TransMurciana 8: Bullas-Totana

by Julen

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En Bullas se veía ambiente de… ¡fiesta! Toda la gente joven y la no tanto en los bares a media tarde. Y es que la procesión de Viernes Santo no comenzaba hasta las nueve por lo que había tiempo de tomar tragos y charlar con las amistades. Luego, eso sí, cada cual con su cofradía. La procesión del Santo Entierro portaba ocho pasos: el Cristo Crucificado, el Descendimiento de Santa Rufina, la Virgen de las Angustias, la Virgen de la Amargura, la Cruz del Gallo, el Santo Sepulcro, San Juan Evangelista y la Virgen de la Soledad.

Bullas es un pueblo que se extiende por calles largas y rectilíneas. Se ve que ha vuelto mucha gente por Semana Santa porque escuchas conversaciones en las que se pregunta por amistades y viejos conocidos. ¿Qué es del Antonio?, ¿sigue Manolo con el estanco?, ¿y la hija de la Josefa no se ha casado todavía? La gente quiere saber para no perder las conexiones locales.

La mañana, la primera en que desayuno solo tras la marcha de Alberto, me depara un nuevo deja vu. Copazos entre hombrones donde mi té y mi zumo de naranja no creo que me dejen en buen lugar a los ojos de la parroquia. Hoy creo que por primera vez me ha tocado en suerte camarero borde. Peor para él porque me ha cobrado de menos y ni qué decir tiene que me he quedado callado, claro está.

La salida de Bullas engancha con el GR 252 que cruza el Alto del Silo hacia la umbría de Sierra Espuña. Eso supone pedalear por extensas masas de pino carrasco. En las zonas más bajas los cultivos de almendros predominan pero en cuanto coges un poco de altura enseguida aparecen los pinos. Eso sí, tremendo el pedregal de hoy. Ha sido coger una curiosa «carreterita» flanqueada a ambos lados por pinos, la pista del Canal del Taibilla, y comenzar cerca de quince kilómetros que a ratos se hacían insufribles. Recordaba haberlo leído en la crónica de Zineztli pero quizá el paso del tiempo ha dejado aún peor la pista.

Sin embargo no hay mal que cien años dure. El pedregal ha terminado con una subida bien bonita entre pino hasta coronar en la Casa de la Muela. Rápido descenso y de nuevo para arriba, primero hasta El Berro y después más todavía hasta la cota 850. Se nota que estamos en zona de esparcimiento: Sierra Espuña tiene su tirón entre senderistas y ciclistas.

En El Berro han caído un par de plátanos. La etapa es dura porque hay bastantes tramos de subida. De las que he recorrido hasta ahora es la de mayor desnivel acumulado con casi 1.500 metros. Y se ha notado porque el calor del final y las últimas rampas antes de comenzar la bajada final a Totana me han dejado fulminado. Menos mal que los últimos quince kilómetros han sido en descenso.

Hoy descansamos de procesiones. Totana no exhibe paso alguno en Sábado Santo. Así que creo que me voy a echar un sistémica… zzzz… zzz 🙂

Distancia recorrida: 93,59 km. Desnivel acumulado:  1.476 m. Tiempo de pedaleo: 5h 14min.

Enlace a datos completos de la etapa en Garmin: http://connect.garmin.com/activity/482766637

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