El riesgo como nuevo ídolo al que adorar

by Julen

Risky...Ulrich Beck escribió en 1999 un libro referente para entender este mundo en el que andamos viviendo: La sociedad del riesgo global. Despojados de los anclajes que nos sujetaban a una vida de seguridad en las que las empresas y las organizaciones en general eran lugares donde acordar relaciones de largo plazo, hoy mucha gente -más aún con la bendita crisis- se busca la vida como puede.

Beck escribía en la introducción de ese libro:

Vivimos en una era de riesgo que es global, individualista y más moral de lo que suponemos. La ética de la autorrealización y logro individual es la corriente más poderosa de la sociedad occidental moderna. Elegir, decidir y configurar individuos que aspiran a ser autores de su vida, creadores de su identidad son las características centrales de nuestra era.

Beck veía en ese «primero yo» un sentido político, una opción posible y no necesariamente negativa. Claro que en 1999 no estábamos en un momento de crisis como el que aprieta ahora en la vieja Europa. Hoy ese riesgo global se ha individualizado de tal forma que no es opción sino obligación. El trabajo mismo desaparece bajo nuestros pies, fagocitado por la permanente búsqueda de eficiencia. Más y más, hasta alcanzar un lugar donde las personas son sacrificadas. No hacen falta.

Me ha venido a la cabeza esta reflexión sobre el riesgo tras leer recientemente dos artículos. En uno de ellos José Miguel Bolívar reflexiona sobre el trabajo del conocimiento desde la perspectiva GTD, mientras que en el otro Alicia Pomares repasa las «nuevas competencias» que hacen falta para salir adelante en el mercado laboral de hoy en día. Son enfoques diferentes pero ambos los encuentro ligados a una consideración previa: el mundo es como es, hay que aceptarlo y, a partir de ahí, ser inteligente para salir adelante. José Miguel nos dice que todo es trabajo y GTD puede servir para ser más eficiente. Alicia repasa con cierta densidad qué necesitamos para tener éxito profesional.

Yo, lo reconozco, ando un tanto pesimista: parece que no hay sino aceptar las condiciones. Esto es lo que hay. Hay una corriente y solo queda entrar en ella y moverse con inteligencia. Pero esta falta de capacidad para cambiar las condiciones estructurales, este «así son las cosas y ahí te las apañes» no me deja nada tranquilo. Y mira que soy de los que piensa -lo he escrito muchísimas veces- que hay que aceptar lo que emerge y decidir en movimiento. Pero al final me queda regusto amargo.

Hemos dado Nos han dado la vuelta al riesgo para que lo interpretemos como elemento positivo y desafiante. Nos han entregado un folio en blanco y tenemos que construir la persona que somos. Esto implica también, claro está, construir nuestra vida profesional. Pero no como antes, donde las organizaciones daban cobijo. No, ahora hay que construirse el refugio ante las inclemencias del tiempo. Hace mucho frío ahí fuera. No hay empleo pero tratan de convencernos día sí y día también de que hay trabajo.

En fin, «riesgo» suena a desafío épico. Y en los modernos manuales de autoayuda encontramos páginas y páginas para sobrellevarlo. «Riesgo» es lo que nos queda cuando eliminamos la empatía y el trato humano dentro de las organizaciones. «Riesgo» es un elemento que a muchas personas incomoda. No es de extrañar cuando las cosas vienen negras. Maslow colocó bien abajo en su pirámide de necesidades la seguridad. Pues bien, alguien parece haberla eliminado del dibujo. Ahora la condición «normal» es de riesgo y no hay otra. No es lo que puedes conseguir si te arriesgas, es la tumba que te espera como no arriesgues. Triste.

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15 comentarios

Manel [cumClavis] 25/09/2013 - 07:22

Creo que estoy muy cerca de este punto de vista que expones Julen. Siendo la incertidumbre inherente a la vida misma, el único sentido del pacto social es reducirla-atenuarla en la medida de lo posible. RIESGO es lo que nos están exigiendo aquellos que han desertado de sus compromisos y de sus obligaciones.

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Julen 25/09/2013 - 11:44

Puede ser que nos «obliguen» a arriesgarnos y eso es lo que mosquea, que no sea nuestra decisión.

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Josune 25/09/2013 - 11:05

A mí, desde pequeña, me parece mucho más divertido caminar, tanto con bici como andando, por caminos pedregosos. Saltar, arriesgar, reírme, adrenalina, disfrutar y muchas veces caerme … El riesgo lo entiendo como un camino hacia la ampliación de mi bienestar, aunque tenga miedo. Me refiero a ese riesgo decidido y no exigido. Es un riesgo que me permite aceptar la responsabilidad de las experiencias de mi vida y salir de la queja. Y es que, desde mi punto de vista, el miedo a asumir riesgos es precisamente una información clave que revela una sociedad víctima y no constructora del cambio social, político y también económico.

