Algunos detalles «diferentes» del cooperativismo de MONDRAGON

by Julen

#9: differenceSoplan vientos complicados en la vieja Europa. La crisis parece empeñarse en recordar que algo bajo nuestros pies se está moviendo. Como todo fenómeno vulcanológico, lo podremos explicar después de sucedido, pero predecir qué va a pasar es casi imposible. Lo que tenga que ser será. Y entre lo que la crisis revuelve también, por supuesto, lo que es, hace y significa una empresa.

En general, algo que caracteriza nuestro tiempo es una progresiva pérdida de confianza en las instituciones: en las europeas, pero también en las nacionales y locales. Y también, ya podéis imaginar, en las empresariales. El acceso masivo a información genera oportunidades para desintermediar. Y al acceder a un nivel superior de conocimiento, la gente no se fía. En sentido positivo, ven que pueden colaborar directamente, mano a mano; en sentido negativo, pueden perder solidaridad colectiva. Es la emergencia del individualismo en red.

En este panorama es donde escuchar qué es y quiere ser el movimiento de las cooperativas de MONDRAGON tiene su peculiaridad. Mira que se supone que todo esto de las cooperativas me queda cerca. Doce años trabajando en dos de ellas, LKS y Maier, y diez más vinculado a su universidad ya no como socio pero sí con una importante dedicación a labores docentes y de investigación. Pues no sé qué fue pero ayer escuchando junto a un grupo de directivos chilenos las explicaciones de lo que es y deja de ser MONDRAGON allí en la ladera de Olandixo, en sus servicios centrales, caí de nuevo en la cuenta de que lo que se ha construido posee un inmenso valor.

¿Qué detalles llamaron la atención de los directivos con los que pasamos un buen par de horas? Entre otras cosas:

  • La dimensión, 80.000 personas trabajando.
  • La escala retributiva, 6 a 1. Quien más gana (con matices) cobra seis veces más que quien menos.
  • Las personas son propietarias y a través de la asamblea, con su voto, deciden quién «gobierna» su cooperativa.
  • Existe mucho control social dentro de la cooperativa; si no rindes, no solo se da cuenta tu «jefe».
  • La organización participativa supone muchas, muchísimas horas.
  • Los servicios centrales no tienen el poder porque cada cooperativa es soberana a través de su asamblea…

Podríamos comentar más y más asuntos. Fueron dos horas pero pudo ser mucho más tiempo. El modelo, cuando te lo explican, creo que resulta «diferente». Sí, mirando atrás y observando el tipo de preguntas que la gente hace, me queda claro que las cooperativas de MONDRAGON han conformado una experiencia «diferente» de gestión. No sé hasta qué punto reproducible en otros lugares aunque con ingredientes suficientemente atractivos como para llamar la atención.

Si de todo lo que escuché me tuviera que quedar con algo es con la cohesión social que puede conseguirse mediante la cooperativa. Las diferencias en la distribución de riqueza constituyen una de las lacras mayores de la sociedad contemporánea y el cooperativismo resulta una opción para reducirlas. Bien que desde el plano empresarial, pero la vocación de transformación social está entre los principios de MONDRAGON, así que ahí se aporta un granito de arena.

Por supuesto que el modelo cooperativista presenta claroscuros. Aquí he escrito bastante de ello:

En fin, por dedicarle tiempo y artículos que no sea. Además de lo anterior, tenéis una categoría específica dedicada al cooperativismo. Algo de lo que, no cabe duda, seguiremos escribiendo. Dentro de unas horas compartiré de nuevo conversación con el grupo de directivos chilenos al que hacía alusión. A ver qué impresión les quedó.

 

 

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10 comentarios

Eduardo Arróniz 10/09/2013 - 06:57

Por favor, Julen intenta transmitirnos la sensación que les quedo a ese grupo de directivos chilenos. Por saber como se ve desde fuera.

Ekasko
Eduardo

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Julen 10/09/2013 - 07:59

A las 9:30 comienzo sesión de trabajo con ellos. Ya comento por aquí. Saludos.

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Iván 10/09/2013 - 08:27

Sin duda que tiene mucho mérito lo que Mondragón ha hecho y sigue haciendo. Suerte con las jornadas Julen 🙂

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Julen 11/09/2013 - 08:14

Iván, la verdad es que cuando mira lo que se ha hecho aquí es lógico que se sienta orgullo por la alternativa que supone respecto al estándar de empresa tradicional, con propiedad por una parte y trabajadores por otra.

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Sylvia Kramp 10/09/2013 - 09:43

Como una miembro del grupo chileno que participó ayer puedo responder a tu pregunta: gratamente sorprendidos con el equilibrio que tienen entre lo social y lo económico.

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Julen 11/09/2013 - 08:18

Gracias por dejar tu comentario por aquí, Sylvia. Lo social en las cooperativas de MONDRAGON tiene que ver con su origen, muy vinculado a su entorno geográfico cercano. Eran y son una forma de generar riqueza y progreso en su sentido más amplio para la gente que vivía cerca. Hoy con la internacionalización hay que matizar mucho esto pero no cabe duda de que lo local ha sido un impulsor de ese sentido social de las cooperativas. Y luego, claro, está el hecho de que no hay progreso a través de las cooperativas si estas no son rentables económicamente.

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Juanjo Brizuela 11/09/2013 - 11:49

Después de leerte, me quedo con esa amarga sensación de que creo que no valoramos (aún) en su justa medida la labor del cooperativismo. Mea culpa. Criticamos y criticamos, pero el modelo es válido. Si no, deberíamos obviar lo de la cantidad de trabajadores que hay, la de países en las que se implanta, etc. ¿Que tiene sus defectos? Pues claro, nada es perfecto ni debiera serlo.

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Julen 11/09/2013 - 14:16

En gran parte, Juanjo, parece ley de vida. A veces buscamos fuera lo que a lo mejor tenemos en casa. Eso sí, mirada crítica siempre levantada 😉

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Jordi Serrano 11/09/2013 - 12:35

Encantado de conocerte ayer, Julen. Sobre lo de Mondragón, como anécdota, hace unos meses tuve la suerte de asistir a un taller en el MIT en Boston sobre ‘el futuro del trabajo’ y nos pusieron el caso de… Mondragón! Agradable sorpresa. A veces no apreciamos lo que tenemos cerca!

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Julen 11/09/2013 - 14:19

Encantado de verte por aquí, Jordi. Es curioso cómo a veces sirve como referencia. De hecho Thomas W. Malone estuvo por aquí hace unos cuantos años para recoger material para su libro «El futuro del trabajo» (lo publicó en 2004). Recuerdo que cuando vino estaba yo en Maier y nos entrevistó para documentarse. Cómo pasa el tiempo… 🙂

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