El drama de la gramática y la ortografía en la universidad

by Julen

Son ya unos cuantos años leyendo documentos elaborados por alumnas y alumnos universitarios como para que me queda claro el asunto. El nivel medio de los textos que caen en mis manos es ínfimo. ¿Momento cascarrabias? Puede ser. Puede que en mi caso me fije en esos detalles en los que otras personas no caen. Puede que sea demasiado perfeccionista con comas, puntos y acentos ortográficos. Puede ser.

Pero creo que tenemos un problema. ¿Derivado de que han cambiado los hábitos de lectura y escritura? ¿Derivado de que Internet cambia las reglas y conduce hacia otro tipo de competencias? ¿Derivado de que se potencian en la universidad otras habilidades y se deja a un lado algo tan simple como saber escribir? Supongo que habrá por ahí una tormenta perfecta. La consecuencia, de verdad, es tremenda.

Cada vez que me llega un documento «oficial» (normalmente memorias de proyectos fin de grado o fin de máster) me pongo de mala uva. Después de las primeras cuatro páginas, cuando ya he marcado veinte faltas de ortografía, palabras repetidas, expresiones que no se comprenden y comas vomitadas al azar, suelo arrojar la toalla. Me suben las pulsaciones y pierdo parte del control que se supone debería mostrar. Empiezo a no ser capaz de ver el fondo porque la forma, horrible, me come la moral.

La ¿exigente? ortografía del castellano saca lo peor de cada casa. Los pronombres interrogativos bailan con y sin acentos, los «sinos» se convierten en «si no» a su libre albedrío y el tradicional «ha venido» se reconvierte por diabólica economía de letras en un «a venido» insoportable. Y pasan los años y creo ¡vamos a peor! No pasa nada, me digo, otras competencias ganarán con esta pérdida lamentable. Digo yo. O me quiero decir, claro.

La tecnología provocará el aumento de ciertas capacidades. ¿Y conduce a la disminución de otras? ¿O no tenemos que achacar nada a smartphones y demás cacharrería? Las prácticas sociales asociadas al uso de ciertas tecnologías priman otra forma de escribir. Conciso, directo, al grano, modificando cantidad en aras de los 140 caracteres. Los signos de puntuación al principio de las oraciones desaparecen. ¿Para qué ponerlos? ¡Si en inglés no hace falta! ¿Veis? Soy viejuno.

En vez de saber escribir, me digo que saben lo que yo no sé. Tienen más capacidad audiovisual. Juegan mejor con un video, transmiten más con las imágenes. Venga, decidme que es cierto, que lo hacen mejor, que ahora comunican así. El texto que va detrás de una imagen en Instagram es pura anécdota, algo que hay que escribir porque no queda más remedio. Ya, será que es así.

Dicho todo lo anterior -puro momento cascarrabias- resulta que ayer leí una memoria de proyecto fin de máster bien redactada, con apenas un par de errores tipográficos y frases con sentido. Tremenda alegría. ¿Y esta es la respuesta? ¿Un post de viejuno y rancio que quiere tildes, comas y expresión correcta en los documentos que lee en la universidad? Ya sé que pido demasiado. Seguiré sufriendo. En silencio. Gracias por escucharme. Si me dicen qué les debo por este desahogo, yo se lo pago.

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33 comentarios

El drama de la gramática y la ortograf&i... 11/09/2014 - 09:57

[…] Son ya unos cuantos años leyendo documentos elaborados por alumnas y alumnos universitarios como para que me queda claro el asunto. El nivel medio de los textos que caen en mis manos es ínfimo…  […]

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Balloon 11/09/2014 - 11:51

Te acompañamos en el sentimiento; es decir, sentimos lo mismo que tú. ¡Y además lo has contado tan bien! Saludos.

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Julen 14/09/2014 - 07:19

Gracias por la compañía 🙂

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Mentxu Ramilo Araujo 11/09/2014 - 12:24

Mi vista y yo agradecemos también textos escritos con corrección.

