Allá enfrente

by Julen

Inmenso pero de vez en cuando esquivo. Con el día despejado tan cercano como para probar a tocarlo con la punta de los dedos. Falsa ilusión. Un mar en medio. Un juego de vientos, luces y miradas. Tan lejos, tan cerca. Imaginas el camino sobre el mar. Paso a paso serías capaz de llegar. Tan evidente que sorprende que nadie lo haga.

El amanecer con el Teide al fondo desde Hermigua

Es la luz de la mañana. Desde Hermigua, en La Punta. Desde allí el mundo resbala con dulzura y enseña su cara más amable. Las plataneras trepando por una ladera humanizada. Azul arriba, azul abajo. Y el verde inmenso explota a medida que serpenteas hacia las medianías. Todo como siempre. Diferente pero inmune al transcurrir de los días.

Es una imagen fácil de retener. Un decorado ideal para que ancle en la memoria y se quede a vivir contigo. Así que es recurso fácil en los momentos de añoranza. Solo tienes que sacar a pasear el deseo y ahí está. Inmenso pero de vez en cuando esquivo. El Teide se recorta contra la línea de un horizonte que poco a poco empieza a azulear. Y el camino sigue ahí, para andarlo sin prisa. Sobre un mar en calma.

Enseguida nos vamos para allá. La siguiente escapatoria estará escrita desde allí. El Teide allá enfrente. Como ahora lo imagino. Quizá esquivo ese próximo domingo. Quién sabe. A veces el misterio juega con nuestros sentidos y oculta el horizonte. Entonces solo queda la imaginación. Porque estar, está. Pero como niño juguetón y huidizo, reniega de su inmensidad y se esconde, mimetizado con quién sabe qué amigos.

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2 comentarios

Manel [cumClavis] 02/11/2014 - 08:52

Què preciosidad de imagen, Julen, realmente impresionante. Cual debía ser la fascinación y el concepto de alteridad de los antiguos herreños ante la contemplación continuada de esa maravilla. 🙂

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Julen 02/11/2014 - 09:08

Es La Gomera, Manel, desde Hermigua. Esta vez nos bajamos para allá en vez de para El Hierro. La última vez estuvimos en La Gomeera en 2010. Cuando vamos ya siempre vamos también a la misma casa. Y desde ella al amanecer el desayuno, si el día está despejado, es con esa vista. Si alguna vez quieres irte, compartiré el secreto 🙂

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