PYME industrial: cuando lo digital con sangre entra

En esta parte del sur de Islandia tenemos muchas pymes industriales que nacieron de la mano de un saber hacer tecnológico. Y entiéndase la tecnología como algo que está al servicio de un proceso de transformación de materia prima. Sí, el caso es tomar algo -preferentemente metálico- y convertirlo en un producto tras someterlo a diversas operaciones en un taller. Allí dentro huele a taladrina, hay hombres operarios que visten mono azul y se suele hablar de mano de obra directa e indirecta.

Muchas de estas empresas se pelean como nadie por mantener su competitividad. Buscan nuevos clientes, tratan de mejorar sus operaciones en fábrica y persiguen cómo añadir valor a sus productos para que los clientes queden satisfechos. Intentan mantener un cierto orden en sus procesos fabriles y trabajan como nadie para minimizar defectivo. Entraron en la carrera de la calidad hace ya bastantes años y están concienciadas.

Manejan indicadores y han desarrollo sus cuadros de mando. Interiorizaron el PDCA y son firmes convencidas de que hay que lograr la excelencia.

Estas empresas, que se reparten por nuestra geografía en cientos de polígonos industriales, unas más grandes y otras más pequeñas, andan peleadas con una realidad que les ha puesto muy feo el panorama. Los costes no salen. Miden sus tiempos, miden sus costes de mano de obra, saben lo que les cuesta la materia prima… y no, los números no salen. Allá lejos, en el sudeste asiático los números son otros. No es que cambie la escala, es que salta por los aires.

Nuestras pymes industriales han sido intensivas en empleo. Necesitan personas, necesitan conocimiento y actitud. Oficinas técnicas potentes y personas cualificadas capaces de mejorar constantemente el trabajo directo en planta. Pero los números no salen.

¿Digital?, ¿Internet? Hay otras prioridades. No hay tiempo. No se entiende. ¿Qué tiene que ver con productividad? No estamos para perder el tiempo. Los agobios vienen por otra parte. Los procesos, la calidad, la excelencia, las certificaciones, el cliente. Esto sí es importante. Lo otro…, ¿qué es lo otro?

Y llegados hasta aquí, ¿será que lo digital con sangre entrará en la pyme industrial? Merece la pena profundizar en las tácticas. Y antes que las tácticas hay que hablar incluso de pedagogía, de didáctica. Y de puentes, porque la jerga hace daño. No sé, quizá vamos a acabar por aceptar lo digital ha prometido demasiado y ha cumplido poco. Esto ya lo dicen las encuestas de McKinsey: IT under pressure. Lo dicho, tema para profundizar: estrategia digital en las pymes industriales. To be continued…

Nota.- Si alguien quiere volver atrás en el tiempo y entender la idea de «industria» que nació en los 50-60 del año pasado, que no deje de ver este impresionante documental sobre Eibar, que comentaron hace poco en El Blog Salmón. Con tranquilidad, que son dos horas de documental.