Algunas reflexiones. Tendrá algo que ver el bi/trilingüismo? Quizá volvamos a necesitar personas expertas en escribir correctamente, en cocinar o cuidar adecuadamente y en desarrollae otra serie de habilidades que el mundo virtual de hoy deja de lado del mundo presencial…

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Julen 14/09/2014 - 07:20

Mentxu, quizá se priorizan otras formas de comunicar. No sé, quienes traemos el molde de leer y escribir lo pasamos mal. Será cosa nuestra. No sé…

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Eduardo 11/09/2014 - 12:30

Pues yo estoy totalmente de acuerdo. Especialmente lo veo en artículos de blogs. No es tan difícil pasar un corrector ortográfico (que no arregla una frase mal redactada pero algo ayuda). Pero tiene aún más delito en los diarios online. Puedo entender que las prisas por dar antes que nadie la noticia facilita que se cuelen errores, pero tampoco se corrigen más adelante. Antes descubríamos nuevas palabras en estos medios, ahora la tendencia es escribir lo más sencillo posible (hasta la forma de escribir se está estandarizando). De acuerdo con esto, ayuda a hacer asequibles los textos, pero la ortografía está pasando de ser un mínimo imprescindible a una «commodity» (toma anglicismo, otro signo de estos tiempos). Sinceramente no veo solución, creo que irá a peor salvo que cambien muchas cosas en el sistema educativo.

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Julen 14/09/2014 - 07:22

Eduardo, los medios tienen una responsabilidad con la que quizá no cumplen. No sé, parecería que lo de escribir bien pasó a mejor vida, enterrado por la velocidad de los tiempos modernos. Sea «commodity» o no, el caso es que no, no vende eso de escribir bien. Vende escribir antes, como bien dices.

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Amalio Rey 11/09/2014 - 14:45

De acuerdo, Julen. Una vez más estamos conectados con los temas blogueros, compadre :-), porque mi ultimo post trata de un tema adyacente, y lo escribí motivado precisamente por una preocupación «de cascarrabias» similar a la tuya. Descubrí que existen unas normas muy sencillas para orientar la redacción de textos de calidad, es la rúbrica NWREL, que es un estándar. Quizás habría que enseñar estas cosas, incluso en la Universidad

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Julen 14/09/2014 - 07:25

Gracias por la referencia, Amalio. Ya he leído tu artículo. Con esos u otros criterios, el caso es que el suspenso es generalizado. Así estamos 🙁

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Ana Schmid 11/09/2014 - 18:40

¡Estimado Julen, amigo viejuno! Comparto todas y cada una de tus palabras… pero creo que no es la tecnología la que lentamente nos conduce a una Babel: es la inadecuada e ineficiente educación que proporcionamos en las escuelas. Cada vez escribimos más parecido a como hablamos, lo cual debería preocuparnos ya que revela que cada vez nuestros pensamientos -y la capacidad misma de pensar- resultan menos complejos …

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Julen 14/09/2014 - 07:27

Ana, de acuerdo contigo. La solución está en nuestras aulas, en lo que enseñamos y priorizamos. Pero, claro, ahí fuera, en la sociedad en su más amplio sentido, hay corrientes que pueden con todo. Incluso con la idea de escribir bien. Pero habrá que seguir en el intento, no queda otra.

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M Victoria 11/09/2014 - 21:11

Terrible.
Creo que si estuviera en tu lugar, cogería un boli rojo, marcaría todas las faltas, se lo devolvería y le diría que lo repitiera o corrigiera entero.
El diccionario de la RAE está accesible en línea, además de estar en la Biblioteca de la Universidad y en las públicas. También el Diccionario de dudad y dificultades de la lengua española. Eso lebdiría. (O no. A lo peor, simplemente escribiría un post;-)

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M Victoria 11/09/2014 - 21:14

Perdón por las erratas (vaya corte). Esto de escribir con el teclado táctil de los nuevos móviles es traicionero. Y se nota que soy viejuna, también en eso:(

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Julen 14/09/2014 - 07:30

Lo del boli rojo (metafóricamente hablando, claro) ya lo he hecho y he devuelto memorias que no puedo aceptar. A estas alturas ya no me ando con tonterías. O escribes bien o no te leo. Se lo he dicho a más de un alumno. Y no pienso cambiar.

