Sigo con otro buen ejemplo de «más es menos» en esto de la web social. Me refiero a la gestión de contactos. Fijaos que no he puesto Facebook, que lo lía todavía un poco más. Bueno, vamos al caso: prueba a organizar de una forma «lógica» esa jartá de contactos que tienes. Los puedes encontrar en tu gmail o en los círculos de Google+ o en perfiles de LinkedIn o, claro está, en forma de gente a la que sigues en twitter. Pues eso, ponte a organizar esa marabunta. Verás cómo se te escapa entre las manos.
Empecemos por el principio de los desaguisados. Miras tu agenda de contactos en gmail y se te ocurre pensar: ¿qué tal si reorganizo todo eso vía círculos de Google+? Pues ya lo puedes hacer a pedal y con buena letra. No hay forma de que tus grupos de contactos en gmail pasen a ser círculos en Google+. Así que a trabajar con pico y pala, condenado a galeras. Me ha parecido muy pobre la interfaz para ir incorporando a cada cual en su círculo correspondiente cuando lo quieres hacer con un número de contactos elevado. Tarea de chinos… con todos mis respetos.
Pues nada, vamos con LinkedIn. ¿Cómo? ¡¡Peor aún!! Ponte a etiquetar contactos para clasificarlos y te garantizo una experiencia horrible. Vamos, toda una declaración de intenciones respecto a la cuenta gratuita. Etiquetar usuarios es una labor de chino que subcontrata a otro chino… con perdón de nuevo. No hay manera de ver listas amplias de usuarios para poder hacer una multiselección como Dios manda. Muévete con un scroll que termina con tu paciencia en un par de minutos.
Twitter nos propone las listas para clasificar usuarios. Ni tan mal. Eso sí, otra vez con paciencia, que el mundo es grande. Es cuestiónde coger el hábito y que no se te olvide organizar a esa gente a la que sigues. Porque como quieras ponerte una tarde tonta con ello de forma global vas a volver al más de lo mismo. Interfaces que parecen sacadas de otra época para algo tan normal como organizar los contactos. No lo entiendo. O sí. Será que nos proponen un uso caótico y luego que salga lo que salga.
Si quieres organizarte un poco la vida con estas herramientas vas a ir de cráneo. Mantener una mínima coherencia es meter horas y más horas. Será que no, que no hay que organizar nada. O que hay que pagar, como puede ser el caso de LinkedIn. Ya puestos, también he querido sacar algo en claro de, por ejemplo, la política de privacidad y las condiciones de usuario de LinkedIn, pero te hace falta el típico máster para comprender qué coj… estás aceptando.
Hasta aquí, nada más. Simple pataleo. Se me pasará. Eso sí, experiencia de usuario patética. Con Google, con LinkedIn y con Twitter. Pero claro, nadie me manda meterme en estos jardines. Yo, que no espabilo. Viejuno y tonto que estoy. Porque al final, como es más que evidente, me obligo a cuatriplicar la gestión de contactos. ¿Para esto tanta red social? Lo dicho, que no espabilo.
2 comentarios
Hola Julen,
esta mañana me he encontrado con la misma cuestión: ordenar y cuidar contactos.
y al final, creo!; cuidas los contactos con los que te ves y hablas, cara a cara;
Y las redes, para la RED!
Un saludo cordial,
Nacho
No se si te puede ayudar, a ver si lo consigo. Prueba a no hacer el «todo o nada». Crea círculos sólo en función de tus necesidades y sólo con aquellos que te resulte de especial interés. El resto, al montón. La agrupación por tipos o afinidades o funcionalidades era más una necesidad de clasificación que teníamos cuando no disponíamos de otras herramientas (buscadores) o bien éstas no funcionaban. De ahí también la organización por carpetas imitando los armarios físicos pero en un entorno digital. Ahora debemos acostumbrarnos a los buscadores integrados en lugar de navegar por carpetas.
Para ayudarte con el etiquetado (en Gmail), utiliza los filtros y ve añadiendo a ellos a quienes te interese. Puedes utilizar para ello el excelente sistema de clasificación que utilizas para las categorías y etiquetas del blog y tu experiencia etiquetando enlaces en Delicious.