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Julen 25/09/2013 - 11:48

Eso es, Josune, es «tu decisión», una manera de progresar. Pero cuando se instaura como «sistema» entonces no me queda claro que nos sirva. Porque todos necesitamos referencias y anclas. Hay quién necesita más y quien necesita menos, pero nos hacen falta para sentir que no estamos «solos ante el peligro»… como Gary Cooper 😉

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Ana Aranda 25/09/2013 - 12:13

No es nada fácil cambiar el switch de «gestionar stress» a «gestionar riesgos».

Somos muchos los que durante años, incluso décadas en mi caso, nos ha tocado pelear con «gestionar stress».

Mi entorno profesional, multinacional japonesa y el personal, vivir en Madrid es lo que me exigía.

Ahora, como decía mi padre «sin queriendo», me esta tocando «gestionar riesgos» y como bien dices, Julen, esta siendo todo un desafío. «Ahora la condición ´normal´ es de riesgo y no hay otra».

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Julen 01/10/2013 - 05:25

Ana, muchas veces es reconocer, sin más, que el contexto en que vivimos ha cambiado. Yo creo que a todos nos gusta sentirnos seguros, pero esto no obvia para reconocer que algunas antiguas seguridades han desaparecido, si no totalmente sí en parte. Y luego, claro, sin dramatizar. Vale, es lo que hay, pues manos a la obra, a gestionar esa «inseguridad» o «riesgo» lo que mejor que sabemos.

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Amalio Rey 25/09/2013 - 15:17

Lo de adorar o asumir el riesgo como algo positivo es uno de los terrenos favoritos de los maestros de la retorica. Mucha hipocresia en todo eso. Es cierto q hay grados de incertidumbre que son sanos, y hasta divertidos, pero la mayoria (sobre todo los impuestos) son un grano en el culo. Yo tbn soy pesimista

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Julen 01/10/2013 - 05:26

Bueno, hipocresía o no, lo que sí parece cierto es que nos han inoculado el virus de riesgo. Es una de las características de la postomodernidad que creo que más se ha vendido… y que ha calado en la conciencia colectiva.

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Jose Miguel Bolivar 25/09/2013 - 16:01

A mí el riesgo no me mola nada, vaya por delante. No le veo el más mínimo atractivo y para nada lo adoro. Soy de aficiones sencillas, aburridas para muchos, y adicto a la rutina previsible. Me encantaría que las cosas fueran de otra forma pero, al menos por ahora, asumo que la situación es la que es y que, al margen de que la aceptes o no y de que luches o no por cambiarla, lo inteligente es adaptarte a ella lo mejor posible para sobrevivir. Muerto no cambias nada.

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Julen 01/10/2013 - 05:28

José Miguel, para gustos los colores. Menos mal que hay quien lo ve como tú. Si no, este mundo no habría quien lo parara 🙂

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Juan Sobejano 25/09/2013 - 16:16

Creo que «riesgo» es una palabra muy poco concreta como para darle un valor positivo o negativo. El riesgo te pone alerta o te destroza, tiene como resultado el triunfo o el fracaso. Creo que hay buen y mal riesgo, dependiendo de la persona, la situación, el tiempo…
Lo que tengo claro es que está siendo utilizado por una sociedad (o una clase dirigente) cada vez más egoísta para favorecer la no asunción de responsabilidad por parte de esa clase dirigente: «asumir riesgo es lo normal, y equivocarse también, pero las consecuencias te las comes con patatas».
El riesgo implica autonomía, pero no podemos entender ésta siempre como positiva.

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Julen 01/10/2013 - 05:29

Dices bien, Juan, el asunto es que la clase dirigente (¿la podemos llamar así?) nos ha vendido la moto del riesgo. Y sea o no concreto, han conseguido una especie de «pues parece que no queda más remedio». Triste esto.

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apomares 26/09/2013 - 10:12

Hola, me cuelo en este debate tan interesante. Yo creo que nos guste o no la incertidumbre está ahí fuera y aquí dentro, y cada vez es mayor, pero no pasa nada por que nosotr@s también estamos cambiando y aprendemos a manejar ese «riesgo» que en la medida en que evolucionamos es menor.
Yo soy optimista (quizás mal informada 😉 y lo que intento transmitir en ese post cuando hablo de evolución, es de evolución como organización, como colectivo, aunque para ello tienen que evolucionar las personas. Por ello destaco la colaboración, la generosidad, la inteligencia colectiva, la empatía …elementos básicos en este siglo que empezamos. Evolucionamos en lo individual para evolucionar colectivamente.
Nada, que gracias por la mención y a seguir trabajando por cambiar este, nuestro mundo.
Un abrazo
Alicia

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Julen 01/10/2013 - 05:30

Bienvenida tu visión optimista, Alicia. Así da gusto 🙂

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Sobre la participación de las personas en el capital de la empresa | Consultoría artesana en red 26/09/2013 - 19:35

[…] en el capital cuando la empresa va viento en popa que cuando hay nubarrones. No, no es lo mismo. Compartir el riesgo, como decíamos ayer, quizá no es trigo limpio en según que […]

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