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Isabel 11/09/2014 - 21:52

Absolutamente de acuerdo. Insoportable. Cierto que las velocidades de Internet, y los correctores ortográficos, nos vuelven a todos un poco despistados, pero la desidia generalizada empieza a ser escandalosa. Y si es así donde hay obligación de hacerlo bien, ¿os imagináis una carta de amor con ese nivel?

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Julen 14/09/2014 - 07:31

Isabel, has dado con la palabra: desidia. Sí, creo que se puede explicar así. Se muestra desidia. Espero que no pase con eso de las cartas de amor 😉

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NR2 12/09/2014 - 10:01

Si sufres al leer textos «formales» redactados por universitarios, imagínate el día a día por las redes sociales y/o mensajería movil…
Es para arrancarse los ojos y donarlos a la ciencia…

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Julen 14/09/2014 - 07:32

Un poco duro eso de ser donante de órganos en vida 🙂

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Jose Miguel Bolivar 12/09/2014 - 10:10

La expresión escrita correlaciona en mayor o menor medida con la claridad mental, que a su vez depende en gran parte de la reflexión previa. ¿De qué nos extrañamos? 😉

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Julen 14/09/2014 - 07:33

Pues será, José Miguel, que el mundo se ha desestructurado y lo que yo leo es su reflejo. Pero no veas qué dolor que te venga texto tras texto la misma canción infumable. Vale, dejaré de extrañarme 😉

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El drama de la gramática y la ortograf&i... 12/09/2014 - 17:25

[…] Son ya unos cuantos años leyendo documentos elaborados por alumnas y alumnos universitarios como para que me queda claro el asunto. El nivel medio de los textos que caen en mis manos es ínfimo. ¿Momento cascarrabias? Puede ser. Puede que en mi caso me fije en esos detalles en los que otras personas no caen. Puede que sea demasiado perfeccionista con comas, puntos y acentos ortográficos. Puede ser  […]

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Alazne 17/09/2014 - 09:11

Yo lo tengo claro: tres faltas ortográficas y dejo de leer, corregir y evaluar.
Ya he comprobado que la nota «no evaluado» duele más que «insuficiente».

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Julen 21/09/2014 - 07:07

Alazne, qué bien suena eso 🙂

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El drama de la gramática y la ortografía en la universidad 17/09/2014 - 09:17

[…] El drama de la gramática y la ortografía en la universidad […]

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Josu O. 19/09/2014 - 20:56

Quizá sea desidia pero lo que si denotan esos trabajos son falta de interés por hacer bien las cosas. ¿Contrataríais para un trabajo alguien que se acerca a la entrevista de trabajo en plan pasota? ¿Y alguien que en su currículum no corrige las faltas de ortografía?

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Julen 21/09/2014 - 07:07

Pues va a ser desidia. O simplemente que no, que no les da la gana prestar atención a estas cosas. Pues como decía compañera: lo siento, no te lo corrijo, para atrás.

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David de Ugarte 16/10/2014 - 10:54

La verdad Julen, creo que tiene más que ver con la pérdida de los hábitos de lectura en la educación primaria que con los nuevos teléfonos. Y puestos a apuntar causas, no creo que ayude una clase política que parece haber cambiado la utopía de una sociedad sin desigualdades por la de una lengua sin sintaxis.

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Lecturas interesantes del 16 de octubre de 2014 16/10/2014 - 20:23

[…] El drama de la gramática y la ortografía en la universidad La ¿exigente? ortografía del castellano saca lo peor de cada casa. Los pronombres interrogativos bailan con y sin acentos, los «sinos» se convierten en «si no» a su libre albedrío y el tradicional «ha venido» se reconvierte por diabólica economía de letras en un «a venido» insoportable. Y pasan los años y creo ¡vamos a peor! No pasa nada, me digo, otras competencias ganarán con esta pérdida lamentable. Digo yo. O me quiero decir, claro. […]

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