¿De verdad te fías de la gente?

by Julen

Confidence au miroirLa realidad es la que es. ¿Y? Pues eso, que ni tú ni yo podemos ver lo que no hay. Bueno, también tenemos a nuestra imaginación y colocamos cada cual nuestro filtro perceptivo. Pero la realidad es la que es. Sin embargo, sí que podemos fijarnos en diferentes aspectos de la realidad. En la inmensa mayoría de ocasiones ante nosotros tenemos una realidad que se distribuye de acuerdo con una curva normal. Da igual de lo que hablamos. Habrá una pequeña cantidad de elementos que se distinguirán en positivo, otra pequeña cantidad en negativo, y una mayoría que será «más o menos» normal. Hablo de la campana de Gauss.

Si quieres verlo por el lado feo, las leyes de la estupidez humana de Carlo M. Cipolla son también una buena referencia para esta «normalidad». Da igual de qué profesión, raza, sexo o nacionalidad hablemos, la gente estúpida se reparte por igual. Sí, en todos lados cuecen habas. Y por supuesto que puedes hablar de la estupidez colectiva de Internet, igual que puedes fijarte en las aportaciones maravillosas que hace. La realidad es la que es y nosotras nos fijamos en lo que queremos. Pero vamos a hablar de personas y empresas.

El mundo se ha abierto y se ha vuelto, aunque de manera compleja, más transparente. Las personas podemos saber lo que antes no sabíamos de lo que hacen o dejan de hacer las empresas. El show de Truman también funciona al revés: quienes éramos teóricamente objeto de seguimiento podemos también monitorizar a las empresas o instituciones que se ponen manos a la obra con esa labor. Lo quieras o no, ahí fuera hay mucha gente con capacidad de generar contenido e informar de lo que estás haciendo como empresa.

Así que si la olla se ha abierto, ¿te fías de lo que la gente dice de tu empresa? Recuerda que tienes una distribución normal frente a ti. Habrá unos pocos descerebrados, unos pocos diamantes en bruto y una gran mayoría que ni fu ni fa. ¿Cómo encaras la relación con ese gran colectivo? ¿Nos fiamos de su teórica inteligencia colectiva y abrimos el grifo para establecer un vínculo diferente donde tengan más protagonismo o mejor nos olvidamos de ser proactivas en este terreno?

Cuando alguien «abre» una información, se puede pensar en todo lo malo que te va a suceder… o en lo bueno. Piensa en los comentarios de un blog corporativo. De inmediato surge la pregunta: pero, ¿qué pasa si a través de él nos llegan críticas? Sí, pensamos en lo malo. Aunque esas críticas pudieran ser reconvertidas en clientes satisfechos. Da igual, la idea inicial es de riesgo por todo lo malo que nos podría pasar al abrir contenidos.

El problema, como podéis adivinar, es que en gran parte esos contenidos ya están abiertos. Lo privado se extima y Google se encarga del resto indexándolo todo y poniéndolo a nuestro alcance. La información sale de la habitación secreta y, potencialmente al menos, se ofrece al mundo. Ya nos han abierto como personas y como empresas. No hablamos de sí o no, hablamos de «cuánto» nos han abierto y cómo me comporto ante este hecho.

#Yoconfieso que me fío de la gente. Me sale así. Qué le voy a hacer. ¿Es esto una actitud que me hace buena persona o buen profesional? No lo sé. Sencillamente no me sale pensar primero lo malo que me podría pasar al compartir. Puede ser que después de tantos años abriendo quién soy a través de este blog he perdido la vergüenza respecto a mis defectos. Me siento vulnerable y me gustan las empresas vulnerables. Ahí fuera hay gente que nos puede ayudar pero nunca les hemos dado la oportunidad de que lo hagan.

¿Te fías de la gente? En los tiempos actuales te vas a encontrar cada vez más sobreexpuesto a lo que dicen. Existe la inteligencia colectiva y existe la estupidez colectiva. Solo cuando abres y compartes -con criterio y sentido común- empiezas a poder descubrir lo bueno que te puede pasar. ¿Lo malo? Supongo que también. Depende de ti a qué le des más relevancia. Y claro que puedes llevarte disgustos. Así es la vida, ¿no? En lo personal y en lo profesional, como empresa o institución, o como individuo. Es actitud.

