Emprender: superman y superwoman por necesidad

by Julen

Preparando a SuperwomanAyer disfruté mucho con la jornada Be The Change Women! dentro de la semana Deusto Emprende. Se me amonitaron las neuronas. Reconozco que disfruté tanto por haber podido escuchar a ese fenómeno de la naturaleza llamado Catalina Hoffman y al resto de contertulias, como por la conversación posterior con Janire Gordon, Anais Iglesias y sus compañeras del área de Emprendimiento de la Universidad de Deusto. El caso es que al finalizar la sesión surgió la típica pregunta por esos «momentos malos» a los que parece que debemos enfrentarnos cuando hablamos de emprender. Y volvimos a la épica de «emprender». Y las neuronas han seguido amotinadas en mi cerebro. Así que no queda otra. El doctor me ha recomendado que escriba un post a ver si se me pasa.

Para mí, es evidente que estamos pasándonos con el bombo y platillo. Me refiero a esto de endiosar el emprendizaje. No va conmigo. Prefiero gente normal, que se equivoca y acepta sus vulnerabilidades. Además, cuando lo que se está destruyendo es el vínculo a largo plazo entre persona y organización, el recurso al emprendizaje no es una opción, es una imposición. No te queda otra. O te buscas la vida o te vas al hoyo. Bienvenidas todas a conocer a esta nueva clase trabajadora: los emprendedores. Gente que, como explica Richard Sennett en su libro La corrosión del carácter se caracterizan por:

Un yo maleable, un collage de fragmentos que no cesa de devenir, siempre abierto a nuevas experiencias; estas son precisamente las condiciones psicológicas apropiadas para la experiencias de trabajo a corto plazo, las instituciones flexibles y el riesgo constante.

Existe todo un imaginario en torno al noble arte de emprender. Es una actitud, te hará mejor persona, te enfrentará al reto de vivir (de) tu pasión, hará que tus sueños se hagan realidad. Discurso de feria. Pero sirve para alimentar al sistema y reconocer el poder de los nuevos jefes: tus inversores. Es lo que hay. Antes te podía mandar un jefe; ahora te manda quien te da capital, sean muchos, pocos o como te lo montes.

La burbuja del emprendimiento ya está aquí. Viene armada con artillería de diverso tonelaje y alcance: departamentos en nuestras universidades, apoyos públicos, libros llenos de recetas que ocupan baldas y baldas en las librerías de los aeropuertos, persecución impacable y castigo de actitudes no emprendedoras, narrativas en torno a lo bonito que es el éxito… Pasen y vean, el circo mediático despliega actividad a pleno rendimiento.

Y en este circo en el que no sabemos si quienes emprenden son payasos, trapecistas o malabaristas, seguimos cultivando el mito de superman y superwoman. Lo hacemos -me incluyo- aunque no queramos. Porque esto ya lo han conseguido. Todas queremos gente activa, comprometida con su futuro y capaz de buscarse las habichuelas por su cuenta. Hacer las cosas bien en un puesto de trabajo es para los nuevos parias de la sociedad. Demuestra una falta de actitud imperdonable. ¿Como que no quieres comerte el mundo y hacer tu sueño realidad?

Pero la realidad hoy ofrece un precipicio. Y hace falta tirarse y, además, disfrutar al mismo tiempo de la caída. Necesitamos que te conectes contigo misma y que sientas cómo la adrenalina se dispara. Necesitamos tu arrojo, tu valentía. Queremos que cultives tu competitividad y que la conectes con tu pasión. Tienes que vivir de ella. Tienes que traducirla a transacción económica. Tienes que ser Steve Jobs. Tienes que ser esa persona de éxito por la que tu familia se sienta orgullosa.

Ah, me temo que la pastilla que me ha recetado el doctor no ha hecho todo el efecto que esperaba. Siguen las neuronas revueltas. No se estaran quietas, no.

