Grandes empresarios y delincuentes

by Julen

markarisEstoy leyendo la última novela de Petros Márkaris: Pan, educación, libertad. Kostas Jaritos, su peculiar policía protagonista de una larga serie, adicto a los coches Seat y a describir el caos circulatorio de Atenas, se enfrenta a un asesinato que retrotrae a dos momentos históricos diferentes de Grecia: los Juegos Olímpicos de 2004 y los «hechos de la Politécnica» en 1973, cuando los estudiantes se enfrentaron a la dictadura militar de entonces.

Márkaris situa la novela en un futuro cercano, el final de 2013 y el principio de 2014, con tres países, Grecia, Italia y España, que han salido del euro y vuelven a sus monedas anteriores. Atenas vive inmersa en una convulsión social donde se mezclan las penurias económicas y la animadversión contra los emigrantes. Es un momento especialmente delicado. Márkaris se ha volcado en su última etapa en mostrarnos ese desmoronamiento brutal de la sociedad griega y este libro es otro ejemplo. Eso sí, siempre con ciertas dosis de optimismo mediterráneo.

Dentro de las líneas principales que definen esa sociedad se reserva un lugar destacado a la corrupción. Políticos y gente que anda o ha andado cerca del poder se presentan como seres inherentemente corruptos. Y ahí también entran los grandes empresarios. Pudiéramos pensar que no, que como en tantos otros casos, este grupo de personas componen una campana de Gauss donde la población de distribuye de forma normal. Habrá una gran mayoría que no lo sean, unos  pocos que hayan caído en la tentación y otros pocos que serán estrictos hasta decir basta.

No sé cómo será esa estadística. Pero cuando alguien crece como «empresario» y hace dinero en muchos casos acaba enjuciado de esta forma:

Escuche, señor comisario. Mi padre era un gran empresario, un hombre de negocios de mucho éxito. Empezó de cero y, a pesar de todo, a lo largo de su carrera consiguió amasar una gran fortuna. Ningún empresario triunfa en el mundo de los negocios yendo con una flor en la mano. Se aprovechan de sus contactos, sellan alianzas secretas, pagan sobornos, financian ilegalmente a partidos y a personalidades políticas. Eso es lo que les abre el camino hacia el éxito.

¿Hasta dónde es novela y hasta dónde una opinión con amplio respaldo social?

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3 comentarios

Erica Henriquez O. 09/10/2013 - 15:37

He visto producirse en mi país una suerte de admiración a estas practicas. Una especie de cultura muy bien camuflada con aires de inteligencia y audacia para los negocios. De un tiempo a esta parte, quizás se ha vuelto más astuta porque logra las altas esferas del politica y se dan la mano, se abrazan y legislan a favor de sus triquiñuelas. Son empresarios y politicos a la vez, sin el mínimo descaro. Lamentable, porque debe haber gente honesta y sincera que le salpica toda esta mugre y debe luchar a diario para sacudirse las consecuencias de las malas prácticas de sus pares.

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Julen 17/10/2013 - 06:25

Me temo, Erica, que no es algo que suceda solo en un país. Lamentablemente se ha extendido por todo el planeta. Ambición, diría yo, ambición desmedida.

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La generación a la que desvinculamos del trabajo | Consultoría artesana en red 19/11/2013 - 07:25

[…] Pan, educación, libertad, dibuja un panorama sombrío con gente que sobrevive al sistema y donde los grandes empresarios son también grandes delincuentes. Si querías medrar ya sabías lo que había que hacer: negocios corruptos. ¿Os […]

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