Influencers con newsletters y copyright es lo cool

by Julen

NewsletterQuienes tenéis la paciencia o la perversión de leer este blog ya sabéis de mi aversión a las multitudes. No sé si por eso o porque soy un cascarrabias estúpido y ya mayor con demasiados tics y poca cintura, nunca he asistido a un EBE. Sí, el evento de los eventos. Sociedad del espectáculo en su más genuina expresión: «la gran cita de la web social», como se presenta.

EBE es la cita anual por excelencia de la web social en España, aunque va más allá de ser sólo eso (#FestivalEBE). Su relación con la comunidad está presente todo el año y culmina en otoño (en Sevilla) como punto de encuentro de los amantes de todo lo que significa cambio a través de internet y las tecnologías que se aglutinan a su alrededor.

Sus asistentes tiene en común, por encima de todo lo demás, la pasión por la innovación y el futuro, representando a la misma vez un nicho de mercado de gran influencia y relevancia para las empresas dada su capacidad de prescripción.

El programa de este año era realmente completo, con cuatro tipos de actividades en paralelo y contenidos para todos los gustos. En mi caso, como quiera que por allí andaban compañeras y compañeros de la consultoría artesana, alguna que otra información me iba llegando en nuestro retiro canario de La Gomera. De alguna forma, por mucho que uno diga que estos saraos no están hechos para él, es inevitable prestarles cierta atención porque la marabunta informativa del EBE ocupa mucho ancho de banda en los días en que se celebra.

Una de los temas abordados en este EBE ha sido el de los «influencers«. Sí, como siempre, en inglés, que mola más. Ya se sabe que bendecir una tendencia en web social es dotarla de «naming» en el idioma del imperio, valga la redundancia. Influencer, eso que todo el mundo, según parece, quiere ser hoy en día. Eso por lo que serás reconocida como figura pública de primer orden y que hará que tu madre se sienta orgullosa de ti. Influencer, el no va más. El éxito. A fin de cuentas, ¿quién quiere ser un fracasado? Pues eso, manos a la obra en la web social y trabaja para convertirte en influencer.

Para saber que lo eres los demás tienen que decir que efectivamente, eso es así. Tendrás que aparecer en alguna lista. Una muy típica es la de quienes blogueamos. Olvídate de la larga cola de la que un día habló Chris Anderson: cada vez es más mentira. No mola. Fool. Lo que cuenta es que salgas en los 40 Principales. Como toda la vida. Por mucho que el tal Anderson se pusiera las botas a vender libros de largas colas y demás, el negocio está donde está: en los influencers. Eso sí que mola.

Entre la información que me ha llegado del EBE, cómo no, estaba la típica lista de «los 50 blogueros más influyentes del sector digital español». Se pone uno a echar un vistazo por encima y encuentra gente y sitios que en la mayoría de las ocasiones traspasaron la barrera del «profesional con blog» al «bloguero/a profesional». Sí, gente que vio el negocio, se lo curró y entraron en el paraíso de hacer dinero con sus sitios webs. Se convirtieron en influencers y fueron canonizados con todo el boato del Vaticano digital.

Mirando esa lista de influyentes llego al blog de Augure.com , una buena colección de contenidos a los que, hasta donde soy capaz de ver, solo puedes suscribirte vía correo electrónico. Por supuesto que el sitio tiene su buena licencia con copyright para que no tengas la tentación de redifundir sus contenidos sin permiso. ¿Será eso lo que realmente quieren? ¿Es un simple botón de muestra o es la tendencia? Más de un sitio «moderno» que quiere convertirse en referente por su «curación de contenidos» veo que prescinde de fuentes RSS. Pues vale. Además, nada de licencias Creative Commons, un bonito copyright, a veces en forma activa (te lo hago ver para que te quede claro) y a veces en forma pasiva (no indico licencia, con lo que esos contenidos adquieren copyright).

Aquí, con el modo cascarrabias activado, sigo pensando que estas listas de influencers las carga el diablo. Es una carrera competitiva que me sobrepasa. A codazos tweetazos y newsletters hay que abrirse paso en la selva de contenidos. Debes ser original, aprenderte bien qué vende y qué no mediante métricas adecuadas, cultivar tu arte de presentación offline y tira millas. La sociedad del espectáculo te espera. Tu madre estaría orgullosa de ti. ¿Cómo vas a defraudarla?

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19 comentarios

Amalio Rey 18/11/2014 - 16:08

Julen, totally agree. Hay tantas listas de «influencers» como ganas del que las hace de llamar la atencion y captar trafico (posiblemente para que lo pongan algun dia en una lista de estas). Estamos en el circo de los rankings. No he visto una lista de estas que aporten argumentos solidos de por que aparecen esos y no otros. Se hacen sin criterio. Algunos son buenos de verdad, me consta, pero el «negocio» de estas listas es «colar» a gente bastante mediocre que despues devuelve el favor. Por cierto, el palabro «influencers» me repatea

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Julen 19/11/2014 - 09:33

De todas formas, los rankings seguirán por aquí durante muchos años. La competencia y el reconocimiento son poderosos motores. Mientras tanto, menos mal que la oferta es diversa 🙂

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Isabel 19/11/2014 - 18:24

Amén, a todo.

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Julen 20/11/2014 - 08:21

Dicho queda 🙂

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