La inviabilidad del trabajo bien hecho

by Julen

Lo estoy escuchando con más frecuencia de lo deseable. El coste de las cosas bien hechas en la empresa puede conducir a la inviabilidad del proyecto, sobre todo si lo haces desde una pequeña empresa. Se unen dos circunstancias que provocan el drama:

  1. La ciudadanía no está dispuesta a pagar la calidad de un producto bien hecho. En general, nos hemos acostumbrado a la bacanal del low cost.
  2. La Administración Pública y las grandes empresas que contratan no favorecen a proveedores de pequeñas dimensiones. Quieren la (supuesta) solvencia de quien, por dimensión, puede coger un gran proyecto. Después vendrán las sucesivas subcontrataciones a proveedores y a proveedores de proveedores y así sucesivamente. El éxito viaja hacia arriba y la mierda hacia abajo.

Los precios caen. Y en la caída de los precios es innegable que también cae la calidad del servicio. Donde antes hacíamos, por ejemplo, una obra civil con todas las garantías en materia de prevención y del resto de derechos laborales, hoy piensa lo peor. Los trabajos entran en subasta holandesa: a ver quién está dispuesta a aceptar la peor de las condiciones posibles. Y ojo, porque o lo coges tú, o alguién lo hará por ti. Y con la presión de que alguien lo podría hacer todavía por un precio menor.

Found Liberia – David Trotman-Wilkins – Together LiberiaEl puesto de trabajo fijo es ya objeto de atención por la museística. Es probable que alguien ande ya pensando en un nuevo negocio: la exposición pública de contratos fijos en vitrinas y con explicaciones para los niños. «Esto que veis es un documento de hace muuuuuchos años en el que se ofrecía a las personas la posibilidad de realizar un trabajo de forma continuada». Las niñas y niños lo miran con cara de asombro y con cierta reverencia. En sus casas sus progrenitores no son capaces de explicárselo como aquí en el museo.

Las mentes lúcidas del lugar dicen que no, que una empresa es competitiva en tanto que satisfaga condiciones de mercado y ofrezca sus productos y servicios con diligencia. Si los clientes quedan satisfechos, el ciclo de venta se repetirá. Algunas empresas decidieron hurgar en buenas prácticas de gestión, decidieron invertir en sus sistemas y conseguir certificaciones que evidenciaran la «seriedad» con que trabajaban. Ahí estaban sus ISO 9000, ISO 14000, OSHAS 18001, ISO 14006 u otras similares. Buena gestión, buen trabajo, seriedad, confiabilidad. Y costes. Y en caída libre de precios donde el criterio de contratación es el precio, el problema es más que evidente.

La Administración Pública creo que tiene también mucha responsabilidad en cuanto a sus políticas de contratación. Según lo que priorice manda mensajes a la empresa sobre el modelo de sociedad que quiere. El dinero escasea y pedir lo mismo por unas cantidades mucho menores es deslizarse por el tobogán del «siembra vientos y recogerás tempestades». La destrucción de la pequeña empresa se mide también en pérdida de confianza para emprender con una dimensión contenida, más humana. No, la Administración Pública prefiere, ande o no ande, caballo grande. Excepciones las hay pero la mayor parte de las veces con triquiñuelas legales de por medio.

Lo mismo pasa con las grandes empresas que juegan con su fuerza imponiendo condiciones de pago abusivas a sus proveedores. El grande machaca al pequeño. Lo hace sin pestañear, pensando en que le está haciendo un favor por contratarle. La dimensión crea monstruos que malusan su poder. No queda otra, pymes y microempresas tienen que buscar vías de cooperación alternativa, entre iguales, donde a lo mejor, el enemigo común es la razón por la cual merece la pena luchar. Un incentivo poderoso: coopero con mis iguales porque, si no lo hago, muero.

Y dicho todo lo anterior, ¿por qué seguimos? Porque siempre hay personas y resquicios por los que vencer a ese sistema. Es tiempo de imaginación y de inteligencia. Y, por supuesto, también es tiempo de paciencia, de aguantar y contener costes.

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8 comentarios

Goyo del Sol 29/11/2013 - 08:27

Totalmente de acuerdo, pero igual que en la Física Cuántica,hay una vuelta de tuerca más. Para el Capitalismo no se trata sólo de bajar los costes y esclavizarnos con el brillo a hojalata del «low cost». El Capitalismo hace negocio con las cosas mal hechas y los servicios pésimos. Los buenos productos o los servicios decentes no generan otros tras ellos ni obligan al cliente a pasar tanto por caja. ¿O acaso ves muchas empresas tecnológicas y de comunicación unánimemente alabadas? En realidad, ¿de algún sector?

