Abre la puerta y pasa. ¿A dónde vas a dar? Ahí enfrente queda el océano. Pero algo habrá de camino, ¿no? Puede ser. Solo es cuestión de pensar que te sentará bien. Al otro lado, la salud. Pero dentro de un pozo. A este lado lo que tú quieras. La portezuela no tiene candado; así que puedes entrar. Ya me dirás lo que decides. No hay prisa.