La internet de las cosas va de… ¡personas!

by Julen

Teleko GauaEste fue el mensaje que repitió en varias ocasiones Usman Haque, fundador de Umbrellium y de Thingful.net, quien participó ayer en la jornada sobre La Internet de las Cosas organizada por Teleko Gaua, una iniciativa del Colegio Oficial y la Asociación de Ingenieros de Telecomunicación del  País Vasco (COITPV/AITPV) con el objetivo de «fomentar el desarrollo de sector de las TICs y visibilizar su importancia como factor de progreso económico y social».

Quizá lo simple del concepto hizo que la idea pasara hasta desapercibida entre tanto alegato sobre lo fantástico del progreso tecnológico que promete la Internet de las Cosas. De ahí si acaso que me parece más relevante: la tecnología nos sirve solo cuando las personas nos apropiamos de sus usos y les damos sentido. Usman Haque insistía en el «origen», en las razones por las que decidimos impulsar la conexión entre objetos.

Como ya he venido escribiendo estos últimos días, la Internet de las Cosas y Big Data nos enfrentan a un dilema ético. Tenemos que acotar cómo tomamos las decisiones, esto es, cuánto poder delegamos en los objetos que ahora son capaces de manejar información. Insisto, me parece un asunto fundamental. Porque supone modificar lo más profundo de nuestra existencia. Máquinas y humanos se ponen a la par: procesan información y toman decisiones.

Los ejemplos que utilizó Haque hablan de usos «sociales» de la información: la medición de la radiación a raíz del desastre nuclear de Fukushima, la de la polución del aire o cómo conseguir un consumo más racional de la energía. Pero las empresas no van a mirar todas a «usos sociales» de la Internet de las Cosas. No, su razón de ser no está colocada ahí. Mirarán a sus clientes y verán que pueden agregar valor a los productos que sirven mediante una mejor gestión de las capas de información con las que podrán acompañarlos. Y entonces tendrán que recurrir a «experiencias» de uso/consumo que los clientes encuentren cautivadoras.

Un buen ejemplo de este segundo enfoque es el que compartieron Iñaki Vázquez, de Symplio, y Natividad García, de Domoalert. El primero explicando el caso de la típica bufanda futbolera a la que añaden un sensor que permite darle una especie de «vida paralela» de gran contenido social, y la segunda con soluciones centradas en la monitorización de nuestro hogar. Ambos casos apelando a aspectos emocionales con los que tocar la «fibra sensible» de la persona de tal forma que perciba valor en la comunicación que le proporcionan los objetos.

Así que me encantó el mensaje simple de Usman Haque entre tanto endiosamiento tecnológico: no lo olvides, va de personas.

Artículos relacionados

19 comentarios

Strategiaconsul 24/05/2014 - 13:11

Como anda a internet das coisas.

Responder
2014. De Emily Dickinson al tecnomutualismo. El proyecto RepRap | Pere Losantos 24/05/2014 - 20:18

[…] el Internet de las Cosas (IoT) y nos dice que no debemos olvidar que las personas -que son las que pagarán por los servicios construidos sobre Big Data- son lo que en defin…. Me quedo con una […]

Responder
pere losantos 24/05/2014 - 20:21

Hola Julen, tus artículos siempre me hacen pensar, y a veces hasta actuar 🙂

He escrito un post en relación a cuando dices

«La tecnología nos sirve solo cuando las personas nos apropiamos de sus usos y les damos sentido»

sobre el TECNOMUTUALISMO. Espero que te guste, sigamos debatiendo que siempre es mejor que escuchar a los políticos en campaña.

http://perelosantos.eu/2014/05/24/2014-el-proyecto-reprap/

Responder
Julen 27/05/2014 - 05:36

Muy interesante tu artículo «replicante» 🙂

Responder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.