Colores

by Julen

colors that reflect JoyGris. Un color que deja de serlo, agarrado a la ceniza y a la bruma. O negro, esa sensación que solo siente quien se adentra en el túnel. Pero lo demás son colores. Colores-colores, más o menos vivos, más o menos estridentes, pero colores para alegrar la vida. Para sonreír o para reír, para levantar la voz y el espíritu.

Y se aceptan contradicciones. Quizá porque si solo hubiera colores-colores, el gris y el negro quedarían expulsados de la faz de la tierra. Y no conviene. Porque el contrapunto y la diferencia ponen en valor a cada parte. No es tanto cuestión de elegir sino de sentir, de sentir que las dos caras de la moneda se acaban por necesitar.

Por eso los colores son tan humanos. Porque entran en clara simbiosis con nuestras emociones. Un color que cada cual elige, un color para un momento, para sentir que quien nos acompaña, sea en la gama cromática que sea, es capaz de comprendernos. El color se humaniza, se adhiere a nuestra piel y se recrea en la unión. Potencia el sentimiento.

En la variedad está el gusto. No hay por qué seguir una regla fija. La gama es tan amplia que da pie a personalizar experiencias. Verde, rojo, azul. Da igual. Más o menos brillo, una tonalidad u otra. La conexión es asunto de cada cual. Las neuronas espejo se revuelven al ser interpeladas. Tienen que elegir y apostar por el color que las acompañará en su viaje de entender a los demás y entender a quien se supone es su dueña.

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