O es ya o no es: ¿quién fabricó el monstruo?

by Julen

Limite di velocità - Speed limitLo leo cada vez que cae en mis manos material sobre cómo trabajar en Internet hoy en día. Sea lo que sea, es para ya. Bueno, mejor, para ayer. Hoy ya estás llegando tarde. Así que no queda otra si quieres ser alguien en este ensordecedor escenario en el que vivimos. Coge tu megáfono y grítalo a los cuatro vientos: ¡No hay demora, tú te lo mereces, te contestamos de inmediato! Y dicho lo cual, feliz, crees que has hecho lo correcto. Claro, no tenías elección. Luego, a sufrir como un condenado tratando de cumplir lo que dijiste al sentir la pistola apuntando sobre tu cabeza.

Ya, que exagero. Me temo que no. Alguien comenzó a apretar el acelerador y parece que el pedal se ha quedado bloqueado. Sí, pisado a fondo. No hay opción alternativa. No hay tiempo para pensar. La cultura de la urgencia funciona en todas partes. Es sinónimo de buen servicio y es sinónimo de perversión. Paradoja servida. Acostumbrar a la inmediatez de la recompensa. Peligroso, ¿no?

En este mundo siempre han existido las demoras. En teoría de sistemas son fundamentales para romper círculos viciosos. Si actuamos demasiado rápido entramos en una espiral que no conduce a comprender las dinámicas de fondo. Si no tengo paciencia para que el agua de la ducha se caliente es muy probable que sobreactúe. Ya nos lo explicó Peter Senge en La Quinta Disciplina. Bien sencillo: círculos virtuosos y círculos viciosos que generan bucles de realimentación. Adiós al control. ¿De veras no podemos convivir con la demora?

Las cosas suceden ya o no suceden. La información pegada a los sucesos no admite espera. Si consigues ser la primera, tu voz ganará ante la competencia. Si ocurre, tienes que estar ahí. Si quieres que te escuchen no puedes dejar pasar la oportunidad. Llevas encima la tecnología. No tendrás excusa. Pudiste hacerlo rápido. Si no lo hiciste, perderás.

Me envías un correo y esperas que lo conteste rápido. Me citas en Twitter y seré un maleducado si no te hago caso. Lo mismo en cualquier otra red social. Esperas que mi comportamiento se produzca de acuerdo a los estándares del tiempo comprimido en que vivimos. Y cuando lo hago, cuando te quedas a gusto porque te he respondido, entonces es cuando sé que estoy alimentando al monstruo en que te estás convirtiendo.

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7 comentarios

Leire Gandarias 27/10/2014 - 12:29

…pero en la montaña, sólo, lleno de silencio te (re)encuentras y sabes que el sentido ultimo de la vida es vivir y eso te basta y bajas la montaña a tu ritmo, con una enorme y monstruosa sonrisa…

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Julen 27/10/2014 - 19:06

Me alegro de que pensemos así 🙂

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David Sánchez 28/10/2014 - 08:12

Me ha gustado mucho el post. En mi caso he podido poner en práctica eso de bajarle el ritmo a la inmediatez y mírame, sigo vivo… y muy agustito 😉

Por poner el cascabel al gato, o tratar de ponerlo, creo que al monstruo lo hemos creado entre todo, no sabiebdo decir «No» y no sabiendo aceptar un «No» cuando nos lo han dicho

Un saludo

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Charlipap 28/10/2014 - 09:52

Mi más sincero agradecimiento por esta entrada que comparto plénamente. No se puede expresar mejor, ni mas claro. Algunos estamos empezando a estar hasta arriba de esta nueva cultura. Gracias.

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Actitud digital positiva | Consultoría artesana en red 29/10/2014 - 07:27

[…] que es complicado. Más cuando todo es para ayer y el tiempo se comprime. Pero creo que buena parte de nuestra eficiencia actual pasa por saberse manejar con lo digital. En […]

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La inmediatez mató a la estrella de la planificación | Consultoría artesana en red 11/05/2015 - 09:58

[…] Es la ilusión que quienes manejan los hilos nos han hecho creer. ¿O nadie maneja los hilos? ¿O no hay hilos? O es o ya no es: ¿quién fabricó al monstruo? […]

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La inmediatez mató a la estrella de la planificación | Distrito Emprendedores 13/05/2015 - 17:01

[…] Es la ilusión que quienes manejan los hilos nos han hecho creer. ¿O nadie maneja los hilos? ¿O no hay hilos? O es o ya no es: ¿quién fabricó al monstruo? […]

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