#TransMurciana 2: La Unión-Puerto de Mazarrón

El Santo Cristo de las Minas bajaba en procesión siguiendo un curioso Vía Crucis descendente. Un trenecito chuchú recogía a la gente a los pies del parque minero y los depositaba junto al paso allá arriba para que acompañaran a las autoridades y al cura hasta la iglesia parroquial abajo en el pueblo. Eso sí, con la preocupación de si el asunto estaba ventilado a las 10 de la noche, porque había partido del Real Madrid. Pues claro que sí. Para las 9:30 todo finiquitado.

A eso dedicamos buena parte de nuestra estancia en La Unión. El pueblo no parecía tener mucha vida a media tarde. Enterados de que el mejor sitio para comer estaba frente a nuestra pensión, allá que fuimos. Eso mismo hicieron buena parte de los ilustres de la procesión. Vaya aplausos, qué alegría, qué algarabía. Granada 1 – Barcelona 0.

A las 8 a desayunar en el pueblo y luego a recoger las bicis. Nos despedimos de nuestro anfitrión y enseguida nos topamos con ese extraño paisaje que dejan las minas abandonadas. Un primer tramo de carretera nos sube hasta el paraje de la mina Inocenta. Sobrecogen las construcciones abandonadas y el extraño color naranja rojizo de la tierra. Huele extraño. Parece gas, nos decimos. ¿Será que aún queda algo de aquello que extrajeron de estas tierras?

Sigue una pequeña subida a un caserío con un par de casas, El Gurguel. Comienza la bajada. ¿Olor a gas? Bien simple: comenzamos a rodar por entre las instalaciones del enorme complejo industrial que nos acerca a Cartagena. Tremendas las chimeneas y los miles de kilómetros de tuberías que se reparten junto a la carretera durante 20 minutos. Eso sí olores para todos los gustos incluyendo, os lo aseguramos, uno muy parecido al bacon.

Para entrar en Cartagena se toma una pista con mucha piedra suelta que nos conduce a la típica zona degradada testigo de un pasado industrial que ahora es difícil de enterrar. Paseamos un rato por el puerto de Cartagena y luego callejeamos por el centro donde nos encontramos con una procesión en la que en vez de nazarenos lucen muy serios unos romanos. Se ve que dejaron huella… hasta en la Semana Santa.

A la salida de Cartagena paramos para hacer avituallamiento. El típico kiosco de bocata grasiento. Nada, al buche, que nos quedan unos 40 kilómetros. ¿Fresco? Ya vamos llegando a los 30 grados.

Por fin llegamos a la primera subida de cierta entidad desde que comenzamos la TransMurciana. Alberto se empeña en conocer las piedras de cerca. Primero caída a la izquierda. Luego otra a la derecha. Para compensar. Tramos a pie y tramos andando. Mucha pendiente y piedra suelta. La bajada, entretenida y de disfrutar. Para algunos.

Tras la correspondiente bajada, nos adentramos en la rambla del Calar. Buff, ya andamos por encima de los 30 grados y el agua se va acabando. Preguntamos a un guarda forestal que se ha detenido junto a una culebra hermosa de más de un metro de longitud que yace moribunda en mitad de la rambla, atropellada por un todo terreno. Pobre animal. Si es que van como locos.

Y por fin llegamos de nuevo al mar. Tras una zona de invernaderos la ruta nos conduce a la misma playa, cerca de isla Plana. Seguimos la costa por terreno urbanizado. Se van sucediendo las calas bien repletas de gente que ha ido a pasar el domingo. Llegamos a Puerto de Mazarrón por el paseo marítimo. Localizamos el hotel y cada cual con sus obligaciones. Lavar, colgar la ropa, unos a la playa y otros a postear. Mañana más. Pedales, mar, playa y posteo. TransMurciana mediante 🙂

Distancia recorrida:  65,4 km. Desnivel acumulado: 1079 m. Tiempo de pedaleo: 4h 29min.

Enlace a datos completos de la etapa en Garmin: http://connect.garmin.com/activity/478993572

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