Está muy bien hablar del sacrosanto mercado, pero éste está «revenido». No son ya los consumidores los que moldean el mercado, sino las empresas en el mismo las que nos moldean a nosotros.

Falacia tras falacia hasta la ruina final, o Somalia como paraíso del Capitalismo extremo. Pero que no nos cueste mucho…

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Iván 29/11/2013 - 09:44

Siempre me ha resultado curioso que se permita eso del tipo de subcontratas, y mucho más cuando se trata de temas técnicos, tecnológicos y que llevan parejo grandes cantidades de dinero público.Resulta triste muchas veces ver lo que aprietan las grandes corporaciones al pequeño productor, pero queramos o no es parte del sistema que hemos montado entre todos.Los actos de los últimos tiempos de bajadas de sueldos , EREs a diestro y siniestro resultan alarmantes, y no deja de sorprenderme cuando lo realizan grandes empresas que ganan dinero y que van en busca de ahorros para engordar todavía más su cuenta de resutados.Tiempos duros y complejos estos en los que vivimos actualmente. Creo que uchas de las actitudes que vemos a nuestro alrededor apestan y hacen que la ciudadanía empiece a desconfiar a nivel empresarial ,económico y político. Pero hay que entender que la gente afortunada que tiene un puesto de trabajo necesita apretar los dientes y aguantar, pues hay que llenar la nevera. Comlejo futuro el que nos aguarda, parece un sálvese quien pueda.

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Paco Callado 29/11/2013 - 10:13

Algunas reflexiones autogestionarias. Como decía aquel, mira este, disfruta con el trabajo bien hecho y encima quiere que se lo compren. ¿El sistema? ¿Y si empezamos por el nicho? El sector del lujo tiene otras condiciones. Podemos seguir por la gestión: sin reajuste del precio/calidad/coste/proceso del servicio a tu demanda no hay venta, ni viabilidad ni negocio en ninguno. El mercado siempre ha ido a «peor» pero más peor para las empresas cartón y menos para las empresas junco. La prospección y el reajuste son dolorosas pero son la supervivencia. Abrir el tenderete perfecto y que me admiren eso si que es de museo.

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jemarba 29/11/2013 - 11:55

Mejor no se puede describir la realidad actual empresarial en los tiempos de la contrata, que subcontrata, quien a su vez subcontrata a un tercero, que finalmente contrata a uno que pasaba por allí y que se decía capaz de hacer el trabajo por el veinte por ciento de lo que se contrataba en origen.

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madelon 29/11/2013 - 14:15

«El éxito viaja hacia arriba y la mierda hacia abajo», qué rotundo Julen, admiro tu capacidad de motivar e inspirar en situaciones diagnosticadas con tanta sinceridad y realismo. Buen fin de semana, un beso desde Tenerife!

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Guillermo Yáñez Sánchez 29/11/2013 - 14:32

Hola Julen, cierto es cómo dices que buena parte del problema es del Sector Público.
Más o menos mueven el 17% del P.I.B., muchos millones de euros que se tienen que contratar con el Sector Privado. Aquí, los grandes ya han establecidos sus mecanismos de reserva de una parte del pastel; a la mayor parte de los licitadores el proceso de contratación es, como no puede ser de otra forma, una auténtica locura burocrática; por otra parte, políticas de compra como tales, no sé si hay, porque las mismas precisan de un análisis de necesidades y de mercados y esos análisis precisan de datos e información, que al no estar en formato electrónico es casi de imposible análisis.
Está por llegar la contratación electrónica y creo que la misma pivotará sobre criterios muy objetivos. Creo que se barajará mucha licitación al precio. Acabar con la corrupción y ser transparente tiene también su precio y alguien, alguna empresa, lo va a pagar.

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Juanjo Brizuela 30/11/2013 - 19:15

Me parece fantástico este post… crudísima realidad… el problema estamos en que al final los «grandes» van a hacer todo lo posible por hundir, por apretar a todo lo que se menea, sea ésto pequeño, mediano o grande. Les va a dar igual. LEs llega también el agua al cuello que como un herido toro que huele a sangre, me temo que irá a por todas… desgraciadamente.
¿QUé nos queda? Ofrecer eso que podemos dar los pequeños: humanidad, entrega y sentir cada proyecto como si fuera el último que hiciéramos. Pura artesanía, vaya.
ABRAZO ENORME

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Un sapo vestido de business angel | dinamik ideas 19/03/2014 - 17:06

[…] aviso a navegantes, lo ha descrito muy bien, alguien a quién respeto, inspirado sin duda en un semestre de encuentros motivantes. Así que cuando un business angel se […]

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