Dudas razonables sobre nuestra autoridad moral

by Julen

HouseLa semana pasada tuve el gusto de conocer personalmente a Eva Snijers y charlar con ella un buen rato sobre lo que cada cual andamos haciendo. Hablamos de todo un poco, incluyendo cómo vemos el momento actual. Y, claro, surgió la inevitable comparación entre el mundo que nosotros conocimos cuando accedimos al mercado laboral y el que ahora tiene enfrente la gente joven. El momento es especialmente delicado porque por primera vez se evidencia que las condiciones a las que acceden estas personas son bastante peores que las de quienes les precedieron.

Eso me lleva a considerar si, cuando nos sentamos en la universidad, como es mi caso, con gente 25 años menor que yo, tenemos autoridad moral para explicarles de qué va todo esto y para aconsejar. A fin de cuentas somos una generación que lo hemos tenido bastante fácil. Generalizar es siempre complicado, pero esa es la sensación que yo al menos tengo.

Estoy hablando de la generación del baby boom de los 60. Estudiamos, comenzamos a trabajar relativamente pronto, conocimos la oferta de empleo «fijo», progresamos profesionalmente, pasamos por alguna que otra crisis de menor entidad y llegamos hasta donde hoy nos hemos apoltronado. Cierto tipo de responsabilidad imagino que tendremos frente a esa gente joven que bien me puede decir: ¿tú qué nos vas a explicar?, que eres parte del sistema que nos ha conducido a esta miseria de circunstancias laborales.

Porque ahora el mensaje de ¡Emprende! no es un mensaje inocuo. No se les ofrece como opción. En realidad el mensaje de fondo es: el empleo fijo por cuenta ajena no te va a garantizar más seguridad que aquel que seas capaz de inventar tú. Así que ponte las pilas e inventa tu trabajo y tu futuro. Es tu responsabilidad. Eso sí, lo edulcoramos con toda una suerte de competencias para que parezca guay: realízate, cumple tus sueños, pon en marcha tu motivación interior, activa tu deseo. Los jefes han cambiado. Antes eran unos y ahora son los inversores que, si tienes suerte, financiarán tu proyecto.

¿Tenemos responsabilidad en todo esto? ¿Podemos ser parte del problema a ojos de esta generación que se da de bruces contra el mercado laboral? Porque yo, al menos, lo reconozco: sí, he llegado a un punto en el que estoy bien, con una vida -con todos sus altibajos- ya construida, con niveles de bienestar altos. ¿Está mal decirlo? ¿Tengo que llorar y decir que a mí también me va mal, que no facturo como antes y todas esas cosas? Ya, pero ¿qué hay de estos 15-20 años de trabajo bien remunerado y de estabilidad derivada del crecimiento económico? Puede que sea un poco hipócrita ponerse a llorar ahora. Bien que hemos llenado el zurrón estos años atrás.

¿Tengo autoridad para explicar a alguien 25 años menor que yo cómo tiene que conducirse ante un mercado laboral que lo expulsa y del cual yo formo parte? A veces pienso si por detrás no se está produciendo una fractura social, una desconfianza de una parte hacia otra. Esto sí que es delicado. El progreso parece haberse detenido. Este aberrante momento actual, mientras dura, está dinamitando la sociedad. Petros Márkaris en su última novela Pan, Educación y Libertad lo tiene muy claro con el caso griego porque allí la situación es explosiva. ¿Aquí no con unas tasas de paro del calibre que tenemos?

Estamos haciendo mucho daño a la generación que llega ahora al mercado de trabajo. Un mercado que la insulta y desprecia. ¿Formo parte del bando agresor?

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9 comentarios

J.G. del Sol 18/02/2014 - 07:30

Sí.Y yo, empleado público, más. Pero tu generación tiene una parte más de culpa: son tus coetáneos de más éxito socioeconómico los que están imponiendo el calvario del trabajo desdignificador y el infierno del paro a todas las capas de edad y clase social que no sean ellos. Sólo haz una media de edad de altos ejecutivos y funcionarios y políticos corruptos.

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Julen 23/02/2014 - 07:30

Mucha razón en lo que dices, Mak. Por eso mis dudas sobre si soy yo la persona más adecuada para «aconsejar» (algo que muchas veces se nos pide). Espero que no nos olvidemos de la autocrítica, la mejor compañera de viaje que podemos tener.

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Freddybarr 18/02/2014 - 08:22

Hola Julen, pues que te digo… aquí en Sudamérica siempre anduvimos en crisis… bueno desde que yo recuerdo… aunque la verdad que por etapas hemos tenido momentos buenos, como los que está pasando por ejemplo Perú, el país de donde provengo, sin embargo los indicadores macro económicos positivos de los últimos años no reflejan lo que realmente se vive en el país… existe trabajo, pero la gran mayoría es subempleo así que la cosa anda muy peleada también, es decir pocos trabajos buenos para muchos profesionales, la salida como bien lo indicas es emprender… no es una opción sino una necesidad… Un abrazo desde Lima…
Freddy

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Julen 23/02/2014 - 07:29

Gracias por tu punto de vista desde ahí en Lima. Quizá aquí en la vieja Europa nos hemos aburguesado demasiado. Pensamos que habíamos conquistado un mundo de bienestar pero se demuestra que en parte es sobre cimientos de barro. No sé por dónde va a a explotar. Hay que seguir.

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Jaizki 18/02/2014 - 12:36

Quizás este sea un caso de cuanto peor… mejor…

Antes el coste de emprender era alto, puesto que la alternativa era económicamente atractiva. Por eso mucha gente terminaba en un trabajo que no le gustaba, o que directamente odiaba, pero que le permitía llevar el nivel de vida al que se había acostumbrado y que pensaba que necesitaba.

Cuando la alternativa es realmente mala, emprender debería ser mucho más fácil. Lo que más me sorprende es que, aun estando así las cosas, mucha gente sin buenas alternativas sigue viendo arriesgado emprender.

Creo que cuantas más personas seamos capaces de vivir con menos haciendo algo que realmente nos gusta, el mundo será un lugar mucho mejor.

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Julen 23/02/2014 - 07:28

Los dioses te oigan, Jaizki 🙂

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german gomez 18/02/2014 - 17:28

Yo no recuerdo que fuera facil. En todo cado, era mi momento, igual que ahora es el momento de quien ahora busca. Otra cosa es la autoridad moral para hablar, dificil de tener cuando los que tienen que hacer son otros. Y otra tercera cosa es con que momento anterior nos comparamos para afirmar que ahora las cosas estan mal.

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Julen 23/02/2014 - 07:27

Puede, Germán, que ahora mismo esté demasiado mediatizado por un momento pesimista. No sé si el mundo que estamos dejando no es bastante peor que el que conocimos. En fin, ya me pasará. Eso espero 😉

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