#TransMurciana 12: Jumilla-Fortuna

by Julen

imagePueblo grande este de Jumilla muy pegado a la tradición de sus vinos. Así que con un enófobo como yo poca empatía cabía. Eso sí, más me ha interesado saber del volcán de La Celia, que se encuentra en sus alrededores y donde se puede encontrar la jumillita, una roca volcánica muy especial que ha dado lugar a la explotación de minas. En fin, en Jumilla finalizamos ayer la undécima etapa de la TransMurciana.

Como comenté, tuve que dejar la bici en boxes por un doble problema de pinchazo en la rueda delantera y de pinchazo más un rasgón considerable en la rueda trasera. Allí final hemos tenido que cambiar cubierta trasera. Cosas del directo.

Me fui a esperar a Ángel a la estación de autobuses. Llego con puntualidad británica. Bueno, es un decir, sólo fueron quince minutos de retraso. De allí al hotel a dejar su bici y a pasar el resto de tarde de cháchara poniéndonos al día de nuestras vidas. Cenamos una pizza soportando el ambientazo del partido de Champions del Atlético de Madrid contra el Chelsea. Cosas del directo.

A las siete a desayunar y enseguida a rodar camino Yecla. Nos despide la fábrica de quesos Montesinos mientras cogemos la pista que nos lleva por la rambla de la Anchura. Sí, efectivamente, no se han roto la cabeza para llamar a la zona. Ancha es Castilla pero más lo es el altiplano murciano. A velocidad de crucero elevada vamos subiendo poco a poco con alguna que otra pequeña trampa de arena. Y llegamos a Yecla poco después de las nueve con treinta kilómetros a nuestras espaldas.

Esta es la cuestión: resayunar o no resayunar. Gana el sentido común y la prudencia. Por si acaso en Raspay (el siguiente pueblo a veintiséis kilómetros) no hay bar, decidimos comernos un bocata. En buena hora, porque en Raspay ná de ná. Por cierto, en el bar corren los chupitos de JB. Arraigadas costumbres locales.

Salimos de Yecla entre campos de cultivo con almendros aquí y allá. Y de pronto nos introducimos en un enorme valle plantado todo él de vides. Conforman inmensas líneas que se pierden en el horizonte, como podéis ver en la foto de este post. Algunos frutales para engañar a la vista, pero vid y más vid. Es lo que hay.

En cuanto aparece una cuesta Ángel agacha la cabeza, saca el molinillo y se escapa. Pero, ¿qué prisa tiene este hombre? Jeje, anda fina la criatura. Y llegamos a Rampay y no hay bar. Nos mandan de oca a oca, primero unos ingleses en el idioma de Shakespeare, luego unos lugareños y luego otros. Comfirmado: no hay bar abierto. Tira millas. Van sesenta kilómetros. ¿Algún bar de aquí a finalizar en Fortuna?

Dios aprieta pero no ahoga. Cuando el panorama se ponía feo, hete aquí que tras las Casas del Espíritu Santo llegamos a la Torre del Rico. Y contra todo pronóstico, en un cruce aparece el Bar Social. Tasca donde hay Coca-Cola y plátanos. Pues eso, gloria bendita. Me llama un amigo de la Transandalus, quedamos para la tarde, y palante que son treinta kilómetros más para terminar.

Para terminar la etapa hay que subir el Puerto del Frío. Treinta grados. Lo típico. Se me enciende no sé qué vena de escalador y llegamos arriba en un periquete. Bajadón hasta Fortuna casi todo por carretera con buenas vistas. Al final salen 105 kilómetros. No está mal.

Asunto aparte el hotel. Flipando estoy todavía. Resulta ser un complejo hostelero con camping, piscina termal y mogollón de guiris. Como de otro mundo. Cosas del directo. Eso sí, música de Los Pecos y de Perales. Nivel, Maribel.

Distancia recorrida: 105,52 km. Desnivel acumulado: 1.070 m. Tiempo de pedaleo: 5h 18min.

Enlace a datos completos de la etapa en Garmin: http://connect.garmin.com/activity/485561746

Post generado desde smartphone.

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