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8 comentarios

Iván 22/11/2013 - 14:27

Grandes reflexiones Julen. Creo que tiene mucha miga el post que has escrito. Con el tiempo se ha visto como el uso sobredimensionado de la palabra emprender ha ido minando su noble y real significado. La cosa de que todos deben (debemos) ser emprendedores es realmente compleja y fuera de lugar, no todo el mundo puede ( debe) crear su empresa. Hay gente super competente que pude sermuy buena profesionalmente, pero no tiene porque tener éxito en su idea o proyectos, debido a muchos factores. Poner ejemplos de genios como Steve Jobs o Jeff Bezos es aberrante, pues hace que la gente no se dea cuenta de que la mayor parte de los mortales no tienen ese talento. Otra cosa que me sorprende es como algunos emprendedores los han puesto a ir de charla en charla como motivadores de gente y storytellers. Pero cuando analizas los casos y lo que llevan detrás te das cuenta que mucha gente que ha creado cosas sostenidas en el tiempo no andaba de conferenciante al año o dos años de haber creado su proyecto. Lo dicho, gracias por las reflexiones, mucho que pensar con el post.

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AK 22/11/2013 - 14:42

Aupa Julen,

Muy interesante tu reflexión, creo que bajo la premisa de las maravillas del «emprendimiento» también se esconde una precarización laboral, en este caso personal. No todos tienen medios para emprender y aunque la jugada te pueda salir bien, el salto al vacio tiene sus riesgos, de los que muy pocos hablan.

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Isabel 23/11/2013 - 23:48

El mundo siempre me ha parecido un poco indigesto, cuestión de experimentar para encontrar la dosis adecuada para evitar indigestiones y envenenamientos.
Por cierto, el uso del femenino me está dando ocasión de rizar el rizo a esto del lenguaje. No sé si es un experimento pero a mi me sirve para experimentar porque siempre que lo usas asoma una pregunta que no logro identificar. Habrá que darle tiempo 😉

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meripont 25/11/2013 - 12:54

Gracias Julen, hace falta que alguien diga esas cosas. El emprendizaje está muy bien para quienes tienen ese venenillo dentro, pero no puede ser la panacea para todo el mundo. El emprendizaje forzoso y a la desesperada no es tan ilusionante, ni tanto sueño hecho realidad. Es un sálvese quien pueda encubierto, una tapadera honrosa para gobiernos e instituciones incapaces de crear empleo. Es trasladar la presión de la creación de empleo a las personas desempleadas. Pero eso sí, todo bien oculto bajo el barniz de la innovación, la creatividad, la ilusión y el pensamiento positivo a ultranza, los términos guays en inglés (spin off, start up, elevator pitch, business angels…). Como escuché una vez a un emprendedor, lo que les hace falta es menos discurso y más apoyo real de los gobiernos, como por ejemplo que les liberen de pagar ningún impuesto hasta que el negocio empiece a generar actividad e ingresos.

Me recuerda mucho a lo que pasó hace años con la figura del free-lance. Se presentaba como paradigma de la libertad laboral, pero no hacía falta rascar mucho para saber que era una persona sin contrato, que sobrevívía como podía en total precariedad, por lo general en el ámbito del periodismo.

Eso sí, a quien le bulla una idea de negocio en la cabeza, que busque información, solicite todas las ayudas posibles y que lo intente y vaya a por todas con ilusión.

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Anaïs 25/11/2013 - 15:20

Aupa Julen:
Veo que abres muchas líneas de debate a raíz del #bethechange y me encanta 🙂 Y la verdad es que no sé por cuál empezar a conestarte… Empezaré por que, sí, no todxs tenemos las capacidades para ser emprendedorxs; entendiendo el emprendimiento como saltar del precipicio y darte de bruces con tus nuevos «jefes» los inversores; es decir: crear empresa (del emprendimiento como actitud ante la vida, es otra cosas, desde la que el sector de la educación tenemos el deber de insistir y actuar…pero eso es otro cantar). ¿Eso quiere decir que estamos rodeados de súper-hombres y súper-mujeres? Creo que cualquiera que quiera transformar algo de su entorno que no funcione ya es un super-algo. Y eso, puede serlo un funcionario o un/a emprendedor/a.
Y por lo tanto, el circo del emprendimiento, que no es más que una moda (ahora si, además, eres corp. social eres más «in» todavía) es un arma de doble filo súper peligrosa.
Estamos empujando a personas que no quieren, saben ni tienen la percepción de capacidad para ser emprendedorxs por cuenta propia a serlo. Cómo, ¿que no te valen los cursos de canvas que hay por todas partes? ¡No puede ser! Algunxs, sabrán como pasar de un trapecio a otro, porque tienen experiencia previa y sus contactos les pueden salvar del caer a la red hasta que encuentren a esx gerente que les permita volver a la oficina: Otrxs, experimentarán un fracaso y un nivel de ansiedad que pocos fármacos podrán tratar.
En el otro lado, parece que lxs que llevamos toda la vida (por corta que sea) trabajando para que el trapecista actúe a 20 metros y sin red, ya, no tenemos credibilidad para hacerlo, hablamos de más y somos un bluf… Aunque delante tenemos a personas de 20 años aprendiendo a manejar el trapecio… ¿Qué hacemos? ¿Dejar que todo el mundo se siga cayendo?
Para todo en esta vida, hay que preparase y aprender, partiendo siempre de cómo somos cada uno y cómo queremos ser. No todxs valemos para emprender y que siga siendo así ¡por muchos años! Si no, entre otras cosas… qué vida más aburrida, ¿no? Todo lleno de emprendedorxs por ahí 🙂

