19: Miranda de Arga – Arguedas

Miranda de Arga se aprieta contra su ermita de la Virgen del Castillo allá en lo alto. Si por abajo el río Arga da carácter, por arriba su atalaya permite divisar una vega extensa, montes de pino mediterráneo y también una buena colección de parques eólicos. Aquí se escribieron unas cuantas páginas de historias bélicas, fueran de tiempos pretéritos o algún que otro episodio destacado en las guerras carlistas. Este promontorio debió de ser punto jugoso para quienes se dedicaban a eso del pinpanpún.

Leyendo el periódico me enteré que en Arguedas, mi final de etapa de hoy, se les había escapado una vaca del encierro y que la lio parda el animal. Hasta un cuadro de ansiedad debieron tratar los servicios de salud además de algún que otro traumatismo menor. No pasó nada grave al final, pero el susto que se llevaron fue de aupa. En fin, quien con fuego juega puede que se queme, ¿no?

A las seis y media -sí, habéis leído bien, seis y media- me han dado de desayunar. Ya veis que hay gente que madruga, como yo. Un hotel curioso este de la Casa de las Monjas, desde luego. Con su bodega en plan medieval donde hacen degustaciones de vinos, jamón y aceite. Si el pobre Labordeta levantara la cabeza, aquí lo teníamos de cliente fijo.

Los primeros kilómetros hasta Olite discurren entre un montón de cultivos de maíz aunque en su parte final también nos regala la ruta un precioso bosquecillo de encinas. Igual que ayer, hoy también se rueda rápido. Pistas anchas, a veces con más piedra suelta, a veces con menos y a veces auténticas autopistas para nuestras ruedas gordas.

Tras Olite se pedalea entre huertas con el tren a la derecha. Otro tramo rápido al que seguirán viñedos y pino con un pedacito de sendero entretenido antes de entrar en Santacara, que estaba vallado para el encierro. Nos avituallamos porque tras Mélida, que está al otro lado del río Aragón y a escasos dos kilómetros, no hay ya nada habitado hasta Arguedas.

El último tramo de la etapa de hoy nos lleva hacia las Bardenas Reales a través de la laguna de la Rada. Agua en mitad de estas tierras secas, un auténtico tesoro. Poco a poco comienza a verse a lo lejos la antena junto a la ermita de la Virgen del Yugo. Hay que bajar para encarar el repecho final, tan conocido por mucha gente de la bici de montaña por ser el tramo final de la Extreme Bardenas que suele celebrarse aquí.

El calor aprieta y sudo la gota gorda para llegar arriba. La ermita está solitaria. Una familia de algún país del este aprovecha la sombra de los árboles para comer. Ni rastro de algún otro turista. La ermita cerrada. El bar junto a ella también. Pues eso. Será que las fiestas de Arguedas lo absorben todo. Habrá que verlo.

Bajo hasta el pueblo por la zona en la que la vaca escapó el lunes. Ya me han explicado que es algo habitual que las vacas quieran salirse por ahí. El caso es que la gente no debió «parar» a la vaca en cuestión y la dejó subir por donde no debía. La culpa, ya veis, es de la gente que no se enfrenta como debe a las bestias ¿?

El pueblo está en fiestas. Menos mal que la pensión en la que me alojo está en las afueras. Se ve ambiente. Hoy es el día de las peñas. Luego me daré una vuelta. Claro que un abstemio como yo no es fácil que encuentre su sitio en este desenfreno etílico. Fiestas lo llaman. En fin, a las seis de la tarde encierro. Ya os contaré.

Distancia recorrida: 76,57 km. Desnivel acumulado: 698 m. Tiempo de pedaleo: 4h 42min.
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Enlaces con material complementario

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