Startup: la idolatría de lo efímero

by Julen

SanteríaLos tiempos postmodernos han aportado liquidez, como reflexiona Yuri Noda en su artículo a partir de una entrevista con  Zygmunt Bauman. Las referencias no aguantan por mucho tiempo. Las aguas de cambio tumban el largo plazo y las relaciones humanas parecen tener que recomponerse ante las nuevas circunstancias. Nada es para siempre. Y la empresa ¡vaya si lo está asumiendo! Frente al ideal de gran obra que un día representó Jeff Bridges en Tucker, un hombre y su sueño, ahora se trata de poner en marcha startups de base tecnológica con una estrategia de «exit» desde el minuto cero, como bien nos explica Javier Megías.

Joshua Porter recogía hace poco en su blog un par de definiciones de startup. La primera, tomada del artículo de Steve Blank Why companies are not startups -por cierto, excelente texto-, decía:

a startup is a temporary organization designed to search for a repeatable and scalable business model. The corollary for an enterprise is:
A company is a permanent organization designed to execute a repeatable and scalable business model. Once you understand that existing companies are designed to execute then you can see why they have a hard time with continuous and disruptive innovation.

La startup traduce la exigencia de la postmodernidad y magnifica lo efímero. Nada de visión, misión o algo que la referencie a un futuro de realización colectiva. Todo es mucho más utilitarista: hay que salir de ésta como sea. El mundo se ha vuelto agresivo y no me pidas un compromiso fuerte a través de mi proyecto. Bastante tengo con captar la atención de quienes serán mis nuevos jefes: los inversores. Tengo que tener éxito y deslumbrar, porque aquí quien gana se lo lleva todo.

Es como una especie de circo donde hay que trabajar bien el espectáculo para encandilar al público (los inversores). La oferta es descomunal. Muchos los llamados pero muy pocos los elegidos. Es lo que hay. Las cifras de compra de este nuevo tipo de no-empresas (como diferencia Steve Blank) son despampanantes. Y mientras, de vez en cuando la prensa color salmón nos recuerda las mareantes cantidades que se pagan por estos nuevos vellocinos de oro. Así que manos a la obra a ver si nos eligen.

No pasa nada. La sociedad evoluciona. Los dinosaurios se extinguieron y nuevas especies ganaron la partida. Hoy conviven dinosaurios y startups bajo el mismo cielo. En ligas distintas y con reglas de juego diferentes. Los dinosaurios, sin embargo, tampoco parecen gozar de mala salud. Cuanto más grandes más pueden. Por contra las startups se mueven rápidas por el suelo a la espera de que alguien las cace. En vez de querer continuar con su existencia se pavonean para ser fáciles de encontrar. Desean ser cazadas. El mundo, eso sí, un poco al revés, ¿no?

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19 comentarios

Juanjo Brizuela 13/03/2014 - 08:56

Pues no me gusta nada este modelo. Seré entonces un viejuno. Compromiso 0, salvo en la cuenta bancaria (o billetes debajo de la cama)

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Julen 13/03/2014 - 09:14

Son los tiempos, Juanjo, y habrá que ver cómo recombinamos empresa tradicional y startup. En realidad ya se está produciendo cuando por ejemplo las startups utilizan el enfoque lean, que proviene de la empresa tradicional y uno de cuyos principios eran las relaciones a largo plazo. Eso sí, ojo con cómo lo reinterpretan.

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Juanjo Pina 15/03/2014 - 15:34

También habemos pequeños mamíferos correteando entre los grandes dinosaurios y las startups. No nos comáis de vista 😉

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