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EmakumeEkin en Be the ChangeEmakumeEkin en Be the Change EmakumeEkin 27/11/2013 - 17:48

[…] a su estilo, Julen Iturbe ha publicado la presentación y completado un post con sus reflexiones, que os invitamos a leer; por coincidir con él en la escasa presencia de mujeres en los eventos: […]

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antonio angel 28/11/2013 - 23:44

Pues no te tomes la pastilla Julen.
Hay un hartazgo sobre tanto tecno-pijo, emprendedor de la muerte fashion en el garaje de papá de la abuela o en el bajo del cuñado con la aplicación que revolucionará la vida.

Emprender con valores, emprender como actitud de cambio y transformación de la sociedad con empresas, si empresas, orientadas al Bien Común, compartiendo, y fabricando productos necesarios y servicios imprescindibles, con forma de SL, de cooperativa, de empresa social a lo Yunus o a lo Pérez, complementando, uniendo, aprendiendo unos y otras de unas y otros.

Palante

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iker 30/11/2013 - 09:52

Interesantes reflexiones Julen.

Cómo se esperar que de pronto la gente emprenda, si nos han enseñado a estudiar,opositar o en cuyo caso conseguir un trabajo fijo que nos de estabilidad

Yo no creo que emprender sea como saltar al precipicio. Me parece que se tiene mucho miedo al fracaso en esta sociedad. Siempre que se emprender algo existe la posibilidad de fallar y el fracaso no es malo es aprendendizaje.

Tampoco creo que tenga que venir alguien (un empresario) a darnos la estabilidad que nosotros no nos podemos crear. Los tiempos han cambiado y no podemos esperar que las cosas funcionen como antes. No se puede esperar tener un trabajo fijo en tiempos en los que no hay trabajo.

Te lo dice un «viejo» emprendedor que ha estado un año viendo como agentes pretenden dinamizar a los no iniciados en el tema con sus ODIOSAS terapias «post-its» o charlas interminables apoyadas por el gobierno, pero ideadas y dinamizadas por empresas, que lo hacen no para ayudar a los emprendedores, sino para coger todo lo que puedan de esa apetitosa tarta que está ahí destinada al emprendimiento.

El emprendimiento es un circo, como lo fué la innovación, la calidad, el liderazgo y todas aquellas metodologías que se ponen de moda…… Desde las instituciones esperan mucho, esperan la gran start up que les haga visibles en Europa (para coger un trozo de esa tarta apetitosa) y entonces presionan a los jovenes y no tan jovenes para que creen su empresas y disminuyan los números de paro juvenil. Y para ello copian modelos que funcionan muy bien en otros paises con gente que tiene otras realidades, otras inquiertudes, otro caracter y otras oportunidades que las nuestras…. esperando milagrosamente que por copiar esos modelos, euskadi se convierta en un Sillicon Valley vasco.

Esto es una burbuja como muchas que se están creando silenciosamente. Todos tienen la solución perfecta, unos con sus viejos amigos los post- its, otros dinamizando chavalitos en paro con tecnologías incipientes para «sembrar innovación» dicen…. otros con su bussiness model canvas, otros con conferencias que en poco a ayudan los nuevos empresarios…etc

Reconozco que desde las insituciones se ve una intención de ayudar, pero aveces casi inevitablemente solo ayudan a crear pequeños monopolios de poder que concentran todas las ayudas para «dinamizar», en vez de que esos recursos vayan directamente a apoyar,formar,contratar y orientar a las nuevas empresas…. mucho intermediario me temo.

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