La gestión avanzada, un invento que nos conviene

Seguramente que somos muchos los que tenemos que comer de esa cosa llamada «gestionar empresas». Así que es bastante probable que nos convenga mostrar la «gestión» como algo que sí, que tiene su miga y que necesita de gente puesta en el asunto. Además, no contentos con esto, tampoco nos causa rubor apellidar «avanzada» a cierto tipo de gestión. Pero, ¿de verdad esto es así? Porque una cosa está clara: cuanto más difícil se vea, más negocio de consultoría florece. ¿O no?

Me permito autocopiarme un fragmento de un post que escribí en su día en el blog de Empresa Abierta, el programa de formación que hicimos con EOI el curso pasado. Tiene que ver con la experiencia de Mol-Matric, una empresa cooperativa dedicada a la fabricación de matrices y utillajes para el sector del automóvil.

Me viene a la cabeza una reflexión que Alfonso Vázquez, de Hobest Consultores, hacía no hace mucho sobre que hay empresas en las que cuando “gente normal” se pone a gestionar acaban llegando resultados. En vez de aplicar lo aprendido en no sé qué escuela de negocios se actúa con sentido común. Él comentaba el caso de Mol-Matric en un artículo que titulaba Cómo actuar en tiempos de crisis (II). De empleados a productores.

¿Qué sucede si pensamos en términos así?, ¿puede la «gente normal» gestionar bien un negocio? Desde luego que casos en la historia habrá habido a miles. Mucha gente no pasa por escuelas de negocio o por apoyo de consultores. Y salen adelante. ¿Cómo? Supongo que aplicando sentido común, ciertas dosis de prudencia y un fino sentido de la oportunidad. Luego, si además hay pasión, la cosa se pone más interesante.

Literatura de gestión tenemos a toneladas. Bueno, ahora a terabytes. Hay modas, herramientas que vienen y ven. Hay empresas de consultoría que nacen, se reproducen y mueren. Hay un mercado donde, como en todos los mercados, hay artistas creando necesidades. Luego lo que viene después es gestionar la expectativa del cliente. Combinar la creación de necesidad con satisfacer la posterior expectativa del cliente te conducirá al podio. Verás como te conviertes en persona de éxito. Ha pasado, pasará y seguro que seguirá pasando.

Cuento esto porque hoy he estado en una reunión en la que de fondo pululaba esta idea: la gestión avanzada. Yo mismo de vez en cuando uso esta expresión. Y casualidad estoy releyendo ahora dos libros sobre el sistema de producción Toyota: La máquina que cambió el mundo y Las claves del éxito de Toyota (Odilas, tú tienes la culpa, por cierto, jeje). Aquel que conocí cuando trabajaba en Maier. Sí, porque vivir en el sector de automoción te lleva a esos escenarios. Lees cosas, ves cómo se aplican y de vez en cuando algo se te queda. Y ahora, pasados los años, parece que bastantes de los rasgos del viejuno sistema de producción de Toyota vuelven a estar en el candelero abrazados por las modernas startups.

En realidad, de aquel viejuno sistema uno se quedó con su sentido común. Siempre me viene a la cabeza lo del genchi genbutsu: «Vaya a verlo por sí mismo para comprender a fondo la situación«. Un principio universal, tan simple y lógico que me llena de dudas. ¿De verdad que la gestión requiere tanta palabrería como somos capaces de manejar?