La transparencia, Petronor y el Athletic de Bilbao

by Julen

COKE EZ / COKE NOAyer, noche de esperar quesitos para conocer cómo se castigaban las políticas de los partidos «de toda la vida»  en las elecciones europeas, Jordi Évole compuso un programa en el que se hablaba de la contaminación de una de esas empresas «de toda la vida» de por aquí: Petronor. Bueno, no. No es ni mucho menos «de toda la vida», pero sí de hace tantos años que yo, por ejemplo, soy incapaz de visualizar de otra manera la zona que ocupa.

Recuerdo hace ni siquiera un par de meses, cuando en la TransMurciana atravesamos el complejo petroquímico de Las Escombreras en Cartagena. Alberto y yo, antes de darnos de bruces con él, pensamos que olía raro debido a las antiguas minas de manganeso de La Unión. Ilusos. Aquel olor era pura consecuencia del supuesto progreso industrial. Y, como suele pasar, quien no está acostumbrado lo nota, pero es muy probable que la costumbre inmunice contra este tipo de sensaciones.

Pues bien, en Salvados parece que Petronor no quiso dar su versión de los hechos. No conocemos su punto de vista. Entrevistado el exdirector de la Agencia Europea de Medio Ambiente, Domingo Jiménez, dice que no hay suficiente control público sobre lo que hacen este tipo de grandes empresas. Argumenta que la apuesta alemana va en dirección contraria y que no es de recibo el actual enfoque de nuestros gobernantes. La economía o es verde o no será. Una frase que a Repsol y Kutxabank, los propietarios de Petronor, parece que hoy en día solo les sirve como eslogan publicitario, alejado de la realidad.

Pero Petronor es poder. Josu Jon Imaz es poder. Sus números son poder. Su presencia mediática es poder. Sus actividades de patrocinio son poder. Sus impuestos son poder. Las cosas como son. La amenaza es asquerosamente simple: ¿queréis perder este empleo?, ¿queréis perder este apoyo económico?, ¿queréis que vuestros símbolos, que vuestro Athletic, tenga menos dinero del que ahora tiene? Las cosas como son. Os tenemos atrapados por los huevos, con perdón.

¿Transparencia? Buff, vaya requiebro. Hoy ni siquiera la entrada de la Wikipedia en español es capaz de recoger las críticas sobre la planta de coque. ¿Qué sabemos? Pues tanto como la mullida capa de patrocinios, dineros y poder es capaz de ocultar. O sea, nada que trascienda a la opinión pública. Entonces, ¿por qué no dar la cara cuando un programa de la relevancia de Salvados da voz a la opinión contraria? ¿Piensa mal y acertarás?

La web de Petronor es Athletic. Nos vende que allí se acomete «la mayor inversión industrial» en esta parte del sur de Islandia a través de su proyecto URF, en el que, cómo no, se demuestra su «compromiso medioambiental». ¿Cuál es? Pues un enlace que lleva a una noticia en la que se cuenta la satisfacción porque el Gobierno Vasco dio su conformidad allá por 2008 para poner en marcha el proyecto porque satisfacía los criterios exigidos por la Ley General de Protección de Medio Ambiente del País Vasco. El poder da su conformidad. Pero, ¿no ocupan Petronor y Gobierno un lugar común? Poder. Poder mediático, poder constituido, poder salvaje.

Decía Domingo Jiménez en el programa que había otros ejemplos en Europa. Decía que Alemania o Dinamarca iban por otros caminos. Decía que Siemens era un ejemplo a seguir. En cambio, Petronor parece que no. Digo «parece» porque no tenemos otra versión. Petronor está en lo más profundo de un sentimiento, el Athletic. Eso parece inmunizar. Parece que elimina la necesidad de explicarse. Petronor organiza el Athletic Eguna. Petronor es motor económico. Petronor es motor emocional. Qué horror.

Pero huele mal, en la realidad y metafóricamente hablando. Huele a poder. Huele a manipulación. ¿Apesta? Puede que tú y yo seamos inmunes porque nuestra generación no fue capaz de imaginar otra cosa. La Coordinadora Anti Coke se explica en un humilde blog. Petronor luce su nombre en las camisetas del equipo de fútbol de nuestra tierra. Salvaje desigualdad en la lucha.

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8 comentarios

Isabel 26/05/2014 - 11:10

Ayer cogí el programa casi terminando y tengo pendiente verlo entero porque tiene mucha relación con lo que estamos viendo por aquí. Los patrocinios son muy útiles para fragmentar la opinión pública y dificultar el tener perspectiva. Citabas no hace mucho a Reinhard K. Springer y rescatando algunas partes de la cita quedan muy apropiadas a esta reflexión:

“Las empresas sufren nostalgia estructural… lo último que desean es el cambio… se actúa como si determinadas porciones de la realidad no existieran”

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Julen 27/05/2014 - 05:36

Generalizamos porque habrá de todo pero este tipo de «grandes empresas» me asustan 🙁

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