La sensación

by Julen

Cloud LayerDesciendes por las escaleras del avión y te das de bruces con ella. ¿Cómo describir esa sensación? Creo que la luz tiene mucho que ver. Una luz que traspasa lo que encuentra a su paso y que inunda la escena. No sé cómo cada cual interioriza el momento. Qué tontería. Para la inmensa mayoría no habrá nada que interiorizar. Porque «sentir» no se rige por las reglas de la razón. Por mucha química y fisiología que lo explique. Eso es después. Antes siempre sucede el misterio de sentirlo.

Decía que un elemento es la luz. Otro puede ser el aire. Cierto que a veces excesivo. No se conforma con maneras de suave brisa y a veces sobreactúa con fuerza insultante. Es un aire que se redefine según la altura a la que empuja. Abajo más juguetón, revolcándose con las olas y sus cabrillas. En medianías más escondido entre las sempiternas nubes. Arriba con más descaro.

Según en dónde tomas tierra la sensación admite variaciones. Pequeños guiños que hay que interpretar para re-conocer el lugar que pisas. Lo mismo pero con tal cantidad de matices que siempre hay lugar para la sorpresa. La luz y el aire se dejan mecer por el color de la tierra, por la orografía, por la hora del día. El mosaico se hace único entremezclando en la paleta las muchas opciones en un cuadro único. Porque a él añadimos que cada persona es diferente.

Por eso, aún reconociendo «la sensación», uno siempre espera con una suave ansiedad cuál será el matiz de este nuevo contacto. Cuando llega el momento algún faro interno proyecta su luz para mestizar la llegada con tantas otras anteriores. Cada cual es diferente. Y sin que nadie a mi alrededor parezca notarlo, camino despacio jugando con mi memoria. Hasta que caigo en la cuenta de que estaba soñando.

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