Aceleradoras de empresas, algunas con ánimo de «mucho» lucro

by Julen

SpeedEntiendo que es solo una manera de denominar a un servicio y que detrás habrá buenas intenciones y asesoramiento adecuado las más de las veces. El caso es que esta moderna sociedad en la que vivimos ha decidido que hay que montar cuantas más empresas mejor. Porque las de siempre o se mueren o quieren jugar al mínimo empleo. Y ya que hay que ponerlas en marcha, cuanto más rápido se haga mejor. Como quiera que los números siempre venden, el negocio está en acelerar empresas. Y puestos a ello no nos vamos a andar con tonterías. Lo llamamos aceleradoras de empresas para dejar clara su función.

Porque la velocidad hoy en día es un valor. Hacer las cosas rápido cuenta. Eso sí, si lo decimos más fino, usamos ágil. Nada de reposo y pensar bien las cosas. Perdida la P del PDCA, lo que vale es manos a la obra y cuanto antes demuestres que eres capaz de sacar un producto/servicio al mercado, mejor. Nos guiamos por la idea del mínimo producto viable, enfocamos lean, desplegamos velas y allá vamos, a la carrera.

Las velas, eso sí, tienen que ser llamativas. No es solo lo que haces sino que se den cuenta de que lo estás haciendo. Unas buenas dosis de marketing, por favor. Esto es de aplicación muy especialmente a clientes, inversores y Administración Pública. Debes ser capaz de vender la idea entre miles y miles de ideas que compiten por su momento de gloria. Alguien pasará por delante de tu negocio y deberás caerle en gracia. Sobre todo si tiene pasta, claro. Te comprará. ¡¡Éxito!! ¿O no?

Como nos lo dejan bien claro en el artículo de Cinco Días que enlazaba en el primer párrafo:

Tratar de comprimir al máximo el lapso de tiempo en que se tarda en conseguir un inversor, previo pulido técnico y comercial del proyecto, es el propósito fundamental de las llamadas aceleradoras de start-ups, un concepto importado de Estados Unidos.

Sí, no podía ser de otra manera. Esto de acelerar viene del otro lado del charco. Como usar y tirar, la fast food o la cultura del éxito. Todos somos parte de la gran función y hay que pavonearse ante quienes nos pueden ayudar. Hay gente hábil, que olfatea bien el éxito, que es capaz de vendernos, de encontrar la chispa de nuestro negocio donde tú y yo solo vemos horas y esfuerzo. Pues no, que sepas que puedes recibir una buena dosis de aceleración y saltar al éxito. Pareces tonto, no haberte dado cuenta de ello antes.

Así que hay que acelerar el proyecto. Es una imbecilidad perder el tiempo entre tinieblas cuando el mercado puede sacar tajada de él. Bueno, primero los inversores. Que ahí están, como decíamos, para ver dónde huele a dinero. Según parece, además conviene que alguna multinacional ande por detrás para asegurar que la voracidad que se pone en juego es la adecuada. Pero hay otros modelos. Y está bien que lo digan así, tan alto y claro que a veces, de tan alto y tan claro, uno se queda como medio atontao. Es el caso, según parece, de Mola.com. Este párrafo recogido también del artículo de Cinco Días, me tiene cautivado:

Mola.com es otra de las aceleradoras más conocidas del país. Está afincada en Mallorca, aunque eso no les supone problema alguno en plena era de internet. Creado hace exactamente un año por un emprendedor en serie (Enrique Dubois) y un inversor con amplia experiencia en internet (Paco Gimena), y sin vinculación a compañía alguna, su modelo de negocio es distinto al de Wayra. «Tenemos ánimo de mucho lucro. Nosotros pretendemos entrar muy temprano en compañías con una valoración baja para luego acompañarlas y venderlas a un competidor grande por una buena suma», sintetiza Dubois. «Aspiramos a crear el próximo programa rompedor, en la estela de Facebook o Dropbox. Nunca renunciaremos a ese sueño», añade. ¿Su valor añadido? «Conocemos muy bien el mercado de internet. Me embarqué en este proyecto al ver que una de mis start-ups, Wamba, no funcionó todo lo bien que yo quería. Me decidí a diversificar mis inversiones. Tuenti y BuyVip empezaron al mismo tiempo que yo. Si hubiera invertido allí hubiera ganado mucho dinero».

Pues eso. Esto es lo que hay. Bueno, es una opción. Hay otras. Lo de esta aceleradora es esclarecedor. Sirve para comprender una parte del furor emprendedor actual. La cultura del dinero rápido. La ha habido, la hay y la seguirá habiendo. Nada nuevo bajo el sol. Ah, pero también nos explican que hay un modelo «altruista» de aceleración. Es el que representa, por ejemplo, SeedRocket Barcelona. Veis, siempre me fijo en lo malo cuando hay también buenas noticias. Me gana el lado cascarrabias. Eso sí, como bien nos apunta Jesús Martínez en El Blog Salmón, el mercado de incubadoras y aceleradoras de startups engorda que no veas.

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3 comentarios

Isabel 11/02/2014 - 08:32

Una incubadora por cada 20 empresas…
El párrafo es digno de enmarcar.

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Jaizki 11/02/2014 - 13:11

El negocio de las aceleradoras es de mucho riesgo… la inmensa mayoría de las empresas a las que «aceleran» terminan en nada. Cuentan con que alguna será el pelotazo del siglo y compensará todas las que no dieron nada y ganarán mucho. Desde luego, no es el tipo de negocio donde invierte alguien que piensa en mantener lo que tiene y, quizás, hacerlo crecer un poquito.

Sin duda es muy yankee pero una empresa que empieza sin dinero, no tiene muchas probabilidades de encontrar alguien que apueste por ellas si no es porque espera un gran rendimiento económico.

Pero siempre habrá gente que opine que hay cosas más importantes que hacer dinero, y gracias a ellos hay aceleradoras sociales como UEIA.

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Cinco apuntes rápidos sobre docencia y emprenedimiento maker | Pere Losantos 09/03/2014 - 19:04

[…] TIC tipo Google y se hace millonario. El pelotazo del fast food emprendedor, coincidiendo con Julen Iturbe y con Jesús Martínez. Las generaciones actuales no saben qué es fabricar, no conocen la […]

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