Artículos relacionados

9 comentarios

Fernando Polo 02/10/2013 - 05:40

Está demostrado en psicología (tu terreno) que nos mueve lo que podemos perder, antes de lo que podemos ganar. También es evidente, que no es lo mismo enfrentarse a «lo malo conocido» que lo bueno por conocer…
Aunque soy optimista y creo que se está produciendo un cambio social en paralelo con la apertura digital de la información. No sé si hay muchos datos de ello (recuerdo un informe de Pew Internet Research de junio 2011, que aportaba algunos datos sobre cómo los usuarios de redes sociales tenían más amigos «cercanos» y eran más abiertos a ideas contrarias a las suyas (al contrario de lo que se suele decir a primera vista).
También hay otro dato que leía recientemente y que viene muy a cuento para aportar optimismo al trasfondo de este post de fondo 😉
«The decline of serial killers and the rise of the sharing economy» 😉
http://www.theverge.com/2013/8/28/4667738/the-decline-of-the-serial-killer-and-rise-of-the-sharing-economy

Ahí queda eso 😉

Responder
Julen 02/10/2013 - 06:27

En realidad, Fernando, para quienes estudiamos psicología hace ya unos cuantos añitos Internet nos ha dinamitado buena parte de lo que aprendimos sobre comportamiento humano. Yo creo que el principal efecto de Internet es que actúa como tremenda caja de reverberación de lo que hacemos/decimos y que la escala descomunal que ofrece cambia las reglas.
Luego están las cuestiones culturales. Lo queramos o no, USA marca la pauta en mucho de lo que leemos sobre Internet y comportamiento individual o colectivo. Pero cuando estás por allí te das cuenta de que los valores son diferentes, la privacidad se gestiona de forma diferente y la confianza en los demás se rige por otros principios. Los estudios de Pew Internet Research hay que cogerlos con cuidado. Hay que leerlos, desde luego, como otros que analizan comportamientos en Internet. Yo por ejemplo suelo manejar también bastantes datos de EUSTAT, el organismo dependiente de Gobierno Vasco que se encarga de las estadísticas por aquí. Conviene mirar a lo local para entender usos y costumbres.
No sé, es un buen lío. También en esto de la confianza con los extraños tienen mucho que ver las experiencias propias. Si te ha ido bien, sigues con ello. Si ha resultado un fiasco, lo mismo no tropiezas dos veces con la misma piedra 😉

Responder
Isabel 02/10/2013 - 10:05

Fiarse de la gente no es lo mismo que confiar en las personas, yo me quedo con esto último sobre todo porque implica acercamiento. «La gente» es como lo que decía de Machado de las masas, contra ellas se dispara pero no las salva nadie.
Tiendo a definirme como “optimista existencial” que en el sentido griego defendía que las personas podían hacer cosas que merecieran la pena, sabiendo al mismo tiempo la gran dificultad para cambiar la naturaleza humana. Es decir, optimista de la voluntad y pesimista de la realidad.

Reflexiono últimamente sobre lo que comentas de dar la oportunidad de que nos ayuden, me he quedado con algo que me dijiste no hace mucho, que cuando un proyecto nos apasiona sin darnos cuenta ponemos barreras. Intuyo que estoy en medio de uno de esos casos, pero a veces el origen del fallo en la forma de comunicar es algo tan simple como no querer ocupar el tiempo de los demás con tus cosas. No sé, me peleo con el “cómo” porque igual que a mí, puede que le ocurra a otras personas y yo no me esté enterando.

Definitivamente, por suerte, somos vulnerables 😉

Responder
Julen 03/10/2013 - 06:12

A mí siempre me ha funcionado pensar que, por qué no, los demás pueden ayudarte. Somos animales sociales, lo lógico es hacer las cosas junto a otras personas. Así de simple. Parte de nuestra vulnerabilidad y nos proporciona grandeza.

Responder
Goyo del Sol 02/10/2013 - 21:30

Ole. Y plas, plas, plas.

Responder
Julen 03/10/2013 - 06:11

Por esta vez, no te lo voy a tener en cuenta jajajaja.

Responder
¿De verdad te fías de la gente? | Rest Forderest 03/10/2013 - 09:22

[…] Julen Iturbe-Ormaetxe Consultoría Artesana en Red. @juleniturbe http://blog.consultorartesano.com Publicado bajo licencia Creative […]

Responder
Juanjo Brizuela 04/10/2013 - 06:58

Yo sí me fío… pero llega un momento, sin esperar nada a cambio, que miras esperando si hay cierta apertura de acción más que de recepción… que es que también nos gusta que nos mimen, ¿no?

Responder
Julen 17/10/2013 - 06:21

Lo importante es la actitud. Fiarse de alguien es algo que llevas dentro. Las experiencias nos van modelando, pero te sientes mucho mejor si el punto de partida es el de fiarte de la gente. ¿Ingenuo? Seguro que lo soy.

Responder

Responder a Fernando Polo Cancelar respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.