de autoayuda de las librerías, las instituciones (empresas públicas, privadas o lo que sea) reniegan de su gente.

No, no son lugares donde recibir calor humano. No como tales instituciones. El primer mensaje es de desconfianza: un contrato de cinco minutos, como en aquella viñeta de Forges. El chiste se hace realidad. El mensaje inicial es: no te conozco, no me puedo fiar. No, no son lugares donde recibir calor humano. Algo profundo se resquebraja. Un divorcio dramático entre la persona y la institución. Ya no creces de la mano de tu empresa sino a pesar de ella. Invéntate tu empleo, invéntate tu autoestima profesional, invéntate quién eres y lo que vales, invéntate todo el tiempo.

Somos mi generación, la del baby boom, la que está dejando un territorio arrasado a quienes van a continuar la faena. Hemos esquilmado hasta la última gota y estamos dejándoles un desierto de confianza. Eficiencia a toda máquina de la mano de ningunear la relación humana. Las grandes declaraciones se vienen abajo. La crisis de todos estos años ha sacado lo peor de cada casa. Poco a poco hemos ido multiplicando por cero a las personas. No son bienvenidas en las empresas. Hasta que reviente. Hasta que reviente.

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39 comentarios

Angel Vidal 28/11/2014 - 08:49

Cuando compramos somos despiadados, demostramos nuestra inteligencia eligiendo bueno, bonito y barato. No nos importan las condiciones laborales de la cadena de producción. A través de la empresa a la que compramos, destruimos las condiciones laborales de sus trabajadores y sus trabajadores cuando compran o no compran a nuestra empresa, destruyen las nuestras. Por supuesto, responsabilizamos a las empresas. Somos clientes exigentes y proveedores permisivos. Defendemos la competencia feroz cuando compramos y el el máximo proteccionismo cuando vendemos nuestro tiempo a una empresa que tiene clientes despiadados. Saludos Julen.

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Julen 28/11/2014 - 10:46

Como te decía vía LinkedIn, Ángel, a lo mejor hay que repartir responsabilidad y a cada cual lo que nos toca. Desde luego que consumidores «irresponsables» lo somos y mucho. Y me incluyo, claro está. Puede que ahí comience gran parte del problema. Cada parte hace lo que se necesita para que la relación empresa-trabajador/a se deshumanice cada día más.

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Luis Rull 28/11/2014 - 10:17

Creo que generalizas demasiado. Hay empresas, sectores y trabajadores tan tan distintos unos a otros que es muy complicado decir algo que sea verdad para todos.

No me atrevería yo a decir que es una tendencia general, ni siquiera que va en aumento aquí o allí. Y no lo haría no por estar en desacuerdo contigo, sino por falta de datos que me permitiera decirlo. Y si hablas de sensaciones, intuiciones, creo que en los 20 años que llevo trabajando de una forma u otra, todas las empresas u organizaciones en las que los he hecho han cambiado varias veces en diferentes direcciones.

En lo que si estoy de acuerdo, al menos en parte, es que los más jóvenes están econtrándose con tierra quemada en los sitios donde consiguen entrar.

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Julen 28/11/2014 - 10:51

Gracias por pasarte por aquí, Luis. ¿No ves una tendencia general? Pues solo tendríamos que coger datos de contrataciones en este páis. El vínculo fuerte de empleo a largo plazo desapareció sacrificado en el altar de la flexibilidad y la eficiencia empresarial. Lo de Forges de contratos de cinco minutos ha sido profético. Hoy todo es inmediato, reforzado hasta extremos delirantes en Internet. No importa lo que venga dentro de un cierto tiempo, solo hay mirada para los cinco minutos que te puedo ofrecer de contrato. Vale, no son cinco minutos. A lo mejor son cinco días.
Claro que habrá quien no entre en el juego. Pero cada vez más serán excepciones. Yo así lo veo, Luis. Quizá me he levantado demasiado pesimista. No sé.

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A cada cual lo que nos toca: somos consumidores despiadados | Consultoría artesana en red 01/12/2014 - 05:30

[…] viernes pasado publicábamos aquí Lo último en eficiencia empresarial: multiplicar por cero a las personas. No es la primera vez ni será la última en que arremetemos contra muchos comportamientos indignos […]

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De falsos autónomos y buscarse la vida | Consultoría artesana en red 06/07/2018 - 05:58

[…] que requiere un tratamiento de shock. Nunca más eso de la confianza y el proyecto a largo plazo. El difunto Forges supo, como siempre, traducirlo a una viñeta mítica: aquella del “contrato …. Si acaso añadir que la realidad supera al chiste y el contrato ya no será como empleada o […]

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