Startups o cómo evoluciona la cultura del éxito

by Julen

success is in your dnaSi echamos un vistazo a la wikipedia, nos dice que «pelotazo» es «una forma coloquial de referirse a la especulación en los mercados financieros o urbanísticos, cuando produce extraordinarias ganancias de forma rápida.» Al principio había titulado este artícuo «Startups o cómo evoluciona la cultura del pelotazo«. Luego me he reprimido un poco. Porque definido «pelotazo» de esa manera, no creo que al referirme a startups pueda utilizar «pelotazo» con ese significado estricto. No voy a ser tan bestia. Pero sí creo percibir que esto de poner en marcha o invertir en startups es otra manera de intentar hacer dinero. Mucho y rápido. Con alta tasa de riesgo. Vamos, una de las clásicas maneras en que se ha ganado dinero toda la vida.

Curioso también este boom de las startups, alternativa, según parece, al rancio modelo empresarial «de toda la vida». Ahora ya podemos distinguir por fin entre lo cool de una startup y lo rancio de un negocio con su cuenta de explotación y el resto de esclavitudes burocráticas. Claro que las startups están llamadas a morir. De hecho su fin parecería fagocitarse al entregar su trabajo por fin, a ese otro modelo «de toda la vida», a la gran empresa. Ala, ahí te lo doy, ahora tú lo gestionas.

Porque lo que mola es poner en marcha la startup y conseguir que el producto o servicio se lleve titulares por su tremendo impacto mediático. Después llegará el frío polar y aquello que nació dejará de interesar al crecer y hacerse adulto. Aquel lagartito precioso resulta que acaba convertido en todo un cocodrilo ingobernable. Pues para otro. Eso sí, en el tránsito queda bastante claro que una de las posibilidades (pequeña) es hacerse millonario. Por eso en los altares se venera a una serie de tipos (casi siempre hombres) que han triunfado, que se han hecho de oro. Pocos son los elegidos, pero haberlos los hay.

Una startup es algo que choca contra otro modelo, más clásico, de emprender. Por ejemplo, si me voy a las cooperativas de MONDRAGON, sé que hay otras prioridades. Preguntarán por el empleo, por las previsiones, por el modelo de gestión, por la participación. La startup no entenderá nada de nada. Antes que todo eso se prioriza la emoción, el éxito, el logro, la pasión. ¿Colocada en qué? En una idea de negocio que, como salga, será la bomba.

¿Cuál es la tasa de fracaso de las startups? Debería ser alta. Tengo la sensación de que se compite con el modelo de «el ganador se lo lleva todo». O ganas o eres un mierda. Bueno, no, porque dirán de ti que tuviste energía, empuje, decisión. Pero fracasarás y morderás el polvo mientras ves que otros colegas salen adelante con sus proyectos. Porque este mundo donde se te exige un espectacular elevator pitch para que nos quedemos con tu idea no está hecho para la mayoría. Bienvenida a la sociedad del espectáculo. No, este mundo es darwinismo puro y duro. Solo unos pocos sobrevivirán, según parece.

En fin, por lo que a mí respecta, el caso es ayudar a quienes empiezan. Aunque uno acabe dudando de hasta qué punto sus viejas ideas son útiles para estos nuevos negocios. A lo mejor hasta ayudamos mal. O no ayudamos nada, quién sabe.

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2 comentarios

joan Gou 23/12/2013 - 11:35

Genial, felicitades

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Startups o cómo evoluciona la cultura de... 24/12/2013 - 12:32

[…]   […]

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